viernes, 17 de abril de 2009
Bienvenido
Acaba de nacer, está completamente ciego y pesa menos de 50 gramos. Han pasado 31 días desde que su madre empezó a incubar un pequeño huevo y ya ha tenido que superar él sólo una batalla de varias horas para romper la cáscara y salir al mundo. Todavía no tiene plumas, ni siquiera plumón que lo abrigue, sus alas y sus patas miden menos de 2 cm y su cabeza es enorme comparada con el resto del cuerpo.
Se trata de un pequeño pollo de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), uno de los primeros que nacen esta temporada, ya que las puestas se han retrasado más de lo normal debido al mal tiempo de los primeros meses del año. En 2008 los primeros nacimientos ya habían ocurrido en enero y a principios de abril algunos pollos ya habían abandonado el nido.
Al pequeño pollito que acaba de nacer aun le queda muchas semanas para valerse por sí mismo. Durante los primeros días de su vida sus padres lo protegerán continuamente, lo calentarán, lo cubrirán de la lluvia y lo defenderán de los depredadores. Aunque es muy pequeño ya es capaz de piar fuertemente para pedir que le den de comer, para ello los adultos, tal y como se puede ver en el vídeo que Gilberto Jardón ha colgado en su blog, regurgitarán una papilla de peces semidigeridos gracias a la cual el pequeño pollo crecerá rapidamente. En un par de semanas ya podrán dejarlo sólo en el nido mientras pescan para alimentarlo y en unos 50 días abandonará el nido, aunque seguirá siendo alimentado por sus padres durante unas semanas más mientras perfecciona las técnicas de pesca.
El pequeño pollo no lo tiene nada fácil, durante estas primeras semanas puede morir de frío o ahogado si las lluvias son demasiado fuertes y continuadas, tal como ocurrió el año pasado cuando más de 90% de los nidos fracasaron. Si consigue superarlas, durante el primer año tendrá más de un 50% de posibilidades de morir de inanición e incluso si logra sobrevivir al primer año aun tendrá que esquivar redes y anzuelos, mareas negras, visones en las colonias de cría e incluso los disparos de algún energúmeno que se divierte con ello.
Hace más de 12 años que estamos trabajando con los cormoranes moñudos en Asturies, y aun así todavía me sigue emocionando cada vez que veo nacer a uno de ellos. Esperemos que tenga suerte y que dentro de tres años pueda volver a la colonia para continuar el ciclo de su especie, tal como llevan haciendo desde hace miles de años, mucho antes de hubiera redes y aparejos, contaminación y escopetas.
3 comentarios:
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Gracias
Buenas David, esperemos que se mejore la población de moñudos con las futuras generaciones, al pollo se le ve tan desprotegido frente a tantas amenazas, un abrazo, javi.
ResponderEliminarHola Javi, pues sí, ojala tengan suerte porque lo cierto es que la cosa parece bastante negra, tanto para los moñudos como para el resto de aves marinas.
ResponderEliminarun saludo
Un post precioso, muy emocionante, además la foto del pequeño pollo es tremenda
ResponderEliminar¡Suerte para la nueva generación de moñudos!