lunes, 9 de agosto de 2010

Un rayo verde en el Cantábrico

En 1882, Julio Verne escribió un libro titulado "El rayo verde" en el que contaba la historia de una joven que emprendía un viaje con la intención de observar por sí misma un fenómeno atmosférico de inusual belleza, pero que sólo duraba un instante, justo después de que el sol desaparecía en en horizonte bajo la mar. Según la leyenda escocesa descrita en una revista que la protagonista había leído, si el rayo de color verde que aparecía en ese instante era observado al mismo tiempo por dos personas, las dos quedaban automáticamente enamoradas la una de la otra.


Me acuerdo de haber leído ese libro cuando era niño, en una colección en la que también estaban "20.000 leguas de viaje submarino", "Cinco semanas en globo" y "Viaje al centro de la Tierra" y siendo sinceros, el cuento del rayo verde era con diferencia el que menos me había gustado de todos, me había parecido bastante ñoño. Aún así recuerdo que me había intrigado aquel rayo de colores que aparecía al ponerse el sol y quizás por eso siempre me quedo embobado mirando las puestas de sol con la esperanza de que aparezca el dichoso rayo, pero nunca aparece.

El caso es que hace unos meses, leí un post en el magnífico blog de Manel Soria, que ya mencioné aquí varias veces y que vuelvo a recomendaros que visitéis, en que que comentaba esa leyenda e incluso mostraba una foto que había logrado hacer del famoso rayo mientras estaba en un viaje en Chile. Me acordé entonces del cuento de Julio Verne y empecé a buscar en Internet y me quedé sorprendido al comprobar que se trataba de un fenómeno real, pero que sólo se podía ver durante un instante, nada mas ponerse el sol y sólo en aquellos días en los que la atmósfera estaba muy limpia y con una visibilidad perfecta, lo que en el Cantábrico no suele ser muy frecuente.

Revisé todas las fotos de puestas de sol que tenía por casa, que son unas cuantas, tanto en diapositiva como en digital, ampliando las imágenes a ver si veía algo verde, pero nada. Y a pesar de que siempre me había gustado fotografiarlas, desde entonces, nunca deje pasar una ocasión si tenía la cámara a mano a ver si de una vez conseguía cazar al escurridizo rayo verde, y siempre ocurría lo mismo: sol amarillento, sol rojo, sol naranja, y después nada.

Este pasado viernes estuve en Novellana, el día había estado completamente despejado debido al fuerte viento del nordeste y la visibilidad era muy buena, así que volví a intentarlo de nuevo. Monté el tele en la cámara, la puse en el trípode, conecté el cable disparador y esperé a que el sol se escondiera. A medida que el disco iba bajando empezaron a cruzarse nubes por delante, nada bueno, pero como ya tenía todos los artilugios montados, puse el disparo de ráfaga, esperé hasta que quedaron tres o cuatro segundos para que desapareciera e hice unas cuantas fotos seguidas sin ninguna esperanza.

Nada mas terminar revisé las imágenes y al ampliarlas un poco algo raro me llamó la atención, en la tercera o la cuarta me pareció ver un puntito verde de poco mas de un pixel que estaba justo encima del sol. Al seguir pasando fotos ese puntito parecía crecer un poco hasta que al final apareció claramente una línea horizontal de color verde. Toda la secuencia había durado poco más de un segundo. No se si sería "un verde que ningún pintor puede obtener en su paleta, un verde cuya naturaleza no se encuentra ni en los variados verdes de los vegetales ni en las tonalidades de los mares mas transparentes, un verde que sin duda era el verde de la esperanza", como había escrito Verne en su cuento, pero era mi pequeño rayito verde, y por fin lo había cazado, aunque en este caso y a pesar de que estaba mirando por el visor no se si realmente lo habré visto o si sólo lo habrá visto el sensor de mi cámara.

Aquí os dejo la secuencia de fotos tal como salieron de la cámara (solo pasando del raw al jpg y recortando), pero sin hacer ningún tratamiento posterior en photoshop. Si os fijáis, en la tercera foto ya se aprecia un puntito verde encima del disco del sol, y en las dos últimas ya se ve el rayo verde (o más bien la raya verde). Podéis pinchar en las fotos para ampliarlas.


Como comentaba antes, este fenómeno ya había sido descrito en un artículo aparecido en la revista Science en 1883 y se explica por el efecto de la refracción atmosférica y a la difracción producida por las partículas de polvo que flotan en la atmósfera, que hace que se dividan los componentes rojos y verdes de la luz, de forma que durante un instante es posible verlos por separado. Si os interesa una explicación física más detallada podéis encontrarla en este link.

8 comentarios:

  1. Hace unos años vi un documental de un tipo que también andaba detrás de observar el rayo verde (y lo consiguió). También conozco a otro que lo vio desde El Palo

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  2. Hola David, nunca habia oido hablar de ese rayo verde, pero en tus fotos se ve perfectamente. enhorabuena, por haber conseguido esas maravillosas instantaneas.

    Un saludo.

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  3. Hola David: Tengo unas puestas de sol espectaculares todo el año sobre la bahía de La Herradura,Gr y nunca capté ese fenómeno. A partir de ahora estaré pendiente de ver si eso ocurre aquí también.Muy bien. JESÚS

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  4. ya sabes que seguimos tu blog desde hace tiempo, es algo único. Pero, con lo del rayo verde, mi hijo me preguntó qué hay que hacer para ser biólogo, a ver qué le contestas.
    www.arturorvab@hotmail.com

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  5. Yo conocía esto de una peli que me encantó de Éric Rohmer "Le Rayon vert" (1986)... Muy buenas fotos!

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  6. Te felicito, no es fácil ni verlo ni fotografiarlo y tú lo conseguiste. Todo un triunfo.
    Un saludo

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  7. Gracies David, poles semeyes, una pasada y pol recuerdo a los años de les lectures coles que añorábemos descubrir el mundiu

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  8. Revisé todas las fotos (..)a ver si veía algo verde, pero nada.

    Ja ja ja...

    Recuerdo bien esa entrada de Manel, y porque es la primera referencia que tuve de tal rayo -no conocía el relato de Julio Verde-.

    Veo las imágenes y veo el verde, pero no le encuentro sentido. Sí encuentro sentido a la ilusión de quien ve algo por primera vez y lo comparte cual bocata de nocilla en patio de colegio.

    Gracias por el bocado, David.

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