martes, 28 de abril de 2009
Historia de un cormorán: el 7D
Hace ya 12 años que empezamos un proyecto para estudiar la dinámica poblacional del Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) en Asturies. Por aquel entonces casi todo lo que se conocía sobre esta especie se reducia a los trabajos de Alberto Velando en el las colonias de Cíes y Oms (Pontevedra) y a los trabajos del grupo de Sarah Wanless en las colonias escocesas. Todo indicaba que se trataba de un ave sedentaria que apenas se movía de las proximidades de su lugar de nacimiento. Despues de haber marcado 500 aves desde entonces, los resultados nos indican que aunque la gran mayoría se quedan "cerca de casa", otros muchos se van para reproducirse a muchos kilómetros de distancia, mientras que algunos pasan el invierno en otro lugar y regresan todos los años a su colonia durante la época de cria.
Durante estos 11 años la mayoría de los cormoranes murieron o desaparecieron, algunos petroleados, otros atrapados en aparejos de pesca y otros muchos de hambre tras un invierno más duro de lo normal. La mayoría de ellos son un código en una base de datos, pero hay algunos que destacan entre esa mayoría, y que por alguna razón son especiales y nos producen más alegría cada vez que recibimos noticias suyas.
Uno de esos cormoranes es el 7D, que probablemente sea el cormorán moñudo más famoso de la Península Ibérica, que ha sido visto e identificado por muchísmas personas y cuya historia se sale de lo normal dentro de su especie. Hasta el grupo ornitológico SEO-Castro ha hecho una camiseta con su silueta.
El 7D nació el 20 de abril de 2000 en la colonia de A Forcada (Asturies) donde fue anillado el 12 de mayo con una anilla roja con un código blanco. Después de independizarse desapareció hasta que el 17 de diciembre de ese mismo año fue visto por Joseba del Villar en el puerto de Castro-Urdiales (Cantabria) a 312 km de donde había nacido. Esta distancia superaba con creces la media de dispersión de la especie, que no pasaba de los 20 km. Hasta el 10 de febrero de 2003 permaneció en la misma zona, pescando entre el puerto y la playa, donde fue observado numerosas veces y por muchas personas distintas.
Cuando todo parecía indicar que había decidido quedarse allí para siempre, el 18 de abril de 2003 al alcanzar la madurez sexual, apareció de nuevo en la colonia de A Forcada, convertida en una hembra adulta que anidó a menos de 20 metros de donde había nacido. Durante dos años se reprodujo en A Forcada, regresando a Castro a pasar el otoño y el invierno. En 2006 probablemente debido a la muerte de su pareja, se mudó a la colonia de As Pantorgas a 8 km de distancia donde volvió a reproducirse (tampoco es frecuente que una vez que se reproducen en una colonia se muden a otra), regresando de nuevo a Castro a finales de julio.
El 13 de julio de 2008 nos llegaron malas noticias desde Castro, Jesús Menéndez, uno de las personas que ha seguido a este cormorán desde el principio y que es el autor de las fotografías de esta entrada, me dijo que el 7D tenía una herida de muy mal aspecto en la pata, probablemente se le había enredado un aparejo en la anilla y apenas podía tenerse en pie. Cuando ya nos esperábamos lo peor, un mes después Jon Hidalgo me escribió para decirme que nuestra amiga seguía en el puerto de Castro, que pescaba con normalidad y que parecía estar completamente recuperada.
Hace unos días me llegó un nuevo mensaje, David Arranz lo había vuelto a ver el 21 y el 24 de abril, cerca de Arcisero, a un par de kilómetros de Castro. Parece que este año se ha tomado un descanso y ha decidido pasar el verano en su lugar de invernada. Este comportamiento es frecuente entre las aves marinas, cuando después de haber sufrido un invierno más duro de lo normal, sin haber podido acumular las suficientes reservas para afrontar con éxito la reproducción, deciden tomarse un año sabático y esperar a la siguiente temporada.
Hace una semana que el 7D ha cumplido 9 años, una edad muy respetable para una especie que no suele vivir más de 12 años. Durante este tiempo un total de 12 personas nos han mantenido informados de su vida (Jesús Menéndez, Fernando Sanchoyarto, Joseba del Villar, Victor Vicario, Jon Hidalgo, Germán Orizaola, Juan Carlos Lorenzo, Juan Manuel Pérez de Ana, Pablo Fernández, Marcos Zárraga, Juanma Domínguez Robredo y David Arranz). Sin la ayuda y colaboración desinteresada de estas y otras muchas personas sería imposible llevar a cabo un proyecto como este. Muchas gracias a todos.
7 comentarios:
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Gracias
Una entrada muy interesante David. Gracias por compartir esta historia. Larga vida al 7D por Castro y Asturias!
ResponderEliminarGracias Xulio, a ver si aguanta, porque con todo lo que les está cayendo, cada vez me parece más sorprendente que sigan vivos.
ResponderEliminarGracias a todos vosotros por mandar las citas de los bichos que veis.
un abrazo
Qué bonita historia, ya me gustaría a mí tener la fuerza vital del 7D. Me ha encantado, gracias por compartirla.
ResponderEliminarHola Mamen, pues si que es un superviviente y un ave muy especial. Otro día contaré alguna historia de otro cormoran, porque como se suele decir, cada uno es de su padre y de su madre, y cada uno tiene su personalidad.
ResponderEliminarThe best hearts are always the bravest.
ResponderEliminar-----------------------------------
Me encanta esta historia del cormorán llega al alma
ResponderEliminar7D SIEMPRE CON NOSOTROS!!!
SALUDOS.
Hola Gerard, desgraciadamente el 7D apareció muerto el 15 de diciembre del año pasado en el puerto de Castro, aquí tienes el enlace:
Eliminarhttp://naturalezacantabrica.blogspot.com.es/2010/12/hasta-siempre.html