Hay veces en las que por una u otra circunstancia te tienes que quedar en casa más tiempo del que quisieras, ya sea porque estás enfermo, porque tienes que estudiar o porque tienes que trabajar delante del ordenador. Ayer mismo, mientras pasaba uno de esos días de encierro obligado, noté que algo se posaba en mi cabeza para saltar luego encima del libro que estaba leyendo. Me quedé mirando atontado al pequeño animalito de medio centímetro mientras correteaba por la página impresa, probablemente tan sorprendido como yo. Lo agarré con cuidado y lo puse en una maceta en la ventana, se asomó al borde, espero un momento y desapareció volando por el patio dejándome antes que le hiciera una foto para el libro de visitas.
sábado, 5 de septiembre de 2009
3 comentarios:
Todo el mundo es libre de expresar sus opiniones, pero os agradecería que no escribieseis comentarios anónimos, al menos para tener un nombre al que dirigirse al establecer una conversación. Si no teneis una dirección de correo que permita poner el nombre al inicio, podéis firmalos al final del texto.
No admitiré insultos, el que insulte, falte al respeto a los demás o pretenda hacer de este blog una tertulia de tele5, que sepa que sus comentarios serán eliminados.
Gracias
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
ya vemos con qué te distraes tú, ya... como dicen las madres: estudia fío, que ye pa ti!!!
ResponderEliminaránimo!
Ali
Ya ves que triste, los únicos bichos que veo son los que se me posan en la cabeza
ResponderEliminarAbracinos
Hola David, este a simple vista (no tengo ni idea de estos bichos) se me parece al Gonipterus scutellatus, el gorgojo defoliador de los eucalitos. ¿Podría ser esta especie?
ResponderEliminar¡¡¡Larga vida a los Gonipetrus!!! :)