Roque de Agando (Diciembre de 2010)
Hace un año y medio tuve la suerte de poder pasar tres días en uno de los lugares más increíbles en los que he estado. Aun recuerdo la cara que se me quedó al pasar en media hora de bañarme en la piscina bajo el sol, a caminar con un chubasquero por los caminos de Garajonay y darme cuenta de que los árboles que tenía encima de mi cabeza eran realmente brezos gigantes (Erica arborea) como los que tenemos en Asturies, sólo que aquí miden medio metro y allí pueden alcanzar más de 6 metros de altura. Me quedé tan impresionado que al día siguiente madrugué de nuevo, me olvidé del bañador y del sol y a las 9 de la mañana ya estaba otra vez metido en medio del bosque, entre fayas, laureles y brezos.
Pero antes de perderme entre los caminos del Bosque del Cedro, pasé en coche por la carretera que rodea a uno de los roques más conocidos de la Gomera, el Roque de Agando, que se levantaba sobre un valle completamente verde, con una vegetación diferente pero igualmente impresionante, con gran cantidad de especies endémicas que sólo se pueden encontrar allí.
Roque de Agando (Agosto 2012). Foto: EFE/Carlos Fernández
Ayer por la mañana pude ver una foto del mismo lugar pero pintada de negro. El verde había desaparecido y en su lugar sólo se veía tierra calcinada y los esqueletos quemados de los pinos canarios. Un incendio, intencionado como la mayoría de los incendios forestales, había arrasado en una semana lo que la Naturaleza había moldeado durante cientos de años. El 11% de la superficie de la isla se ha quemado, el 25% del PN de Garajonay ha desaparecido bajo el fuego, y parece que desgraciadamente aun se quemará más porque varios frentes siguen activos. Y junto a esta flora única, algunas especies como los lagartos endémicos difícilmente habrán podido escapar de las llamas.
Bosque del Cedro, La Gomera
El fuego se ha cebado este año con las Canarias, como antes lo había hecho en muchos lugares de la Península. Los delincuentes que lo provocan, ya sean pirómanos, ganaderos que queman rastrojos para crear pastos, imprudentes con sus colillas o parrilleros domingueros, siguen sin recibir un castigo ejemplar, y mientras los políticos se echan la culpa unos a otros y el ministro de medio ambiente se va a los toros, los bomberos siguen muriendo tratando de apagar el fuego, la gente pierde sus casas y parte de su vida bajo las llamas y la tierra se agota y se muere.
Fayal-Brezal en las cumbres de Garajonay
Si un incendio forestal ya es grave en cualquier sitio, en las Canarias lo es especialmente. Aquí no se están quemando eucaliptos y pinos de repoblación (que además son parte del problema), aquí se está quemando un bosque único, un bosque que sólo se encuentra en este lugar, un bosque que es el que condiciona el clima de la isla al retener la humedad en sus cumbres. Este incendio no se puede medir sólo por hectáreas quemadas, hay que medir la pérdida irreparable de biodiversidad, que probablemente afectará a la regeneración futura y eso no se paga con dinero, ni con primas de riesgo ni con bonos a diez años.
Brezales quemados en Garajonay. Foto: AFP
NOTA: pinchad en las fotos para ampliarlas
En este país parece que no hay castigo para los que atentan contra el medio natural amparados por la oligarquia económica y politica
ResponderEliminarEs como para echarse a llorar....
ResponderEliminarTod@s lo sentimos y tod@s tenemos que pedir perdón a ésta gente, porque tod@s somos parte del problema, el problema de vivir en un país que con ser uno de los de mayor biodiversidad de Europa (cada vez menos), éso no se valora en la justa medida que se debería. Y no se valora, por culpa del camino que gran parte de la población opta por escoger, un camino vacío de cultura, respeto por la Naturaleza.... y tantas, y tantas cosas de las que podíamos estar orgullosos de poseer y que irremediablemente se van perdiendo. Sí David, que nos perdonen las buenas gentes que si saben apreciar todo éso. Y sobre todo, que nos perdonen los que han perdido y siguen perdiendo éstos días todo ése patrimonio natural en el que desarrollaban sus vidas y se les acaba de arrebatar. Otros, no pedirán jamás perdón, simplemente se van a los toros. Saludos
ResponderEliminarJosé Antonio García Fdez.
Me jode bastante...pero no se muy bien que decir ante esta brutalidad. Yo soy un adicto a Canarias, pero no he estado en la Gomera. Pero recuerdo La Palma, el Hierro......Pues eso. que no se me ocurre nada que decir. Tal vez dentro de un tiempo..
ResponderEliminarLeyéndote se me ha hecho un nudo en la garganta.
ResponderEliminarQue sensación de impotencia.... Un saludo