viernes, 30 de julio de 2010

Libélulas lejos del agua


Solemos asociar las libélulas a lugares húmedos o encharcados, ya sean ríos, charcas o cualquier otra masa de agua. Debido a que pasan su estado larvario dentro de este medio, las hembras tienen que acudir allí a poner los huevos y los machos patrullan sus proximidades para aparearse con ellas, mostrándose muy agresivos y territoriales con otros machos de su misma especie.

Pero a pesar de esa depencia del agua para reproducirse, las libélulas son grandes voladoras y son capaces de desplazarse a varios kilómetros de distancia de donde han nacido para cazar. Hace unas semanas, mientras caminaba por una pista que cruzaba un pinar de repoblación, me encontré con una libélula que volaba siguiendo el camino y posándose de vez en cuando en alguna piedra del suelo que sobresalía sobre el resto. Se trataba de un macho de Onychogomphus uncatus, una libélula de tamaño medio que suele utilizar este tipo de hábitats como zonas de caza y también como lugares de maduración (Antonio Torralba, com. pers.) antes de regresar a las charcas para reproducirse.

martes, 27 de julio de 2010

Autillos incubando

Autillo incubando en una caja nido

Hace cuatro años colocamos varias cajas nido en algunos porreos de la Ría de la Villa para hacer un estudio sobre selección sexual en estorninos. Las cajas fueron rápidamente ocupadas por estas aves, pero lo que no nos esperábamos es que cuando ese año realizamos la última visita en el mes de julio nos íbamos a encontrar con una pareja de autillos (Otus scops) anidando en una de ellas.

Al año siguiente las cajas nido fueron ocupadas por tres parejas de autillos, que siempre hicieron la puesta en cajas en las que previamente habían criado los estorninos y que aun conservaban material en el fondo. Entre las tres parejas sacaron 7 pollos. El año pasado sólo una de las tres parejas que lo intentaron logró que dos pollos volaran, las otras dos hicieron la puesta pero los temporales de la primavera volcaron las cajas perdiéndose los huevos.

El viernes pasado hicimos una nueva visita, contando con que a estas alturas del mes ya hubiera pollos, como había ocurrido en los años anteriores. Finalmente encontramos 3 cajas ocupadas, dos de ellas con huevos (una con 5 y otra con 3) pero en las que no había ningún adulto incubando, y otra de ellas con dos huevos y con un adulto (el de la foto del inicio) que estaba incubando.

Los autillos a pesar de que pueden llegar desde sus zonas de invernada en África a finales de marzo o más frecuentemente durante el mes de abril, realizan la puesta muy tarde, normalmente en el mes de junio. Este retraso en la fecha de reproducción es probable que se deba a que al igual que en la mayoría de las aves, suelen sincronizarla para que los pollos nazcan en la época de mayor abundancia de presas, que en este caso serían los grandes insectos, más abundantes durante el mes de agosto.

sábado, 24 de julio de 2010

La rana discreta


La ranita de San Antonio (Hyla arborea) es probablemente uno de los anuros más conocidos por el gran público. Quizas sea su color verde intenso, más parecido al de algunas especies tropicales que al de las ranas más comunes de nuestras latitudes, lo que más llama nuestra atención, pero contrariamente a lo que podría parecer pasan casi desapercibidas cuando se encuentran entre la vegetación. Sus movimientos pausados y su habilidad para quedarse completamente quieta hacen que no sea tan fácil encontrarlas.

En la vega de la Cubilla, apenas habíamos visto ejemplares adultos este año. Su reproducción en estas zonas de elevada altitud, al igual que ocurre con otras especies de anuros como la Rana temporaria, es explosiva y todos los individuos de la población se aparean en una o dos semanas. Durante esta época sus cantos se oirán en las charcas y no será difícil observarlas, pero pasada la reproducción se esconderán y volverán a su vida discreta sin que volvamos a verlas a no ser que estemos a punto de pisarlas.



Este año subimos varias veces a la zona de reproducción de la especie pero no conseguimos ver ninguna, llegamos a pensar que no se habían reproducido hasta que hace un par de semanas observamos algunos metamorfos en las orillas de dos pequeñas charcas. Pero no vimos ningún adulto hasta hace unos días, cuando por casualidad apareció uno entre la vegetación de la orilla del riachuelo que recorre la vega.

lunes, 19 de julio de 2010

El FAPAS y los eucaliptos

Un paradisiaco "bosque cantábrico"

 Aun no salgo de mi asombro después de leer las opiniones del presidente del Fondo para la protección de los animales salvajes (FAPAS), Roberto Hartasánchez, sobre la supuesta importancia de los eucaliptales para la conservación del medio natural en la cornisa cantábrica. Estas opiniones fueron expresadas en el "VI Encuentro forestal para partes interesadas", un simposio celebrado en Tapia de Casariego hace una semana organizado y patrocinado por la empresa Norfor, la filial forestal del grupo ENCE.

Según el presidente del FAPAS, las plantaciones de esta especie "podrían ser de gran importancia para los osos y los urogallos", al proporcionar refugio y alimento. Estas declaraciones suponen un importante estímulo para la empresa papelera, que hace pocos meses solicitó a la administración asturiana la creación de un plan para reforestar un tercio de la superficie de Asturies con eucaliptos, la especie forestal más bondadosa que existe según el director de ENCE. Qué hay mejor que contar con el apoyo y el beneplácito de una de las asociaciones ecologistas con más socios, no sólo de Asturias sino en el resto de España. Si no puedes con tu enemigo, únete a él.

Lo que no se imaginaba el FAPAS es que esas declaraciones iban a tener más trascendencia que lo que ellos mismos esperaban. Hace años que los que vivimos en Asturies conocemos las opiniones de esta asociación sobre la conservación de la Naturaleza, opiniones que incluyen el apoyo a las matanzas de lobos en el Parque Nacional de los Picos de Europa o el apoyo a la línea de alta tensión Lada-Velilla que partirá en dos una de las zonas mejor conservadas de la Coordillera Cantábrica. Pero estas noticias suelen publicarse en la prensa regional y no suelen salir de aquí, pero siempre hay una primera vez. La rápida difusión de estas declaraciones en numerosos periódicos y foros de internet llevó al FAPAS a contestar a algunos socios indignados para tratar de explicarse. Según el señor Hartasánchez, todo se debía a las interpretaciones erróneas de sus palabras que habían hecho los periodistas, para posteriormente usar la floración invernal del eucalipto y el beneficio para las abejas para intentar justificar lo injustificable, sobre todo porque no hay ni un sólo estudio científico que lo confirme.

Tanto la defensa del eucalipto por parte del FAPAS, como las absurdas explicaciones dadas como respuesta por esta asociación, son una irresponsabilidad descomunal. El eucalipto es uno de los mayores problemas ambientales de todo el norte de la Península Ibérica. La superficie ocupada por esta especie ha triplicado su presencia en Asturies en los últimos 30 años, lo que la convierte en la segunda especie arbórea más abundante en nuestra región, superando en 12.000 Ha las previsiones del plan forestal para los próximos 60 años. Literalmente el litoral de Asturies es actualmente un monocultivo de eucaliptos solo interrumpido por carreteras, autopistas y otras infraestructuras. ¿Por qué una asociación que supuestamente tiene como objetivo proteger la Naturaleza hace unas declaraciones de este tipo?

Ya va siendo hora de empezar a quitar máscaras, va siendo hora de que todos conozcamos quién intenta defender la Naturaleza, muchas veces desde el anonimato y quien se lucra con ello. Todos deberíamos saber que las empresas contaminantes o que provocan un impacto negativo en el medio ambiente reparten legalmente entre algunos grupos ecologistas ingentes cantidades de dinero en concepto de compensaciones ambientales. ¿Cómo se reparte este dinero? ¿Qué se da a cambio por él? Quizás los socios de estas asociaciones deberían empezar a preguntárselo.

viernes, 16 de julio de 2010

Un cormorán afortunado

Egagrópila de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) con restos de un aparejo

Como ya comenté varias veces en este blog, los aparejos de pesca son los responsables de gran cantidad de muertes entre las aves marinas. Tanto las artes de enmalle como las de anzuelo matan anualmente millones de aves marinas en todos los mares del planeta. En el caso de Asturies, entre las especies nidificantes la especie más afectada por este tipo de artes de pesca es el cormorán moñudo.

Ayer me llegó un mensaje de Jon Hidalgo, un amigo que también trabaja con esta especie en Euskadi, en el que me comentaba que en un posadero de cormorán moñudo en la isla de Izaro había encontrado una egagrópila que tenía dentro los restos de un aparejo de caña, con plomo, sedal y anzuelo. Según parece se podría haber comido el pez que había picado en el anzuelo con la suerte que no se le hubiera clavado, ni al tragarlo ni al expulsar la egagrópila.

Cormorán enmallado. Fotograma del documental "El cormorán moñudo asturiano"

Aunque la mayoría de las muertes de cormoranes se deben a enmalles, lo cierto es que últimamente cada vez me han llegado más noticias de ejemplares con anzuelos clavados, tal como se puede ver en estas entradas en el blog de Juan Zaldivar y en el de Toral. Muchos de estos anzuelos proceden de palangres de pesca profesional pero otros muchos son anzuelos de pesca deportiva, que tienen especial impacto en zonas resguardadas de calas y pedreros donde los cormoranes jóvenes acuden a alimentarse.

Gaviota patiamarilla con un rapala enganchado en la pata

Algunas modalidades de pesca, como la pesca son peces artificiales del tipo rapala, también causan muchas bajas ya que las aves confunden estos señuelos con peces vivos y los intentan capturar, quedando enganchados en las patas o en el pico, lo que les provocará una muerte segura.

 Pescadores deportivos en el puerto de Musel

Hasta ahora se han realizado muchos estudios sobre el impacto de las pesquerías comerciales sobre las aves marinas, pero la información sobre los efectos de la pesca deportiva sobre ellas es prácticamente inexistente. Es probable que el hecho de que el número de pescadores deportivos sea insignificante en relación al de profesionales nos haya hecho pensar que la mortalidad de aves asociada a esta actividad también lo sea, aunque puede que no tanto para las aves más ligadas a un litoral cada vez más antropizado.

miércoles, 14 de julio de 2010

El final de la metamorfosis

Metamorfo de sapo corredor (Bufo calamita)

A mediados de julio la mayoría de las charcas de montaña se encuentran completamente secas, aunque hay algunas que matenienen algo de agua gracias a las últimas lluvias caídas hace unas semanas. La subida de las temperaturas ha acelerado el desarrollo larvario y el barro húmedo del fondo de lo hace unos días era una charca repleta de renacuajos está ahora cubierto de pequeñas ranas y sapos en miniatura que corren y saltan de un lado a otro.




En una de las charcas ya secas, miles de pequeños Sapos corredores (Bufo calamita) buscan las zonas más húmedas y las zonas de sombra que los proteje del sol del mediodía. Tal como indica su nombre común, esta especie de anuro no salta sino que se desplaza caminando o incluso corriendo, por lo que los pequeños metamorfos parecen hormigas caminando apresuradamente de un lado a otro, deteniendose de vez en cuando para comer algún mosquito.

Durante un par de semanas los pequeños metamorfos permaneceran en el entorno de la charca donde han nacido, alimentándose y ganando peso día a día. Pasado ese tiempo comenzarán a dispersarse y probablemente no los volveremos a ver hasta que convertidos en sapos adultos regresen a la misma charca para reproducirse.


En el post anterior ponía el ejemplo del sapo partero como el de una especie cuyos renacuajos pueden pasar hasta 5 años en al agua alcanzando un tamaño muy grande, y que como consecuencia dan lugar a metamorfos que tienen un tercio del tamaño de los adulto. Los sapos corredores son la otra cara de la moneda ya que los individuos recien metamorfoseados apenas miden 1 cm de longitud y completan todo su desarrollo desde el huevo al metamorfo en 1 mes.


Además de los metamorfos de sapo corredor, las charcas del entorno de Ubiña se encuentran estos días ocupadas por miles de metamorfos de Rana temporaria, la especie más abundantes de la zona, con densidades de varios cientos por metro cuadrado. Pero además de estas dos especies en unas pocas charcas encontramos juveniles de Ranita de San Antonio (Hyla arborea), menos que de las otras dos especies pero localmente abundante en algunos sitios.

Hace justo un año, en estas mismas charcas se produjo un episodio de mortalidad masiva de Hyla arborea ya que la retirada tardía de la cubierta de nieve retrasó el inicio de la reproducción y la ausencia de lluvias durante el mes de julio aceleró la desecación provocando la muerte de miles de renacuajos que no habían completado la metamorfosis. Este año ha habido mas suerte.

lunes, 12 de julio de 2010

Renacuajo grande, sapo pequeño

Renacuajo de sapo partero (Alytes obstetricans)

Los renacuajos de la mayoría de los anuros cantábricos suelen ser de pequeño tamaño y por regla general pasan un tiempo relativamente corto en el agua antes de la metamorfosis. Tras la metamorfosis y la posterior reabsorción de la cola, los pequeños renacuajos se transforman en copias en miniatura de los adultos que tiene un tamaño muy pequeño en comparación con ellos.

 Hembra de sapo común (Bufo bufo)

En el caso de algunas especies, como el Sapo común, las diferencias entre los individuos recién metamorfoseados y los adultos puede ser enormes, ya que mientras que los juveniles miden poco mas de 6 mm, los adultos pueden alcanzar más de 15 cm, e incluso pueden representar un peligro para ellos ya que son caníbales.

 Sapo partero (Alytes obstetricans)


Renacuajo de sapo partero

Una de las excepciones a esta regla es la del sapo partero. Esta especie tiene una estrategia reproductiva completamente diferente al resto de los anuros, ya que en vez de depositar los huevos en el agua, el macho se encarga de transportar los cordones de huevos entre sus patas y sólo acude al agua cuando los renacuajos están a punto de eclosionar, momento en el que se introduce en ella liberando a las larvas.

A partir de ese momento los renacuajos empezarán a alimentarse de restos vegetales y pasarán por un periodo de crecimiento mucho más largo que el de los sapos comunes o las ranas de nuestras latitudes. El periodo de crecimiento puede prolongarse durante un par de años aunque en algunas poblaciones de lagos de montaña se han llegado a encontrar renacuajos de hasta cinco años de edad.

Grupo de renacuajos de sapo partero

Este largo periodo de crecimiento condiciona en gran medida sus lugares de reproducción, ya que al contrario de lo que ocurre con otras especies, como la Rana bermeja (Rana temporaria), los sapos parteros necesitan masas de agua permanentes con un bajo riesgo de desecación.

Por otra parte, el enorme tamaño que pueden llegar a alcanzar los renacuajos, y que en algunas ocasiones supera los 8 cm, es el responsable de que al salir del agua los metamorfos ya tengan 1/3 del tamaño de los adultos. Debido a esto, la mayoría de los juveniles ya son capaces de reproducirse en la siguiente estación. Por otra parte, mientras que los sapos comunes tienen una longevidad de hasta 30 años en algunos casos, los sapos parteros no suelen superar los 5 años de esperanza de vida.

miércoles, 7 de julio de 2010

La muda de las anátidas

Macho de azulón (Anas platyrhynchos) en plumaje de eclipse

Las plumas son el rasgo estructural más característico de todas las aves y desempeñan muchas funciones, sobre todo relacionadas con el mantenimiento de la temperatura corporal y con el vuelo. Aunque todas las aves pueden reemplazar las plumas que se pierden accidentalmente en cualquier época del año, la mayoría de las especies mudan la totalidad de su plumaje como mínimo una vez al año. Además de la muda "de reparación", muchas especies, sobre todo los machos, cambian su plumaje antes de la época de reproducción adquiriendo tonos mas brillantes y coloreados con el fin de atraer a las hembras.

Debido al importante papel que desempeñan las plumas para la vida de las aves, la muda se suele realizar de forma secuencial y ordenada, de forma que los individuos no suelen quedar desnudos, lo que dificultaría el mantenimiento de la temperatura, ni sin la capacidad de volar, lo que les haría demasiado vulnerables a los depredadores.

Pero como suele ser habitual en la naturaleza, nunca suele haber leyes absolutas y las excepciones a esas reglas suelen ser bastante frecuentes. Una de esas excepciones ocurre en las anátidas (patos, gansos y cisnes). En estas especies ocurren dos fenómenos muy curiosos, uno es el de la existencia de un plumaje intermedio que recibe el nombre de plumaje de eclipse. Se trata de un plumaje que aparece en los machos de muchos patos después de la época de reproducción y que se caracteriza por tener unos tonos más parduzcos que se asemejan al plumaje de las hembras. Los machos permanecen con este plumaje poco tiempo y al poco se produce una nueva muda, adquierendo de nuevo su plumaje brillante y colorido característico. Algunos autores han explicado la existencia de este plumaje como un posible mecanismo de defensa contra los depredadores mientras las hembras se dedican a la incubación. De todas formas, esta explicación no parece muy plausible ya que si fuera así lo más lógico sería que permanecieran con ese plumaje durante todo el año salvo en la época de cortejo, cosa que no ocurre.

Hembra de azulón durante la mancada

Otra característica de la muda de las anátidas es que estas pierden de golpe las primarias y otras plumas de vuelo, por lo que mientras crecen las nuevas son totalmente incapaces de volar. Durante este periodo, las aves se suelen reunir en grupos en el centro de las masas de agua donde son menos accesibles a los depredadores. Afortunadamente para ellos, las plumas crecen bastante rápido y pronto volverán a ser capaces de volar.

sábado, 3 de julio de 2010

Pasando desapercibidos

Insecto palo sobre una rama de hinojo

Una de las formas más exitosas utilizadas tanto para cazar como para no ser cazado es la de pasar desapercibido, la de confundirse con el ambiente para evitar ser visto. En el mundo de los insectos, ésta estrategia ha aparecido numerosas veces a lo largo de la evolución, y se presenta en grupos muy distantes como los coleópteros, los mantoideos o los hemípteros.

Si las Mantis son las representantes más conocidas del grupo de los cazadores, los insectos palo lo son entre las presas. Los insectos palo pertenecen a la familia Phasmidae, y tal como indica su nombre común imitan las ramitas de hierbas y arbustos para evitar ser detectados por los depredadores. Además de imitar la coloración y la forma de las ramas, se mueven muy lentamente asemejándose a una rama mecida por el viento.

Insecto palo liberándose de una muda

Los insectos palo son animales hemimetábolos, es decir que presentan una metamorfosis incompleta ya que las larvas son muy parecidas a los adultos y a lo largo de sucesivas mudas se van produciendo cambios en el tamaño del individuo pero no en su forma ni estructura externa. Las mariposas, por ejemplo, son insectos holometábolos, ya que las larvas son completamente distintas de los adultos, tanto en su aspecto externo como en su fisiológía, por lo que en la metamorfosis tienen lugar importantes cambios estrucurales y funcionales.

Detalle de la cabeza

En la Península Ibérica viven seis especies de esta familia, y hace unos días, en un prado en Llanera (Asturies) econtramos  varios de ellos entre las hierbas, juraría que de la especie Leptynia hispanica, aunque no lo podría afirmar con total seguridad porque hay varias especies muy parecidas. Primero encontramos uno, y al fijarnos pudimos ver hasta seis ejemplares mas, algunos de ellos en plena muda.

Los insectos palo son estrictamente vegetarianos y generalmente se alimentan de unas pocas especies de plantas. Otra de las características de esta familia es que algunas especies se reproducen partenogenéticamente, es decir, las hembras son capaces tener descendencia sin la participación de un macho. Las hembras ponen huevos que se desarrollan sin estar fecundados, dando lugar a nuevos individuos que tendrán la misma composición genética que su madre.

NOTA: según un comentario anónimo a esta entrada parece que la especie no es Leptynia hispanica sino Clonopsis gallica, ya que "los artejos de la antena tienen una longitud bastante homogenea y no se aprecia la raya blanquecina horizontal que es bastante patente en L. hyspanica". Se trata de un alotriploide  partenogenético que es la especie de insecto palo menos exigente respecto a la temperatura, por lo que llega hasta Normandía. Gracias por el comentario.  


jueves, 1 de julio de 2010

Lagartija serrana


La lagartija serrana (Iberolacerta monticola) es un endemismo ibérico que se encuentra restringido al occidente de la Península Ibérica, desde la Coordillera Cantábrica hasta algunas sierras gallegas como el Courel o la Serra do Invernadeiro en Ourense, y portuguesas como la Sierra do Estrela, aunque también hay poblaciones en zonas bajas de A Coruña y Lugo.

A pesar de que en Galicia se encuentran poblaciones a nivel del mar, la lagartija serrana es una especie típicamente de montaña, con un rango altitudinal preferente entre los 600 y los 2000 msnm, donde donde puede llegar a ser el reptil más abundante.


Durante los días de calor es frecuente encontrarlas sobre las rocas tomando el sol, donde los machos se situan para defender su territorio contra otros machos rivales. Los apareamientos se suelen producir entre abril y junio y las puestas, que suelen estar formadas por unos 6 huevos se depositan en el mes de julio.


La incubación dura entre 40 y 50 días dependiendo de la temperatura ambiente, y los juveniles aparecen a finales de agosto o septiembre, en ocasiones poco antes de que caigan las primeras nevadas del otoño, por lo que deben acumular las suficientes reservas para poder sobrevivir a la hibernación.