jueves, 19 de agosto de 2010
Cuando ruge la marabunta
La foto anterior la hice a principios del mes de junio pasado, cuando en Asturies se siegan los prados aprovechando la escasez de lluvias. En uno de esos prados se ha establecido este año un hormiguero de hormigas rojas (Formica campestris), una especie muy parecida a la conocida Formica rufa, que prefiere los suelos despejados de los bosques de coníferas, mientras que estas construyen sus nidos en prados despejados.
Las hormigas rojas se alimentan de insectos, sobre todo orugas, aunque pueden alimentarse de animales de mayor tamaño siempre que sean capaces de dominarlos. Tal como se ve en la foto, en este caso habían conseguido atrapar a una langosta verde (Tetigonia viridisima) subadulta, que probablemente habría huído de las hierbas altas durante la siega con la mala suerte de caer encima de su hormiguero.
Cuando me agaché a fotografiar la escena, la Tetigonia ya estaba muerta y el olor a ácido fórmico era muy intenso incluso a un metro de distancia del hormiguero. Las hormigas segregan este ácido y son capaces de lanzarlo a distancia, tanto para aturdir a sus presas como a sus posibles depredadores. No suele ser lo habitual que el alimento les caiga directamente del cielo, y por eso las hormigas salen de caza, utilizando los caminos ya marcados en el suelo después de mucho tiempo de uso. Si las presas son pequeñas una sóla hormiga suele ser capaz de matarla y de transportarla al hormiguero, pero si se trata de presas grandes atacan en grupo y una vez muerta la presa es despedazada y transportada hasta el nido.
Debido a la gran cantidad de orugas y otros insectos que consumen y que pueden resultar nocivos para la agricultura o la silvicultura, las hormigas rojas, que se encuentran en una situación muy delicada en gran parte de su área de distribución, se encuentran extrictamente protegidas en varios países de la Unión Europea, y se pueden imponer sanciones a las personas que destruyan deliberadamente sus hormigueros. En España, por supuesto, una legislación de este tipo y sobre todo una actitud de la mayoría de la población favorable a la protección de un grupo de insectos es ciencia ficción, al menos actualmente.
2 comentarios:
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Gracias
En España desgraciadamente la defensa de los animales, sean estos cuales sean, todavía está en pañales, esperemos que la cosa mejore.
ResponderEliminarMuy buena la foto y pobre saltamontes claro que las hormigas también tienen que comer.
Hola David. Muy bonita la foto y muy oportuno el sello. Por aquí en el Sur no tenemos la Formica rufa.
ResponderEliminarCada vez que veo hormigas en fila, hacia el hormiguero, no puedo evitar tatarear la canción de los Beatles The long and winding road...JESÚS