El Ríu Casañu nace en el Güeyu la Madre, cerca del Llagu Enol, en el concejo de Onis (Asturies), y en sus escasos 15 kilómetros de longitud recorre uno de los valles más bonitos de los Picos de Europa. En la localidad de Arenas de Cabrales se junta con el Ríu Cares que a su vez juntará sus aguas con las del Ríu Deva pocos kilómetros más abajo.
Desde la localidad de La Molina parte un pequeño sendero que en algunos tramos está empedrado y que discurre paralelo al río. Al abandonar el pueblo se llega a un puente de estilo romano que no hay que cruzar. Bajo este puente se pueden ver unas impresionantes cascadas y saltos de agua y algunas cuerdas que se usan para el descenso de barrancos. Si seguimos recto sin haber cruzado el puente, el camino se acerca al río que discurre encajonado al lado de un gran paredón calizo.
Junto al camino hay varios castaños y robles centenarios, algunos completamente huecos y quemados por dentro, pero que asombrosamente aun siguen vivos. Aunque el otoño ya ha comenzado la mayoría de los árboles aun conservan sus hojas verdes y sólo en los de las partes altas de la ladera se empiezan a apreciar los tonos ocres y rojizos que cubrirán el valle dentro de un par de semanas.
Poco a poco el camino va descendiendo hasta ponerse a la altura del río, que en algunas zonas se detiene formando tabladas poco profundas y en otras se acelera dando lugar a rápidos y pequeños saltos entre los bloques de piedra cubiertos de musgo.
En ocasiones el sendero discurre entre claros del bosque en los que aparecen unos castaños centenarios impresionantes, algunos con casi dos metros de diámetro y con las partes medias del tronco cubiertas de helechos y matas de arandanos. Entre los árboles aparecen unas pequeñas construcciones de piedra de planta redonda y poco más de un metro de altura que se usaron en el pasado para guardas castañas.
El camino sigue paralelo al río, cruzándolo en varias ocasiones hasta que llega a la Vega Batuda donde se pierde, aunque es posible seguir subiendo si se pasa por una antigua canal labrada en la roca.
El camino sigue paralelo al río, cruzándolo en varias ocasiones hasta que llega a la Vega Batuda donde se pierde, aunque es posible seguir subiendo si se pasa por una antigua canal labrada en la roca.
Uf pues el canal tiene su peligro!
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