Hace unos meses, mi amigo Agustín me comentó que en una cuadra que había visitado en una campaña de saneamiento de ganado, se había encontrado con un nido de lechuzas. Lo curioso del caso es que contrariamente a lo que suele suceder, la dueña de la cuadra estaba muy contenta con ellas, decía que hacía años que criaban allí y que les dejaba siempre una pila de hierba seca para que hicieran el nido.
Me acerqué con él y pude comprobar que en la pila de hierba había tres pequeños pollos de lo que parecían ser cárabos. Habían eclosionado hacía menos de una semana y al lado de ellos había un par de ratones de campo que sus padres habrían llevado la noche anterior. La dueña de la cuadra conocía perfectamente la dieta de "sus lechuzas" y sabía que todos los días mientras estaban criando en su cuadra, decenas de ratones, topillos y otros roedores ya no le comerían el maiz, ni estropearían su huerta porque ellas los mantendrían a raya.
A la semana siguiente me pasé de nuevo por la cuadra y confirmé que los pollos, como se puede ver en la foto, erán cárabos (Strix aluco) y no lechuzas. También observé que habían crecido mucho y que ya empezaban a asomarles las plumas. Ya se movían por la pila de hierba seca, llamándome la atención uno de ellos, que como suele ocurrir en muchas rapaces nocturnas, tenía casi la mitad de tamaño que sus dos hermanos, aunque parecía encontrarse perfectamente.
Sólo estuve un par de minutos y me fui rápidamente, no quería molestar a los pollos y por otra parte, no quería que los cárabos adultos me atacaran, ya que es sabido que son unos padres muy agresivos cuando están criando.
Montón de hierba apilada por la dueña de la cuadra para que criaran los cárabos
En este caso los cárabos tuvieron suerte, ya que eligieron para reproducirse la compañía de una persona inteligente. Una persona que no hacía caso a las estúpidas y ridículas historias de fantasmas y espíritus que mucha gente les atribuye a estas aves. Una persona que independientemente del respeto que siente hacia estos animales, es consciente de que las rapaces nocturnas son unos perfectos aliados a los que conviene cuidar y respetar, aunque sea por puro egoismo.
NOTA: Los pollos de cárabo suelen abandonar el nido cuando aun estan cubiertos de plumón. Se pueden posar en las ramas de árboles cercanos al nido. Es importante tener en cuenta que aunque nos parezca que están abandonados y desvalidos no lo están, y que sus padres se encuentran cerca y los siguen alimentando. Nunca los debes coger.
Después de un día de mucho calor, el sol se pone entre la bruma tras el Fornón, en la Playa de L'Airín (Nuveana, Asturies). Una vez que se ha escondido, el cielo empieza a cambiar de color rápidamente, y en unos minutos los rojos y naranjas dan paso a los rosas y azulados. Son las 22:30 y aun hay luz, pero ya han encendido las horribles farolas en todos los caminos del pueblo que no nos dejarán disfrutar de una noche estrellada como la de ayer.
Notonecta glauca succionando los fluidos corporales a una larva de efémeroptero
Estamos acostumbrados a ver documentales de grandes depredadores, de leones en la sabana africana cazando ñus y cebras, pero no solemos prestar atención a ese tipo de escenas cuando ocurren a nuestro alrededor, y sobre todo cuando los animales implicados no miden mas de unos pocos centímetros.
Unos de los hábitats mas salvajes y donde las relaciones entre depredadores y presas son mas intensas son las charcas temporales. A diferencia de las sabanas, las charcas son lugares donde todo transcurre a una gran velocidad, donde las comunidades animales y vegetales se desarrollan en unas pocas semanas y donde el principal objetivo de la mayoría de seres vivos es crecer y desarrollarse a la mayor velocidad posible para escapar antes de que desaparezca el agua.
En las charcas, los depredadores suelen ser insectos con grandes mandíbulas o con picos y aguijones especializados para inyectar enzimas y disolver los tejidos. Los nadadores de espalda (Notonecta glauca) son unos de esos depredadores, que cazan al acecho a otros insectos acuáticos e incluso a otros animales mucho mayores que ellos, como renacuajos o pequeños peces.
Pero si en la charca hay un depredador realmente temible, ese es el ditisco (Ditiscus sp.), y en particular su fase larvaria, con sus enormes mandíbulas capaces de capturar casi cualquier cosa, y con una agresividad que hace que lleguen incluso a saltar fuera del agua para capturar sus presas. Las larvas de ditisco son cazadores visuales y sus seis ojos sencillos, son capacaces de detectar cualquier ligero movimiento en sus proximidades.
El cazador cazado
Ni siquiera las Notonectas están a salvo de este superdepredador. Afortunadamente para nosotros sólo mide unos 3 cm de longitud, porque sólo con verlo de cerca podemos hacernos una idea de en quién se inspiraron para crear muchos de los aliens y otros monstruos que pueblan las películas de terror.
Los invitados a esta mesa redonda serán el Dr. Rolando Rodriguez Muñoz, investigador de la Universidad de Exeter, el Dr. Manu Esteve, experto en reproducción de salmónidos y documentalista subacuático y Jorge Álvarez González, socio de Ramón Hermosilla y Gutiérrez de la Roza, especialista en derecho administrativo. Después de las ponencias se abrirá un debate con todos los presentes.
En este debate podremos comentar la situación de algunas especies emblemáticas de Asturies, como el urogallo (Tetrao urogallus cantabricus) o el Salmón atlántico (Salmo salar), que hace dos años tocó fondo al haberse capturado 356 peces en toda la temporada. También podremos comentar las medidas que tomó la Administración asturiana para proteger la especie (nunca una veda total que sería lo lógico en esta situación) y cómo cuando este año aumentaron las capturas, volvieron las palmadas en la espalda, las felicitaciones y los discursos sobre la pronta recuperación del salmón. Mientras los cargos políticos decían que sus medidas habían propiciado la "salmonada" de este año, los pescadores exigían que se revisaran, ya que para ellos eran demasiado restrictivias.
Evidentemente no se han enterado de nada, continúan sin comprender que las entradas de salmones en los ríos no siguen una tendencia constante, sino que sufren picos y altibajos, y que un "buen año" puede ir seguido de un año catastrófico. Tampoco comprenden que 1000 salmones pescados en un año es un número bajísimo, que habla claramente de la situación de una especie de la que hace un siglo se pescaban decenas de miles de ejemplares anualmente. Y los responsables de la Adminstración, o no se enteran o no se quieren enterar, ya que de todos es sabido que los efectos de un año sin pescar se notarían varios años después, cuando los peces nacidos esa temporada retornaran a sus ríos de origen para reproducirse.
Lo que está ocurriendo esta temporada de pesca es algo alarmante, ya en vez de dejar que la buena entrada de salmones se traduzca en un aumento de reproductores a final de año, los pescadores han salido al río a capturar cuantos mas peces mejor, demostrando una vez mas la verdadera cara de gran parte de ese colectivo. Como muestra de ese afan depredador, tan alejado de las intenciones conservacionistas que de sí mismos pregonan, desde que el miércoles entró en vigor la obligación de soltar los salmones capturados que superen los 70cm de longitud (para favorecer la reproducción), los pescadores ya no van al río. Y esta no es sólo una opinión personal, que muchos considerarán sesgada, sino que también es la que comparten algunos pescadores, como Juan Delibes, que además de biólogo es pescador y director del Canal Caza y Pesca Tv, y que hace un mes escribió un artículo en LNE que recomiendo que leáis.
Aquí arriba os dejo un vídeo de Manu Esteve, el último que ha grabado de una serie de increíbles reportajes en la que ha documentado la reproducción de prácticamente todas las especies de salmónidos a lo largo de todo su rango de distribución. Un precioso documento que ojalá sirviera para que nos demos cuenta que que el Salmón atlántico no es sólo un trofeo, sino una especie en peligro de extinción que entre todos tenemos la obligación de evitar que desaprezca.
Y para proteger una especie, ya sean osos, urogallos o salmones, lo primero que hay que hacer es conocerla, por eso os invito a que acudáis este jueves a la mesa redonda de LNE. La entrada es libre y todos están invitados, por supuesto el señor Pelaéz también, para que exponga sus opiniones acerca del furtivismo, y del papel de los "sesudos científicos a los que "las universidades dan cobijo" (sic), ya que todo parece indicar que él será el próximo responsable de esta materia en el nuevo gobierno asturiano.
Ayer amaneció el día completamente despejado, hacía tanto tiempo que no veía un día así, con el cielo azul y sin ninguna nube en el horizonte que ya ni me acordaba de como era. En el Playón de Bayas, la marea baja había dejado al descubierto las grandes rocas que como monstruos petrificados descansan sobre el arenal. Al fondo, la marejada que apenas dio tregua en los últimos meses, rompía contra la peña la Deva pintando la mar de espuma blanca.
Hace unos pocos días veíamos en este blog a una oruga de una mariposa que se agarraba a una rama intentando pasar desapercibida. Las orugas tienen muchos enemigos, las aves insectívoras las buscan ávidamente durante la primavera para alimentar a sus pollos y reptiles y otros insectos las consideran un plato muy apetecible. Una de las estrategias más frecuentes que usan estas orugas para no ser depredadas es la de mimetizarse con el ambiente que las rodea para evitar ser vistas.
Pero no todos los animales utilizan el mimetismo para defenderse, otros animales utilizan la técnica opuesta, que es la de hacese visibles para que los depredadores los reconozcan y no se los coman. Resulta evidente que previamente los depredadores deben asociar a esas presas potenciales con algo desagradable que es mejor evitar. Algunas orugas tienen pelos urticantes que producen escozores y picores muy molestos a los animales que intentan comérselas.
A partir de experiencia, el depredador asociará los colores intensos y llamativos de la oruga con la sensación desagradable que le produjo comérsela. Pero la pregunta siguiente parece lógica, ¿cómo pudo haber evolucionado ese comportamiento en la oruga si para enseñar a un pájaro que era tóxica tuvo que morir en el intento?
En primer lugar no todas estas orugas mueren durante la depredación, algunas liberan esos pelos sólo con un ligero contacto e incluso algunas orugas, como las procesionarias del pino (Thaumetopoea pityocampa) son capaces de lanzarlas a distancia si se sienten molestadas. En segundo lugar, en muchas ocasiones las orugas de una misma familia permanecen juntas sobre la planta nutricia, por lo que la muerte de una de ellas puede salvar la vida de sus hermanos (Selección por parentesco o "Kin selection").
Hay veces en las que incluso los edificios mas horribles cambian de apariencia bajo la luz de las estrellas. La vieja tolva de la cantera abandonada de Valmurián, en ruinas después de varias décadas de uso, seguía en pie como un monstruo prehistórico, o quizás como otra cosa. Todo es distinto bajo las Pléyades.
El pollo del milano negro (Milvus migrans) ya se encuentra casi completamente emplumado y espera pacientemente en el nido a que vengan sus padres a traerle el almuerzo. Hasta hace poco siempre estaba acompañado por uno de ellos, pero ahora, cuando faltan pocos días para que abandone el nido, sólo van un par de veces al día para llevarle la comida.
La pareja de milanos construyó el nido en un eucalipto, en un bosque mixto sobre un embalse del centro de Asturies. Esto no resulta extraño si tenemos en cuenta que el eucalipto es la especie forestal mas abundante (y aun lo será mas en los próximos años) de este paraíso natural de mentira. Dentro de menos de un mes el joven, ya completamente emplumado, se unirá a sus padres y a otros de su especie y emprenderá el viaje a África donde pasará el invierno.
El milano negro es, según algunos autores, el ave rapaz más abundante del mundo y la que tiene una distribución más amplia. Su población europea se ha estimado en unas 100.000 parejas, de las que unas 9000 se reproducen en España. En Asturias, la población nidificante de esta especie ha aumentado espectacularmente en los últimos años, sobre todo el centro. Hay que tener en cuenta que hace poco mas de una década era un nidificante muy escaso e irregular en el oriente de la provincia y prácticamente ausente en el resto.
Anemonia sulcata. Un estratega de la r como casi todos los invertebrados marinos
La reproducción es el punto culminante en la vida de todos los organismos. Para ese momento ellos invierten una gran cantidad de recursos con el único fin de que sus genes pasen a la siguiente generación. Algunos optan por producir muchos descendientes, a veces varios millones en una sóla estación, y luego se despreocupan de ellos. En ese caso la tasa de mortalidad será muy alta, pudiendo superar el 99.9% en algunas especies, pero el 0.01% restante sobrevivirá y conseguirá reproducirse, completando el ciclo. A estos organismos se les llama en ecología "estrategas de la r" y se caracterizan por su corta vida y por tener poblaciones muy variables en el tiempo. Un ejemplo de estos organismos podrían ser algunos invertebrados, como los gusanos marinos, o los corales, que pueden poner millones de huevos planctónicos en unas horas de los que sólo unos pocos alcanzaran el estado adulto.
Zampullín chico (Tachybaptus ruficollis). Un estratega de la K
Otros organismos optan por la estrategia opuesta, es decir, tienen pocos hijos pero les dedican mucho esfuerzo: los cuidan y los defienden contra los depredadores, arriesgando incluso su propia vida para asegurar la supervivencia de sus descendientes. A estos organismos se les denomina "estrategas de la K" y por regla general tienen ciclos de vida largos y tienen números poblacionales constantes y poco variables en el tiempo.
Sapo partero macho. Un estratega de la K dentro dentro de los anfibios
Como suele ocurrir en biología, entre esos dos extremos hay puntos intermedios, pero por regla general podemos afirmar que si hay cuidado parental el número de hijos será menor. Por ejemplo, los anfibios suelen poner cientos o miles de huevos y después de la puesta se olvidan de ellos, siendo las mortalidades muy elevadas. Pero algunas especies de anfibios cuidan las puestas, como ocurre en el sapo partero (Alytes obstetricans) reduciendo de esa forma la mortalidad antes de la eclosión. En ese caso las puestas serán mas reducidas.
Dendrobates pumilo transportando un renacuajo hasta una bromelia.
El caso más extremo de estrategas de la K dentro de los anfibios es el de algunos dendrobátidos tropicales, como el Dendrobates pumilo de los bosques de Costa Rica. Esta pequeña rana de tan sólo un par de centímetros de longitud pone 4 o 5 huevos, cada uno en el pequeño charquito que queda entre las hojas de las bromelias. Desde el momento de la puesta la pareja cuidará de ellos, alimentará a los renacuajos con huevos no fertilizados que pondrá su madre cada pocos días y si el charquito se seca, transportarán al renacuajo en su espalda hasta otra planta mas adecuada. Como resultado la supervivencia será cercana al 100%.
Aunque las dos estrategias son diferentes, el resultado final será que los organismos que las usen conseguirán que parte de sus descendientes consigan reproducirse. Las dos estrategias se han mantenido durante millones de años y ninguna ha desplazado a la otra, esto se debe a que cada una es la adecuada para un tipo de organismos y condiciones ambientales. Por ejemplo, los estrategas de la r, los que producen muchos descendientes, están adaptados a ambientes impredecibles con variaciones ambientales frecuentes y suelen ser organismos colonizadores. Por el contrario, los estrategas de la K, están adaptados a ambientes poco variables, con condiciones constantes y predecibles y no son colonizadores.
Una de los malentedidos más frecuentes es el de pensar que los "estrategas de la K" invierten mucha mas energía y esfuerzo que los "estrategas de la r" en reproducción; que los "estrategas de la r" tienen millones de hijos y "cómodamente" los dejan a su suerte mientras que los pobres K gastan muchísmo mas en criarlos. Quizás esta opinión se deba a que nosotros, los seres humanos, somos un caso muy extremo de estrategas de la K, y con nuestra maniática costumbre de humanizar a los animales consideramos que los que se parecen a nosotros son los buenos y los otros los malos y sinvergüenzas. Quizás deberíamos saber que la inversión energética en reproducción de un organismo tan simple como un erizo de mar es gigantesca, ya que antes de la puesta, más de la mitad del volumen total de su cuerpo lo forman las gónadas, y para producir todos esos huevos y esperma, los erizos deberán destinar la mayoría de sus energías a ese fin.
En resumen, en biología no hay ni buenos ni malos, todo es cuestión de economía energética. Los recursos disponibles son limitados y se puede gastar más en producir millones de hijos y gastar poco en cuidarlos, o gastar poco en producir unos pocos y mucho en cuidarlos, pero el presupuesto total será similar.
Sujeta a una pequeña rama de una espinera con sus pies ambulacrales, la pequeña oruga se desplazaba buscando hojas frescas con las que alimentarse. Su madre ya había puesto los huevos sobre la planta adecuada para que lo tuviera mas fácil y desde el momento de su nacimiento lo único que ha tenido que hacer ha sido comer y crecer. También tendría que evitar que se la comieran, para conseguirlo su cuerpo ha segregado unas sustancias de sabor desagradable y se ha adornado con colores llamativos (aposematismo) para avisar a los posibles depredadores de que no es un buen aperitivo.
Las oruga no tiene buena vista, tampoco le hace mucha falta, y por eso con 6 ojos simples en vez de los ojos compuestos de los adultos le es más que suficiente. Durante unas semanas lo único que tendrá que hacer, como les pasaba a los renacuajos, es crecer hasta alcanzar el suficiente tamaño para poder realizar la metamorfosis. En ese momento construirá un capullo a su medida dentro del cual su cuerpo sufrirá unos cambios extraordinarios que afectarán no sólo a su morfología externa, sino también a sus órganos internos, dando lugar tras unos días a una mariposa que no se parecerá absolutamente nada a la oruga de la que se originó.
La mayoría de las plantas angiospermas necesitan de los animales para reproducirse. Normalmente son los insectos los que se encargan de transportar el polen de unas flores a otras para garantizar la fecundación, aunque también otros animales, como colibríes o murciélagos, pueden hacerlo. Pero estos animales no realizan ese trabajo altruistamente, sino que obtienen algo a cambio, normalmente alimento en forma de néctar. Las plantas producen ese néctar con la única misión de atraer a los polinizadores hacia ellas y mientras lo consumen, se impregnarán del polen que transportarán hasta otras flores de la misma especie, garantizando de esta forma la fecundación cruzada.
Pero no todas las plantas atraen a los polinizadores usando el truco de la comida.Hay una familia de plantas que usa un estímulo mucho mas poderoso: el sexo, y esas plantas son las orquídeas. Aunque hay orquídeas que producen néctar, hay varias especies que han evolucionado para imitar a la perfección a la hembra de una avispa u otro himenóptero. Cuando un macho de una de esas especies se acerca a esa flor, intentará copular con ella y durante ese intento frustrado el polen se le quedará pegado al cuerpo.
Es evidente que este truco funciona y además es mucho mas barato que el truco del néctar, ya que la producción de ese líquido azucarado es más cara en términos energéticos que la formación de la flor imitadora.
Si nos fijamos en detalle en la estructura de la flor de una Orphrys apifera, que estos días están floreciendo por muchos lugares de Asturies, podremos ver todas las estructuras que participan en el proceso, y también podremos saber si esa flor ha sido visitada por una avispa o no. Al contrario que ocurre en otras flores, el polen de las orquídeas se concentra en una masa compacta que recibe el nombre de polinio (en la foto anterior se ven como dos saquitos amarillos colgando de la parte superior de la flor). Esos polinios se sueltan de la flor cuando la avispa intenta copular con ella y se quedan pegados al insecto. De esta forma serán transportados hasta otra orquídea, que será fecundada cuando la avispa trate de aparearse de nuevo con ella.
Estas estrategias de polinización por parte de las orquídeas trajeron de cabeza durante muchos años a los biólogos evolutivos ya que planteaban dudas que no eran aparentemente fáciles de resolver a la luz de la teoría de la evolución. Teniendo en cuenta que la selección natural no suele premiar las complicaciones innecesarias, ¿por qué no todas las orquídeas se han quedado con la estrategia de polinización basada en una recompensa de néctar?, ¿cómo es que sus prácticas sexuales se volvieron tan elaboradas? Y, sobre todo ¿qué ganan los insectos engañados con ese señuelo erótico? Si la respuesta es que sólo obtienen frustración, entonces ¿por qué la selección natural no haría que se extinguieran esos insectos que desperdician su tiempo apareándose con una muñeca hinchable?
Dibujo de una orquídea hecho por Darwin en 1982
Estas cuestiones ya llamaron la atención de Charles Darwin en 1862, cuando publicó su ensayo Fertlization in orchids, donde desarrolló el concepto de coevolución (aunque no con ese nombre) al fijarse en las relaciones entre insectos y plantas. Desde Darwin, muchos investigadores han tratado de resolver las anteriores cuestiones, pero quizás haya sido John Alcock, el que en su libro "An Enthusiasm for Orchids: Sex and Deception in Plant Evolution", haya tratado con mayor detalle las implicaciones evolutivas de estas adaptaciones de las orquídeas para asegurar la fecundación.
John Alcock propuso varias hipótesis para explicar esas cuestiones basándose en experimentos realizados durante varios años. Algunos investigadores añadieron artificialmente néctar a orquídeas que no lo producían y observaron que los polinizadores permanecían sobre las flores de la misma planta durante mucho tiempo. Esto no beneficiaba a la planta, ya que favorecía la endogamia al incrementar el tiempo de estancia sobre la planta. Por el contrario, las avispas que eran engañadas por la flor e intentaban copular con ella, solo permanecían sobre ella unos instantes y luego se iban lejos para no cometer el mismo error. Esto quería decir que la frustración sexual de la avispa es esencial para la estrategia reproductiva de la orquídea.
Por otra parte, la producción de néctar tiene un inconveniente, y es que es apreciado por muchos animales, algunos de los cuales no estarán bien adaptados para la polinización, y de esa forma la planta desperdiciará tanto el polen como el néctar. Mediante el truco del sexo sólo se atraerá a unos determinados insectos pero esos serán los adecuados para asegurar la polinización.
Otra características de las flores de las orquídeas es que dentro de la misma especie no son todas exactamente iguales, sino que muestran ciertas variaciones entre sí, no sólo en el aspecto externo, sino también en el olor que desprenden. Los botánicos llaman a este fenómeno "mimetismo floral imperfecto" y se cree que es parte de la estrategia de la orquídea para asegurar el éxito de su mecanismo de fecundación, ya que de esta forma los insectos no aprenderían a evitar las flores después de un "fracaso amoroso". Por otra parte, desde el punto de vista de los insectos, la relativa escasez de esas flores engañosas y su limitada temporalidad, hace que a pesar de los engaños, aún tengan suficientes parejas reales con las que aparearse.
En el anterior vídeo de Richard Dawkins se ponen mas ejemplos de los engaños sexuales de las orquídeas, como el de la orquídea cabeza de martillo, que imita a una hembra de avispa con la peculiaridad de que cuando el insecto intenta copular con ella, un resorte hace que insecto y flor se balanceen hasta que los polínios acaban pegados a su cuerpo. Otra especie de orquídea crea un recipiente con un líquido que atrae a los insectos que acaban cayendo en él. Si quieren salir sólo tendrán una puerta, y allí se encuentran los polinios, que quedarán adheridos a su cuerpo para fecundar la siguiente planta que visiten.
Como habréis comprobado, la evolución es una teoría que se apoya en sólidos pilares, con miles de hechos irrefutables que la sostienen, y las orquídeas y los insectos nos ofrecen una prueba mas de ello.