En líneas generales podemos decir que el hecho de que un ave emigre mas lejos o más cerca, o antes o después, depende de un compromiso entre los beneficios y los costes de hacerlo. Por ejemplo, si un ave permanece cerca de los lugares de reproducción durante el invierno, al siguiente año tendrá que hacer un viaje mas corto para llegar a reproducirse y llegará antes que otras aves, por lo que no tendrá que competir por el espacio con las aves tardías. Pero quedarse cerca tendrá el coste de sufrir un invierno más duro y probablemente con menos alimento que el que pasarán aquellas aves que se hayan marchado más lejos. El balance entre costes y beneficios no será igual para todas las aves y será distinto entre sexos y entre edades, y como consecuencia de esas diferencias entre costes y beneficios se produce la migración diferencial.
Migración diferencial de edades: en muchas especies nada más terminar la reproducción los adultos abandonan la zona de cría y los jóvenes se quedan durante más tiempo. El caso más evidente es el de las especies parásitas, como el Cuco (Cuculus canorus) o el Críalo (Clamator glandarius). En estas especies los adultos dejan a sus crías al cuidado de otras especies por lo que al finalizar la puesta emigran de nuevo a los lugares de invernada mientras que su descendencia aun deberá crecer y almacenar las reservas suficientes para emprender el viaje. Evidentemente, en este caso los adultos después de haber "pasado sus genes" ya no necesitan quedarse más tiempo y por eso regresarán cuanto antes a los lugares más benignos.
Alcatraz joven
Alcatraz 2º año
Alcatraz 3º- 4º año
Alcatraz adulto (> 4 años)
En otras especies ocurre el fenómeno opuesto, ya que los jóvenes al poco de abandonar el nido se dirigen a los cuarteles de invierno mientras que los adultos aun se quedaran durante unos meses en sus territorios antes de emprender la migración. Un claro ejemplo son muchas aves marinas, como los alcatraces (Morus bassanus). Esta especie se reproduce en el Norte de Europa y desde principios del mes de agosto ya se empiezan a observar jóvenes del año en paso por el Cantábrico. A medida que va avanzando la estación las proporciones van variando, incorporándose aves adultas e inmaduros de segundo, tercero o cuarto año, hasta que a finales de año la mayoría de los individuos que se observan en migración son adultos. En este caso podemos hablar de una migración diferencial secuencial, ya que todos (o la gran mayoría) de los indiviuos de una especie emigran, pero varía la temporalidad de esa migración.
Ejemplar joven de Alca (Alca torda)
Otro tipo de migración diferencial ligada a la edad es el que ocurre en otras aves marinas, como los álcidos. En esta familia de aves la gran mayoría de los individuos jóvenes emigran hacia el sur mientras que la mayoría de los adultos se quedan relativamente cerca de las colonias, aunque como ocurre en todas las especies de esta familia, lejos de la costa. Esto explica porqué un gran porcentraje de las alcas y araos que vemos en nuestras costas son jóvenes del año. En este caso, los jóvenes no tienen ninguna prisa por regresar a las colonias de cría ya que alcanzan la madurez sexual a los 4 o 5 años de edad. Debido a esto es más rentable para ellos dispersarse lo más posible en busca de alimento y hacia lugares con condiciones meteorológicas más benignas, ya que lo importante será sobrevivir hasta la madurez e incrementar las posibilidades de reproducirse en el futuro. En el caso de los adultos, por el contrario, es más rentable permanecer más cerca de las colonias, ya que les dará más opciones de conseguir un buen sitio y una buena pareja para la siguiente estación, aun a riesgo de tener que soportar unas condiciones más adversas.
Hembra de porrón común (Aythya ferina)
Migración diferencial de sexos: se suele manifestar por una variación en el sex-ratio de la especie con la latitud. Este fenómeno se ha estudiado sobre todo en anátidas y en otras especies dimórficas (con diferencias aparentes entre machos y hembras) en las que los machos suelen permanecer más al norte que las hembras. Un claro ejemplo son algunas especies como serretas o eideres, en las que la presencia de hembras en nuestras latitudes siempre es mucho mayor que la de machos. Se han planteado 3 posibles hipótesis para explicarla: (a) mayor tolerancia al frío de los machos, (b) ventajas para el mantenimiento de los territorios de cría en los machos que se quedan cerca del área de reproducción, y (c) los machos desplazan a las hembras de sus territorios después de la reproducción. Esta migración diferencial, al igual que ocurre en el caso de la migración diferencial por edades, es más frecuente que ocurra en el tiempo, de forma que se produzca un escalonamiento en la llegada y partida de los individuos según los sexos, siendo los machos los primeros en llegar y los primeros en marcharse.
Arao común muerto (Uria aalge) tras la marea negra del Prestige
Como comenté anteriormente, la mayoría de estos estudios se han hecho con especies dimórficas, ya que en especies monomórficas no podremos diferenciar los dos sexos por su apariencia externa. Una de las pocas ocasiones que tenemos de realizar un estudio de este tipo es durante los episodios de mortalidades catastróficas, como las mareas negras. Estas catástrofes afectan por igual a todos los sexos y a todas las edades por lo que podremos tener una muestra de un gran número de indiviudos que en principio no estaría sesgada. Hace unos años publicamos un trabajo utilizando los datos obtenidos a partir de los araos y alcas aparecidos muertos en Asturias tras la marea negra del Prestige (invierno 2002-2003). Los resultados demostraron la existencia de migración diferencial en estas especies, tanto en sexos como en edades.
Hola David. Me ha gustado mucho la entrada, realmente interesante. Saludos.
ResponderEliminarMuy interesante.
ResponderEliminarMuy interesante esta entrada David.
ResponderEliminarun saludo,
Adolfo
Muy interesante esta entrada David.
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Adolfo
Reitero lo anterior dicho. Muy ilustrativa la entrada. Saludos.
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