Probablemente uno de los limícolas más bonitos que podemos encontrar en el Cantábrico sea el Correlimos oscuro (Calidris maritima). Esta especie, al contrario que ocurre con la mayoría de especies de limícolas, no frecuenta las playas y humedales, sino que prefiere los pedreros, donde encuentra su alimento rebuscando entre las algas y las grietas de las rocas.
Durante el invierno su plumaje es de color grisaceo con el vientre blanco moteado y se vuelve más ocre al llegar la primavera y alquirir el plumaje nupcial. En ese momento abandonará nuestras costas para dirigirse a las zonas de cría en norte de Europa, sobre todo en Islandia y Escandinavia.
Los correlimos oscuros parecen haberse adaptado perfectamente a muchas de las infraestructuras que cada proliferancada vez más en nuestras costas, siendo fácil encontrarlos en los puertos, sobre todo en los bloques de hormigón que se usan como refuerzo de los diques y espigones. Esta adaptación a estos hábitats humanizados ha hecho que al igual que ha ocurrido con los vuelvepiedras (Arenaria interpres) cada vez sean más confiados, como podéis ver en las fotos de esta entrada, tomadas a menos de dos metros de distancia.
Recientemente ha habido en el foro vasco Hegan un interesante cruce de mensajes sobre esta especie. Se comenta cómo en los últimos años ha descendido el número de invernantes en Gipuzkoa, paralelamente al aumento de efectivos de vuelvepideras, y se sugiere que quizás haya alguna relación entre ambos hechos.
ResponderEliminarRafa
Zarautz
Hols Rafa, aqui tambien parece que hay menos que antes, pero no creo que sea por la competencia con los vuelvepiedras, aunque creo que haya ningun estudio que lo haya analizado.
ResponderEliminarun saludo