miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cetáceos en Canarias

Aunque probablemente lo que más me haya impresionado del viaje a Canarias haya sido perderme en los bosques de brezos y laureles de la Gomera, también tenía muchas ganas de salir en barco a ver cetáceos. En todas las islas hay una buena oferta de salidas organizadas, y en muchas de ellas por tan solo 18 euros te dan un paseo de 2 horas en las que es posible ver varias especies. Esta abundante oferta no es de extrañar si tenemos en cuenta que las Canarias son uno de los lugares con mayor diversidad de cetáceos del mundo, habiéndose registrado 29 especies distintas, tanto residentes como de paso. La situación geográfica de estas islas, que marcan el límite de distribución norte para las especies tropicales y el límite sur para las especies de aguas frías, es la responsable de esta gran diversidad. Por otra parte, debido al origen volcánico del archipiélago y a su situación en medio del océano, se alcanzan profundidades de hasta 3000 m a escasa distancia de la costa, lo que facilita la observación de estos animales.

Pareja de delfines mulares

Finalmente nos apuntamos a una de estas excursiones y al poco de salir del puerto de los Cristianos, al sur de Tenerife, nos dirigimos a unas jaulas de acuicultura que estaban fondeadas a escasa distancia de la playa. Un grupo de delfines mulares (Tursiops truncatus) se venía observando desde hacía unos días en sus alrededores. Los delfines suelen acudir a las proximidades de estas jaulas para alimentarse de los peces que acuden a comer los restos de pienso con los que se alimenta a las doradas y lubinas.

Cría de delfín mular con su madre

Cuando estábamos acercándonos observamos las primeras aletas, no había duda de que eran mulares. Un grupo de mas de 60 ejemplares nadaban alrededor de las jaulas y se acercaron al barco nada mas que nos vieron. Entre ellos había varias crías pequeñas que nadaban pegadas a sus madres. Después de disfrutar durante mas de diez minutos de los delfines decidimos salir un poco mas afuera, al canal que separa Tenerife de la Gomera, donde habita una población residente de Calderon tropical o de aleta corta (Gobicephala macrorhynus), probablemente la especie más conocida de estas aguas.

Mientras íbamos alejándonos de la costa oímos en la radio del barco que un enorme grupo de Delfines moteados (Stenella frontalis) se encontraba alrededor de otra embarcación que podíamos ver desde nuestra posición. Según comentaban, había mas de 1000 ejemplares nadando y saltando alrededor del barco.

Delfines moteados

Sin dudarlo nos dirigimos hacia allí. Yo nunca había visto esta especie, característica de aguas tropicales y de unos 2 metros de longitud, mas o menos del tamaño de un delfín listado. Cuando llegamos a la zona donde se habían visto no encontramos nada, parecían haber desparecido todos. Dimos unas cuantas vueltas y cuando nos habíamos dado por vencidos vimos unos saltos a estribor. No era el gran grupo, pero eran al menos 15 o 20 delfines moteados que rápidamente se acercaron a nosotros y se pusieron a surfear en la proa del barco, saltándo y nadando cerca de la quilla.

Ya estaba oscureciendo y aun no habíamos visto a "las ballenas", a pesar de que era la especie en teoría más fácil de ver en la zona. Se había levantarse viento y los borreguillos que se formaban en la superficie de la mar no facilitaba la localización de los cetáceos.

Calderón tropical

Cuando estábamos a punto de irnos, el capitán del barco vio una aleta a unos 100 metros de distancia, mientras nos acercábamos pudimos comprobar que se trataba de un calderón, la forma de su aleta y de su cabeza al salir a respirar no dejaba lugar a dudas. Pasó muy cerca de nosotros, quizás hubiera alguno mas en las proximidades pero las condiciones de la mar habían empeorado y no pudimos localizarlos.

Después de unos minutos decidimos regresar a puerto, habían pasado dos horas sin enterarnos y al final habíamos visto mas especies de las imaginábamos, sobre todo teniendo en cuenta que las condiciones no eran las mejores.

3 comentarios:

  1. Hola David. hace unos años hice el mismo recorrido. Impresionante ¿eh? Te quiero contar que en el P.N de los Arcornocales,Cádiz, hay una zona donde el bosque de Roble ó Quejigo andalúz Quercus canariensis mezclado con madroños y algarrobos,etc, me recordó muchísimo al bosque de laurisilva que había visto en La Gomera.Precioso tu reportaje.

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  2. Hola Jesús, hace un par de años estuve en los alcornocales y también es un sitio para quedar con la boca abierta. Merece la pena.
    un saludo

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  3. En 2 horas!!!! Vaya, pues no está nada mal observar 4 especies de cetáceos...

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