Macho de Parnassius apollo
La mariposa apolo (Parnassius apollo) es una de las mariposas más llamativas que podemos encontrar en la Península Ibérica. A su gran tamaño (casi 8 cm de envergadura) hay que añadir su color blanco con los característicos lunares anaranjados o rojos y su majestuosa forma de volar, dejándose caer por las laderas de las montañas y volviendo a subir sin esfuerzo aparente. Estas mariposas necesitan de la presencia de las plantas crasas del género Sedum, ya que sus orugas se alimentan exclusivamente de ellas.
La mariposa Apolo es una especie eminentemente alpina, siendo muy raro encontrarla por debajo de los 1300 msnm, aunque pueden aparecer algunas por encima de los 700 m. Esta dependencia de las altas cumbres ha favorecido la aparición de numerosas subespecies, ya que las para estas mariposas las montañas representan islas separadas entre si por un mar inhóspito de bajas altitudes (y altas temperaturas). En Asturies podemos encontrar dos subespecies de las 24 que aparecen en la Península Ibérica: P. apollo asturiensis en la Coordillera Cantábrica y P. apollo ardanazi en los Picos de Europa. Los ejemplares que fotografié hace unos días pertenecen a la primera subespecie y como se puede apreciar, los lunares son de color anaranjado pálido y no rojos como suelen aparecer en otras subespecies.
Hembra de Parnassius apollo
Pero entre todas las mariposas de esta especie que vi (que sorprendentemente fueron muchas) me llamaron la atención un par de ejemplares más oscuros, casi grisaceos en vez de blancos y que tenían lunares naranjas en las alas anteriores. La Apolo es una especie muy polimorfa, con una gran variabilidad individual entre ejemplares de la misma colonia, como indica Hugo Mortera en su libro Mariposas de Asturias (sin duda el mejor y más completo libro sobre este grupo de insectos publicado en Asturies y que os podéis bajar en pdf en este enlace; aunque también lo podéis encontrar en papel).
Hembra de Parnassius apollo
Lo que yo en mi ignorancia pensé que se trataba de una nueva subespecie, era en realidad una hembra de la misma subespecie que las otras, como me confirmó Pablo Fernández cuando le mandé unas fotos. ¿Pero por qué sólo había visto tan pocas hembras en comparación con la gran cantidad de machos que volaban ese día? Algunos autores habían propuesto que la proporción de sexos (sex-ratio) estaba muy sesgada a favor de los machos, y que estos eran mucho mas numerosos que las hembras, lo que sugería una mortalidad selectiva de las hembras.
Lo cierto es que los últimos estudios realizados con esta especie demuestran que esta percepción es realmente un artefacto, y que la proporción sexual es 1:1, sólo que mientras que los machos son observados casi siempre volando, las hembras pasan más tiempo posadas, por lo que realmente la diferencia en la proporción de sexos se debe realmente a una mayor detectabilidad de los machos respecto a las hembras.
Referencia
P Adamski (2004). Sex ratio of apollo butterfly Parnassius apollo (Lepidoptera: Papilionidae) facts and artifacts. European Journal of Entomology, 101 (2), 341-344
Buenos apuntes de la apolo.
ResponderEliminarHace unas semanas ascendimos a Peña Redonda por las cumbres del valle de Tosande (montaña Palentina) y vimos numerosas "apolos" en vuelo, posadas...pero eso sí, todas ellas machos, no tenemos ninguna foto ni observación de hembras, según tu descripción. Realmente ¿es tan difícil verlas?
un saludo desde Pucela.
Hola Ojolince, pues debe serlo porque yo ese día vi muchísmos machos y sólo dos hembras, y otras veces me acuerdo de sólo ver las blancas.
ResponderEliminarIncluso a mi ese trabajo sobre la diferencia de detectabilidad me hace sospechar, porque allí incluso habla de relaciones 2:1 o 3:1, pero en lo que yo vi, casi era 10:1 o incluso mas.
un saludo
Hola
ResponderEliminarEl gran número de subespecies de P. apolo descritas en tiempos (tan alegremente) es una cuestión muy discutida y que se está investigando por métodos genéticos, y, por lo que se oye, de todas ellas quedarán muy poquitas, así que yo no me lo tomaría muy en serio, empezando por las asturianas. Lo mismo pasa con muchas de las subespecies a las que se les puso nombre hace décadas. En cuanto a lo de machos y hembras, lo del 1:1 suena un tanto raro, la verdad.
Saludos.
Hola Jose, es muy probable que si se analizan genéticamente muchas subespecies queden en nada, de todas formas, el límite para establecer diferencias entre subespecies (y muchas veces entre especies) es muy difuso y no hay consenso sobre el tema.
ResponderEliminarLo que parece claro es que el aislamiento demográfico da lugar a especiación con el tiempo. El caso de las Apolo, así como de otras especies que tienen un límite ambiental estricto (ya sea por temperatura, humedad o lo que sea), son candidatas claras tanto para la especiación como para los fenómenos de extinción local.
un saludo
Felicidades por tu excelente trabajo. El libro de mi amigo, Hugo Mortera y blogs como el tuyo, están haciendo que mi obsesión por el fascinante mundo de las mariposas vaya creciendo. Un saludo. Belén Menéndez Solar.
ResponderEliminarHola este verano en mi ascensión al pico Curavacas en mi querida montaña palentina una mariposa Apollo se poso en mi tobillo....en un circulo morado de mi calcetin...era agosto...en la zona de la pedrera...la sensaccion fue increible era la primeravez que veia una mariposa asi...me alegra saber que son tan especiales y viven en tan altas montañas....un saludo..buen blog..Marta Aragón Maestro.
ResponderEliminarok
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