El otoño veraniego que hemos tenido durante los dos últimos meses nos ha trastornado un poco a todos. Después de un verano lluvioso como pocos en los últimos años, las temperaturas subieron y la ausencia de precipitaciones durante septiembre y la primera quincena de octubre ha alterado la vida de muchas plantas y animales. Algunos árboles han florecido de nuevo y algunos pájaros como petirrojos o golondrinas daúricas incluso han llegado a sacar pollos hace pocos días.
A mediados de septiembre, con la llegada de las lluvias y el acortamiento de los días, muchos anfibios de zonas bajas empiezan a reproducirse, entre ellos las salamandras, que encuentran en ésta época las condiciones perfectas, con una elevada humedad ambiental y una gran cantidad de babosas, gusanos o típulas que les sirven de alimento. Pero las elevadas temperaturas y la falta de lluvia las ha dejado recluidas en sus refugios subterráneos a la espera de mejores condiciones. Su piel permeable necesita una elevada humedad ambiental sin la cual se resecarían en poco tiempo.
La pasada semana por fin cambió el tiempo, empezó a llover y las salamandras no tardaron en aparecer. La parcela que llevo estudiando desde hace cuatro años se llenó de estos preciosos animales y poco después de oscurecer pude contar mas de 60 ejemplares, entre ellos muchos conocidos. En 2008 empezamos a ponerles microchips y desde entonces ya hemos marcado 217 en una parcela de tan solo 300 metros cuadrados.
La prolongada sequía no les había permitido alimentarse y la mayoría habían perdido casi un 20% del peso que tenían en primavera. Pero los anfibios, al ser animales ectotermos, pueden soportar mejor el ayuno que los mamíferos o las aves, que necesitan mantener una temperatura constante y por lo tanto deben alimentarse con más frecuencia. En algunos casos, las salamandras pueden permanecer varias semanas sin comer sin que sufran problemas de gravedad.
Si sigue lloviendo y el alimento no escasea, recuperaran el peso en poco tiempo. Les hará falta para afrontar la época de reproducción que comienza ahora.
Glorioso.
ResponderEliminarQué manera de disfrutar, David.
Cuando haces referencia a la necesidad de hidratación constante de su piel, me has recordado a "mi" pequeña ranita arbórea, pues tienen un brillo de piel muy similar.
Buenos días.
:-)
Preciosas fotos, son preciosas.
ResponderEliminarBesos