La relación entre los insectos y las plantas angiospermas empezó a forjarse hace muchos millones de años. La mayoría de estas plantas necesitan de los insectos para que transporten el polen de unas flores a otras y así poder reproducirse eficientemente y los insectos consiguen alimento en forma de néctar como pago a su servicio de mensajería.
A lo largo de la historia evolutiva conjunta de los insectos y las plantas, esta relación se fue perfeccionando, para conseguir obtener los mayores beneficios con el menor gasto. Las plantas modificaron sus flores para optimizar la polinización por parte de los insectos, y muchos de esos insectos modificaron sus mandíbulas para poder acceder a flores a las que otros insectos no podían llegar, librándose de esta forma de competidores indeseados. De esta forma, en algunas ocasiones, las relaciones entre algunas especies de plantas y de insectos se hicieron tan estrechas que si cualquiera de los dos despareciera ambas especies se extinguirían, ya que esas flores solo podrían ser polinizados por esa única especie de insecto y las modificaciones anatómicas de ese insecto solo le permitirían a libar el polen de esa flor.
Pero en ese pacto, aparentemente de caballeros, siempre hay tramposos y algunas especies de insectos han modificado sus mandíbulas para poder acceder a los nectarios de las flores sin participar en la polinización. Para ello perforan el tubo de la corola de las flores con sus mandíbulas modificadas y extraen el néctar sin tocar los estambres.
Una de estas especies es el abejorro carpintero (Xylocopa violacea) que podemos ver en las fotos anteriores perforando el tubo de la flor del Plumbago auriculata. La flor de Plumbago tiene sus nectarios situados en el fondo de un largo tubo al las mariposas acceden fácilmente al desenrollar su espiritrompa, pero no son accesibles para las abejas y abejorros, que no son capaces de llegar al fondo y por eso buscan el néctar en otras flores más adecuadas. Pero a la Xylocopa le da lo mismo porque ella no paga peaje.
Interesante pero la cosa es algo más compleja en realidad, y más interesante.
ResponderEliminarSimplemente por aportar al debate...
De entrada es un mal ejemplo para hablar de coevolución teniendo en cuenta que hablamos de una flor sudafricana y un abejorro europeo y mediterráneo. En los alrededor de cien años como mucho que Plumbago lleva con nosotros, no se ha registrado (que yo sepa) que Xylocopa haya modificado su aspecto o el de sus mandíbulas de un modo consistente para adaptarse a robar a Plumbago de ninguna manera ni que la flor haya modificado su aspecto. En muchas zonas ambas especies sólo han entrado en contacto desde los últimos 30 o 40 años. Parece poco tiempo para que esos procesos de diferenciación se establezcan.
Plumbago es polinizado por tábanos de lengua larga y mariposas principalmente (Ferrero et al 2009). A diferencia de otras plantas de color similar y tubo igualmente largo que crean trampillas de exclusión física Plumbago tiene el tubo recto y no las necesita. Mi experiencia es que raramente da semillas viables si está aislada.
Esto se debe a que la planta presenta una marcada heterostilia, es decir que hay flores funcionalmente macho y otras que son funcionalmente hembra en diferentes fases de su vida. Hay diferentes morfos para la flor. Es prácticamente imposible que una flor se polinice a sí misma y es imposible también que se polinice si recibe pólen de otra flor producida por la misma planta en ese momento porque las posiciones de estambres y carpelos estan intercambiadas en plantas diferentes.
Para que nos entendamos existen flores de Plumbago con estambres externos y estilos internos y flores con carpelos externos y estambres internos, así que en realidad no es tan relevante que Xylocopa acceda al nectario desde dentro o lo robe desde fuera de la flor.
Al ser un insecto lo bastante grande y robusto el extremo de su abdomen está justo en el lugar adecuado para recoger el pólen. Y al sujetarse en la parte trasera en vez de colgarse del extremo no desprende todo el perianto. Además su vuelo recto, veloz y potente y su tendencia nómada a cubrir grandes distancias con facilidad son ideales para llevarlo a una planta diferente a kilómetros de distancia y dejarlo en el carpelo de sus flores.
Así que teóricamente no hay que descartar que pueda estar creando nuevas oportunidades de polinización y no haya robo en realidad.
pvaldes
Hola, os dejo aquí un enlace a una publicación que precisamente trata sobre la importancia de los polinizadores: http://apolo.entomologica.es/index.php?d=colmena
ResponderEliminarAunque aparentemente es un cuento infantil, si la analizáis con detalle encontraréis algunos detalles que quizá os resulten interesantes :) Tiene tamnbién una guía para el docente.
Un saludo, y espero que os guste.
Manu.-