Durante estas semanas, en muchos de los prados y bosques de la cornisa cantábrica han florecido los gamones (Asphodelus albus), unas plantas muy característica por las varas largas, a veces de más de metro y medio de altas, donde se encuentran sus flores. Durante la floración de estas plantas se congregan en ellas gran cantidad de insectos y otros pequeños animales que acuden sobre todo a libar el néctar, pero también a comer sus hojas y flores e incluso a cazar a otros animales.
Las abejas y abejorros aprovechan los días de abundancia para hacer viajes continuos desde las flores hasta las colmenas, y en un momento llegué a contar más de 10 himenópteros de 4 especies ditintas en una misma espiga.
Zigaena trifolii
Las zigenas, que han aparecido a cientos por todos los prados, también se detienen en las flores del gamón para repostar. Y como ellas decenas de especies de mariposas que acuden atraídas por el olor y el llamativo color de sus pétalos.
Los escarabajos sanjuaneros (Melolontha melolontha) también aparecen por las espigas, pero ellos tienen una especial predilección por las flores secas y marchitas. Está claro que incluso dentro de una sóla planta hay especialistas que se aprovechan de cada una de sus partes, intentando evitar la competencia con otras especies.
Scatophaga stercoraria
Algunos insectos, como la mosca Scatophaga stercoraria, que como su nombre científico deja entrever, tiene predilección por los montones de estiercol, cambian su dieta temporalmente para alimentarse de néctar. En pocos días se habrá terminado el maná y volverá a sus escatológicas costumbres.
Araña (Thomisidae) atrapando a una abeja (Apis mellifera)
Pero como si se tratara de las sabanas del Serengueti, las concentraciones de herbívoros y polinizadores también atraen a los depredadores. Las arañas cangrejo (Familia Thomisidae) tiene colores crípticos que se confunden con el medio donde se encuentran. Aprovechándose de su "invisibilidad" esperan pacientemente a que un insecto descuidado se acerque para lanzar un rápido ataque y atraparlo. Una vez agarrado, la araña le inoculará su veneno y comenzará a digerirlo.
Dentro de unos pocos días, las flores del gamón se habrán marchitado y la planta comenzará a secarse. Este pequeño microhábitat temporal desaparecerá y la pequeña comunidad que se había asentado en sus flores y hojas se marchará para buscar un nuevo sitio.
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