miércoles, 31 de agosto de 2011
Nubes en un charco
Continuando con los atardeceres y amaneceres, aquí os dejo una foto del fin de semana pasado al atardecer. Quería intentar que las nubes que se habían teñido de rojo quedaran reflejadas en un charco que había dejado la marea y después de dar varias vueltas conseguí encontrar el sitio y el momento (pichad para ampliar, como siempre)
martes, 30 de agosto de 2011
Amaneciendo o anocheciendo
Las fotos al amanecer suelen verse con menos frecuencia que las que se hacen cuando se pone el sol, me imagino que por la sencilla razón de que hay que madrugar, sobre todo en verano. De todas formas hay ocasiones en las que por otra simple razón, que es la de que el sol sale por el este y se pone por el oeste, solo en uno de esos dos momentos conseguimos ver la imagen que queremos.
La playa de Gueirúa, en Santa Marina, es una de las playas asturianas más fotografiadas, y es una de esas playas que en mi opinión hay que visitar al amanecer, porque es entonces cuando las primeras luces aparecen detrás de las rocas afiladas más características de este lugar.
Hace unas semanas me acerqué a Gueirúa cuando aun faltaba media hora para que saliera el sol. Ya se veía perfectamente sin falta del frontal y al llegar a la playa pude hacer unas cuantas fotos antes de la luz del día lo cambiara todo. A ver si os gustan.
NOTA: haced click en las fotos para ampliar
sábado, 27 de agosto de 2011
Sin orcas pero con rorcuales
Barco atunero marroquí
El pasado jueves nos embarcamos desde Tarifa con intención de ver las orcas que acuden en esta época a alimentarse de los atunes rojos. En los últimos años se ha visto como se han especializado en capturar los atunes una vez que quedan atrapados por los anzuelos, sin duda una manera mucho más fácil y menos costosa energéticamente que perseguirlos en mar abierto.
A las 9 de la mañana salimos del puerto en dirección a Tanger. Durante los primeros días del verano las orcas se encuentran en las costas de Barbate esperando a los atunes que entran del Atlántico a desovar al Mediterráneo, pero una vez terminadas las puestas, los atunes salen de nuevo hacia el océano, pero esta vez por el lado marroquí, por lo que en las últimas semanas se estaban viendo en esa zona.
Delfines listados
Después de una hora de travesía empezamos a ver los barcos atuneros, pero entre ellos observamos un grupo numeroso de delfines listados (Stenella coeruleoalba). Mala señal porque los delfines suelen escapar cuando las orcas andan cerca, estas son grandes depredadores y los delfines pueden formar parte de su dieta. Estuvimos durante media hora dando vueltas entre los barcos pero no había ni rastro de las orcas. En los últimos días se estaban viendo sólo tres hembras, el resto del grupo ya se había marchado. Quizás habíamos llegado tarde o quizás el grupo ya se había marchado definitivamente, lo sabremos en los próximos días.
Delfines listados con heridas, probablemente por hélices de barcos
Cuando nos estabamos marchando de la zona, uno de los observadores vio un soplo de un gran cetáceo, probablemente un rorcual, y nos dirigimos hacia allí. Al cabo de unos minutos lo vimos aparecer junto a un par de delfines listados. Estuvo nadando en superficie durante unos minutos y luego se sumergió de nuevo. Había que esperar porque normalmente suelen aparecer de nuevo pasados unos 10 minutos.
Rorcual común
Pasado ese tiempo, apareció de nuevo muy cerca del barco, sacando la cabeza fuera del agua y nadando en superficie durante unos minutos. Se trataba de un rorcual común (Balaenoptera physalus), el segundo animal mas grande de la tierra despues de la Ballena azul. Este ejemplar mediría unos 20 metros, aunque los más grandes pueden llegar a los 27. Pocos minutos después vimos otro rorcual, pero seguían sin aparecer las orcas y ya habíamos perdido las esperanzas. A las tres horas regresamos al puerto, volveríamos a salir por la tarde, pero no a una salida específica en busca de las orcas porque nos dirigiríamos a otra zona.
A las 5 de la tarde salimos de nuevo del puerto de Tarifa en dirección a la costa marroquí, donde se había localizado un grupo de Calderones de aleta larga (Gobicephala melas). Allí nos encontramos con un grupo de unos 30 ejemplareres, entre los que había dos crías de poco mas de una semana que eran protegidas por el resto del grupo.
Grupo de calderones socializando
Los calderones son una de las cuatro especies de cetáceos residentes en las aguas del estrecho, y permanecen aquí durante todo el año. Otras especies como las orcas, los cachalotes o los rorcuales, solo visitan estas aguas unos meses al año.
Los cetáceos sufren en muchas ocasiones accidentes con los aparejos de pesca, sobre todo con curricanes, que es pueden ocasionar heridas importantes y en ocasiones la muerte. Entre el grupo de calderones había un ejemplar con la aleta cortada por uno de estos anzuelos. Afortunadamente para él, la herida cicatrizó y pudo sobrevivir.
Orcas y pescadores
Al final no hubo suerte con las orcas, es probable que aun estuvieran por la zona, pero también es cierto que era demasiado tarde y que las mejores fechas son los primeros días de agosto. Aunque tenía muchas esperanzas de que esta vez pudiera verlas no pudo ser, así que lo intentaré de nuevo el año que viene.
miércoles, 24 de agosto de 2011
Diez minutos
Después de un horrible día de lluvia y frío, como tantos otros que nos está dejando de este extraño verano cantábrico, se abrió una brecha en el horizonte, justo cuando el sol se iba a poner. De repente, como si fuera un truco de magia, el cielo que hasta ese momento era de un gris uniforme empezó a teñirse de color, los grises se transformaron en azules, los blancos en rojos y naranjas y la mar, como un espejo, lo reflejó todo sobre sus aguas, cambiando de aspecto continuamente como hacen los camaleones.
Pasados 10 minutos, la pequeña brecha del horizonte se cerró, la luz se fue apagando y los grises se fueron adueñando de nuevo del paisaje. Aun así había merecido esperar todo el día y bajar corriendo por el camino de la playa para disfrutar de ese momento irrepetible. Puede que dentro de unos días haya un atardecer parecido, quizás más impresionante, pero como ese seguro que no hay otro.
Si todo sale como espero, cuando leáis esta entrada estaré camino de Tarifa, volveré a intentar ver las orcas, parece que al menos no habrá viento de levante y la mar estará en calma. Un viaje de 2000 kilómetros ida y vuelta para si hay suerte verlas durante 10 minutos. ¿Una locura? quizás, ¿merece la pena? sin duda. Y si no las veo, como ya me ocurrió hace un par de semanas, al menos tendré un aliciente para intentarlo de nuevo el año que viene.
La Naturaleza siempre es imprevisible, y no se puede programar como esta entrada del blog, y eso es lo mejor, como esos 10 minutos después de un día gris y lluvioso.
Nota: como siempre, pichad las fotos para ampliarlas, en el blog no se ven nada bien.
lunes, 22 de agosto de 2011
Tarde de víboras
El viernes pasado quedé con Gonzalo Gil para buscar víboras en una zona que el tenía controlada desde hace tiempo. Esperaba que hubiera suerte y que al menos lográramos encontrar alguna, pero lo que no me podía imaginar es que llegaramos a ver hasta cuatro diferentes, una auténtica pasada.
En la cornisa cantábrica podemos encontrar una sóla especie de víbora, la Víbora de Seoane (Vipera seoanei), una especie de talla media, si la comparamos con otras víboras europeas, que llega a alcanzar los 75 cm de longitud total, aunque lo normal es que no superen los 50 cm. Esta especie es muy polimórfica, presentando una enorme variabilidad de coloraciones tanto entre individuos como entre poblaciones.
Las víboras son territoriales y no es raro que un mismo individuo pueda ser visto durante varios días o incluso meses en el mismo sitio, sobre la misma piedra o sobre el mismo montón de hierba o helechos.
Personalmente las víboras siempre me han parecido unos animales alucinantes y porque no decirlo, unos animales muy bonitos, lo que no quita que haya que tenerles el necesario respeto, ya que se trata de animales venenosos, y aunque su mordedura no suele causar accidentes graves salvo en niños pequeños o ancianos, si que es muy dolorosa y requiere de tratamiento médico y hospitalización. Lo más normal es que se queden tranquilamente en su sitio y que no se inmuten ante nuestra presencia, por lo que lo mejor es dejarlas tranquilas y no intentar manipularlas si no se tiene experiencia.
Las cuatro víboras que vimos el viernes tenían una coloración más apagada que lo normal, como si estuvieran desgastadas. Aprovechando la querencia de estos animales a un mismo sitio pudimos comparar alguna de las víboras con las fotos hechas unos días antes por Gonzalo a los mismos ejemplares. Si os fijáis en el ejemplar de las dos primeras fotos y las comparáis con la foto del mismo ejemplar fotografiado unas semanas antes por Gonzalo, comprobaréis el cambio de coloración.
Las víboras son vivíparas y llegan a parir entre 3 y 10 viboreznos entre finales de agosto y finales de octubre, dependiendo de las condiciones meteorológicas. El último ejemplar que vimos el viernes (el de la foto anterior) era una hembra preñada que por lo abultado de su abdomen debía estar a punto de parir.
Nota: como siempre, haced click en las fotos para ampliar
jueves, 18 de agosto de 2011
Náufragos
A 10 millas del cabu Peñes una boya metálica de gran tamaño flota a la deriva. Está oxidada y en la línea de flotación asoman varias piñas de cirrípedos, probablemente de la especie Lepas anatifera. Estos percebes no comestibles se fijan a restos vegetales y otras estructuras flotantes aprovechando que pasan por un estado larvario planctónico en el que se pueden dispersar a largas distancias.
La boya estaba completamente colonizada por cirrípedos hasta más de 2 metros de profundidad, cubriendo lo que probablemente fuera una cadena que la sujetaba al fondo y que se habría roto después de un temporal. En la parte inferior, un grupo de chicharros juveniles (Trachurus trachurus) había encontrado la guardería perfecta donde refugiarse. Todo parecía indicar que la boya llevaba a la deriva mucho tiempo, quizás varios años y probablemente hubiera sido arrastrada por las corrientes desde muy lejos.
Los restos flotantes, ya sean naturales o artificiales son islas en medio de una mar inhóspita y desierta y por eso muchas especies de peces durante sus fases juveniles suelen buscarlos para esconderse bajo ellos y ocultarse de los depredadores. Por supuesto, los peces depredadores conocen estas costumbres de sus presas y también los siguen para alimentarse.
Finalmente, estos objetos acaban convirtiéndose en ecosistemas en miniatura en los que se puede encontrar toda la cadena trófica, desde productores primarios en forma de algas, diminutos crustáceos planctónicos, cirrípidos filtradores, pequeños alevines y finalmente medianos y grandes depredadores, como atunes o peces espada.
Esta asociación entre objetos flotantes y peces es conocida desde antigüo por los pescadores, que llegan a capturar grandes ejemplares de meros y otras especies bajo ellos. En los mares tropicales los pescadores tradicionales también aprovechaban éstas estructuras para pescar. Mientras se trataba de una pesca tradicional el sistema era sostenible, pero desgraciadamente, en la actualidad las grandes flotas atuneras han empezado a usar las nuevas tecnologías para este tipo de pesca y el impacto sobre la pesquería es ya muy importante.
A este sistema de pesca se le conoce como FAD (Fish aggregating device o dispositivo de concentración de peces). Estas flotas lanzan al mar objetos flotantes que equipan con mecanismos de detección a distancia. Pasados unos días, los grandes barcos cerqueros regresan a la zona y cierran un copo de red alrededor del dispositivo capturando todos los peces que se encuentran debajo. Este tipo de pesca es muy poco selectiva y está condenando a muchas especies de túnidos y otros grandes depredadores a la extinción.
Pero volviendo a nuestra boya, la dejamos atrás cuando ya se veía la línea de costa. Probablemente dentro de unas semanas y empujada por las corrientes llegará a la orilla y acabará en cualquier playa finalizando su travesía, y con ella la vida de este pequeño ecosistema en miniatura.
Gracias Jorge, Fernando y Manolo !!
miércoles, 17 de agosto de 2011
"Bajo nuestros mares" en la 2
En el mes de mayo se presentó en el acuario de Xixón la serie "Bajo nuestros mares", que resume en cortos capítulos de unos
dos minutos de duración, algunos aspectos de la vida que se encuentra
debajo de la superficie de la mar. Los 12 capitulos de que consta el primer bloque de la serie corresponden al Mar Cantábrico y está prevista la emisión en el futuro de otros tres bloques mas correspondientes al Mar Mediterráneo, el Océano Atlántico peninsular y las Islas Canarias.
Como muestra de la calidad de estos documentales, que son el resultado del trabajo de mas de dos años del documentalista Jorge Chachero, la serie ha sido adquirida por Televisión Española, que ha comenzado su difusión en su segunda cadena todos los días a las 14:30h.
En el primer capítulo, emitido el miercoles de la semana pasada, se describió el mundo de las anémonas joya, unos pequeños antozoos coloniales multicolores que compiten en belleza con las anemonas tropicales. La serie está compuesta por 12 capítulos que tratan de temas tan diversos como los bosques de algas, los peces curanderos o las expediciones de caza del pulpo. En el capítulo de hoy aprenderemos algo sobre las maragotas (Labrus bergylta), uno de los peces más conocidos de nuestras costas rocosas.
Como complemento a esta serie, ha nacido la asociación sin ánimo de lucro ADEMI, que tiene por objeto ayudar a la protección del medio marino.
Os recomiendo que no os perdais la serie, merece la pena
Como muestra de la calidad de estos documentales, que son el resultado del trabajo de mas de dos años del documentalista Jorge Chachero, la serie ha sido adquirida por Televisión Española, que ha comenzado su difusión en su segunda cadena todos los días a las 14:30h.
En el primer capítulo, emitido el miercoles de la semana pasada, se describió el mundo de las anémonas joya, unos pequeños antozoos coloniales multicolores que compiten en belleza con las anemonas tropicales. La serie está compuesta por 12 capítulos que tratan de temas tan diversos como los bosques de algas, los peces curanderos o las expediciones de caza del pulpo. En el capítulo de hoy aprenderemos algo sobre las maragotas (Labrus bergylta), uno de los peces más conocidos de nuestras costas rocosas.
Como complemento a esta serie, ha nacido la asociación sin ánimo de lucro ADEMI, que tiene por objeto ayudar a la protección del medio marino.
Os recomiendo que no os perdais la serie, merece la pena
martes, 16 de agosto de 2011
Capeando el "Levantito"
Hembra de Sympetrum fonscolombii aguantando el fuerte viento
Al final no hubo suerte con las orcas, después de una semana en la zona del estrecho no pudimos salir a la mar porque el fuerte viento del levante de los primeros días no nos dejó. Los últimos días se calmó y las condiciones de la mar eran óptimas, pero se cancelaron las salidas porque no podían asegurar las observaciones. Como suele ocurrir los animales son imprevisibles y nunca se puede asegurar nada al 100% . Quizás por eso disfrutamos tanto cuando finalmente conseguimos ver a una de esas especies con las que soñamos desde niños.
El viento era tan fuerte que los pueblos y ciudades de los alrededores se llenaron de libélulas de la especie Sympetrum fonscolombii, que agobiadas por el vendaval se refugiaban donde podían. En algunas playas miles de estas libélulas se agarraban a las ramas intentando aguantar como podían (click en las fotos para ampliar).
Macho de Sympetrum fonscolombii
No debe ser muy fácil volar y cazar en esas condiciones por lo que la mejor opción era esperar pacientemente a que mejorara el tiempo. Desgraciadamente nosotros no pudimos esperar como las libélulas y nos tuvimos que volver a casa.
Pero las orcas siguen por allí, no se por cuanto tiempo, así que habrá intentarlo de nuevo, quizás la próxima semana.
lunes, 8 de agosto de 2011
Segundas puestas de martín pescador
Sin duda, uno de los pájaros más bonitos que nos podemos encontrar en la Península Ibérica es el Martín pescador (Alcedo atthis). En Asturies es un reproductor escaso si tenemos en cuenta la abundancia aparente de lugares para nidificar. La población estimada de esta especie oscila entre 50 y 80 parejas (datos COA), que se concentran principalmente en los tramos medios y bajos de los principales ríos de la provincia.
Precisamente, una de las principales amenazas para el martín pescador es la destrucción de su hábitat, sobre todo por la construcción de embalses y escolleras. Por otra parte, la eliminación de los bosques de ribera aumenta el riesgo de derrumbes de taludes. En el último siglo se estima que se han destruído al menos 100 km de ribera que podrían ser aptas para la reproducción de los martines.
La reproducción de esta especie suele comenzar en abril y normalmente realizan dos puestas, habiéndose localizado nidos con pollos hasta finales de septiembre. En un talud de un río asturiano, una pareja de martines pescadores ha escavado la galería del nido y de vez en cuando el macho aparece con un pez en el pico para cebar a los pollos o a la hembra.
La frecuencia de cebas es muy baja, por lo que seguramente los pollos aun serán muy pequeños o puede que incluso aun no hayan nacido. En las dos cebas que tuvieron lugar en tres horas de espera siempre fue el macho el que llegó con ceba. La hembras de martín tiene la parte inferior del pico de color anaranjado mientras que en el macho es completamente negra.
Cuando los pollos crezcan un poco mas, las cebas serán muy numerosas, ya que una nidada de martín pescador puede estar compuesta por 6 o 7 pollos que llegan a comer mas de 10 peces cada uno diariamente.
Durante todas las cebas que observamos, los peces que llevó el martín al nido fueron bogas de río (Chondostroma willkommii), una especie muy abundante en los tramos medios y bajos de los ríos cantábricos.
Nota: Gracias Jose por darme todas las facilidades para afotar a este bicho tan guapu. Pinchad las fotos para ampliar.
jueves, 4 de agosto de 2011
Mortalida masiva de aves marinas tras el accidente del Prestige
En noviembre de 2002, el petrolero Prestige derramó mas de 60.000 toneladas de fuel pesado frente a las costas de Galicia. En los siguientes meses, miles de aves marinas (12.023 ej.), sobre todo álcidos (9.826 ej, 81,7%), aparecieron muertos en las playas del Atlántico ibérico y el Cantábrico. De todas formas, todas esas aves representaban una pequeña fracción del número total de aves que murieron tras esa catástrofe ambiental.
Un gran número de aves desaparecieron en la mar (se hundieron o fueron depredadas) y nunca llegaron a la costa, y de las que llegaron, muchas no se encontraron: unas fueron devoradas por los carroñeros y otras no se localizaron porque pasaron desapercibidas y otras aunque fueron localizadas no se reportaron. Con el fin de estimar la mortalidad total de la forma más aproximada posible, realizamos varios experimentos durante las semanas siguientes al vertido.
En un primer experimento pretendíamos estimar el número de aves que llegaron a la costa después de morir en alta mar. Para ello, soltamos desde un helicóptero un total de 437 bloques de madera que tenían la misma densidad y el tamaño aproximado de un frailecillo o de un arao. Los bloques se lanzaron a 5, 15 y 25 km de la costa gallega (el experimento se replicó en la cosa asturiana lanznando los bloques desde un barco a 4, 9 y 12 millas), después de haberles colocado una placa con un texto explicativo un código individual y un número de teléfono para que las personas que encontraran uno de ellos cuando llegara a la playa pudieran avisar.
En un segundo experimento evaluamos la detectabilidad de los bloques, para ello se dejaron en varias playas gallegas y asturianas cadáveres de álcidos recogidos durante las inspecciones costeras y tacos de madera iguales a los soltados en alta mar. De esta forma se pudo calcular tanto la detectabilidad de las aves orilladas como un factor de corrección para los bloques de madera usados en el experimento.
Por último, se realizaron censos de aves marinas desde embarcaciones para conocer la distribución de los álcidos en alta mar.
Un gran número de aves desaparecieron en la mar (se hundieron o fueron depredadas) y nunca llegaron a la costa, y de las que llegaron, muchas no se encontraron: unas fueron devoradas por los carroñeros y otras no se localizaron porque pasaron desapercibidas y otras aunque fueron localizadas no se reportaron. Con el fin de estimar la mortalidad total de la forma más aproximada posible, realizamos varios experimentos durante las semanas siguientes al vertido.
Diseño experimental
En un primer experimento pretendíamos estimar el número de aves que llegaron a la costa después de morir en alta mar. Para ello, soltamos desde un helicóptero un total de 437 bloques de madera que tenían la misma densidad y el tamaño aproximado de un frailecillo o de un arao. Los bloques se lanzaron a 5, 15 y 25 km de la costa gallega (el experimento se replicó en la cosa asturiana lanznando los bloques desde un barco a 4, 9 y 12 millas), después de haberles colocado una placa con un texto explicativo un código individual y un número de teléfono para que las personas que encontraran uno de ellos cuando llegara a la playa pudieran avisar.
Tacos experimentales (izquierda: tipo frailecillo; derecha: tipo arao)
En un segundo experimento evaluamos la detectabilidad de los bloques, para ello se dejaron en varias playas gallegas y asturianas cadáveres de álcidos recogidos durante las inspecciones costeras y tacos de madera iguales a los soltados en alta mar. De esta forma se pudo calcular tanto la detectabilidad de las aves orilladas como un factor de corrección para los bloques de madera usados en el experimento.
Por último, se realizaron censos de aves marinas desde embarcaciones para conocer la distribución de los álcidos en alta mar.
Los resultados obtenidos al combinar todos los experimentos dieron lugar a una cifra que como preveíamos fue muy superior al número de aves que aparecieron en los muestreos. El número total estimado de aves muertas fue de 87.594 (con un intervalo de confianza entre 54.113 - 162.313 aves). Esta mortalidad de álcidos situaba al accidente del Prestige como el tercero mas grave tras los de Exon Valdez y el Selendang Ayu. Los álcidos muertos eran en su mayoría aves juveniles y entre los áraos , la mortalidad estaba muy sesgada hacia los machos.
Recientemente hemos publicado un artículo en en la revista Ecosphere en el que se desarrollan detalladamente estos experimentos y las conclusiones de los mismos. Se puede descargar libremente en este enlace.
lunes, 1 de agosto de 2011
Agua y más agua
Se acabó julio con la impresión de que el verano aun no ha llegado y empezó el mes de agosto de la misma manera. Al menos yo no recuerdo un mes de julio con menos sol y con mas días de lluvia. Es cierto que muchas veces la memoria nos engaña y tendemos a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero hay detalles que nunca suelen fallar.
Camino de la braña vaqueira de Arcallana (Cuideiru) hay un bebedero para el ganado que aunque nunca se seca, suele tener poca agua en verano. Pues este sábado pasado me pasé por allí a ver si encontraba tritones ibéricos (Triturus boscai) y éste es el aspecto que tenía, rodeado de musgo y vegetación exhuberante y con el agua rebosando por todas partes como si fuera otoño. No hay duda de que este verano ya vamos servidos de agua.