Después de varias jornadas de monte apetece escaparse a la costa a ver la mar, aunque agosto no sea el mejor mes si se quiere encontrar algo de tranquilidad. Una de las zonas que siempre me ha gustado y que suelo visitar a menudo es la costa de la mariña lucense, cerca del pueblo de Rinlo (Ribadeo), a escasos kilómetros del límite con Asturies.
Muros próximos a la cetárea
Los acantilados son bajos, en algunas zonas de apenas dos o tres metros sobre la línea de mareas vivas, por lo que no es raro que en días de fuertes temporales las olas los salten y mojen los prados próximos.
Posadero de cormoranes
Los islotes cercanos a la costa sirven de posaderos para numerosas aves, sobre todo cormoranes grandes y moñudos. En una de estas rocas suelen descansar varios de los cormoranes moñudos que anillamos en las vecinas colonias asturianas, lo que nos indica que estas aguas son usadas como zonas de alimentación por ellos, no sólo durante la época de reproducción sino también durante el otoño y el invierno.
Zarapitos trinadores en las rocas de Rinlo
Además de cormoranes, está costa es usada por otras muchas especies como lugar de descanso durante la migración. Muchos limícolas, como los Zarapitos trinadores (Numenius phaeopus), que en estas fechas han comenzado a abandonar sus lugares de reproducción en el norte de Europa suelen detenerse en las planchas de roca del acantilado, siendo sorprendente como pasan casi desapercibidos entre los numerosos balanos que las tapizan.
Piscina natural de una de las cetáreas abandonadas
En 1904 se aprovechó una entrada natural de la mar para construir la primera cetárea de Rinlo, para ello bastó con hacer un muro de contención para retener el agua que entraba en cada marea. Años después y debido al éxito de esta primera cetárea, en la que se mantenían para su venta centollos y langostas, se construyó dos nuevas cetáreas mas, de mayor tamaño que la primera aprovechando otras entradas naturales de la mar, pero en este caso se tuvieron que construir dos muros de contención ya que la mar entraba por dos sitios, y también una gran estructura de vigas y columnas.
Aspecto interior del edificio de la cetárea tras 20 años de abandono
Además de estas piscinas naturales se construyeron varios edificios, uno destinado a oficinas y otro con varias balsas para el mantenimiento del marisco, a las que se bombeaba agua desde la mar. A principios de los años noventa del siglo pasado las tres cetáreas cerraron y las instalaciones construídas fueron abandonadas, dejando como recuerdo los restos de los muros y edificios.
Correlimos comunes descansando durante el paso primaveral en la fosa de Rinlo
Hace unos años, en las proximidades de las cetáreas abandonadas, a escasos metros de la línea de costa, se proyectó la construcción de una piscifactoría de rodaballo que cambiaría completamente el paisaje de la zona. Estas obras fueron paralizadas por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia después de desestimar la declaración de impacto ambiental realizada por la empresa Acuinor, al estar situada dentro de la red Natura 2000 y en el LIC de As Catedrais. La extensa fosa que se excavó en la zona permanece para estas instalaciones está casi todo el año llena de agua de lluvia, lo que atrae a numerosas especies de aves acuáticas durante los pasos migratorios.
Sorprendido me hallo: una obra paralizada por un tribunal de justicia, pensé que eso era una leyenda urbana.
ResponderEliminarno cantes victoria todavía. la decisión está recurrida por la empresa, así que no te extrañe que se vuelvan atrás.
ResponderEliminarun saludo
Hola David. Sobrecoge ver sitios tan bien hechos, con esas maderas,etc, para después abandonarlo todo y traer el cultivo de marisco desde lejos, Suramérica, etc. Cada vez entiendo menos a nuestros políticos, les resultó rentable un tiempo vernos sin trabajar y ahora no pueden costear el monstruo que han creado. Pues yo pienso que todo puede volver a andar y producir dignamente.Animo, JESÚS
ResponderEliminarCómo me revienta que los grafiteros cutres de la firma en las paredes, no dejen envejecer en paz las construcciones abandonadas. Hay casas de campo derruidas que se integran en el paisaje y son utilizadas por animales. Basta que aparezcan pintadas, para que semejen el caos de los suburbios sucios urbanos.
ResponderEliminarSaludos.
Lo cierto es que da bastante pena ver como están los edificios. Como bien dice Javier, no es raro que las casas abandonadas se vayan integrando en el paisaje, pero evidente que este no es el caso, y personalmente creo que tal como están mejor sería derribarlas y restaurar la zona, que por cierto y como ya comenté esta protegida.
ResponderEliminarun saludo