martes, 30 de octubre de 2012

Caída de migrantes

La caída de migrantes es una expresión que se suele utilizar en ornitología para describir el fenómeno de la llegada repentina de pequeños paseriformes que concentran por cientos o miles en algunas zonas costeras y a veces en algunos puntos del interior. Como explica perfectamente Jorge Valella en su blog, las aves esperan en sus lugares de origen a que las condiciones meteorológicas sean las apropiadas para comenzar su viaje hacia los cuarteles de invierno, pero si al llegar a la costa después de su travesía marina, esas condiciones son adversas, las aves se ven obligadas a posarse y esperar a una mejoría para continuar el viaje.

Petirrojo recién llegado en la rasa del Cabu Peñes

Los pequeños paseriformes que nidifican en las islas británicas o que hacen escala en ellas en su camino hacia el sur, deben afrontar un periplo de más de 700 kilómetros sobre la mar, sin poder parar a descansar o a comer por el camino. Su único equipaje son las reservas grasas que acumularon durante las semanas previas y que consumirán casi en su totalidad para proporcionar energía a sus músculos. Debido a esto, cualquier problema durante el viaje que implique un gasto extra puede significar la muerte para muchos de ellos.

Petirrojo buscando alimento en el suelo

La pasada semana, sobre todo el 24 de octubre, tuvo lugar una espectacular caída de migrantes por toda la costa asturiana (y seguramente por casi todo el Cantábrico). Miles de petirrojos, mosquiteros, pinzones y otras muchas especies de pequeños paseriformes, se concentraron en la rasa costera, refugiándose de la borrasca y buscando alimento para recuperar fuerzas. La especie más abundante fue el petirrojo, llegando a contarse concentraciones de varios cientos de ejemplares. Algunos de ellos llegaban tan agotados que apenas se movían ni se asustaban y se limitaban a esconderse sin demasiado éxito entre la vegetación.

Hembra de pinzón común descansado en un barco en alta mar durante la migración..

Cuando las condiciones mejoran y después de recuperar fuerzas, muchas de estas pequeñas aves se dispersan por las proximidades, mezclándose con las aves residentes, mientras que otras aun deberán continuarán su viaje hacia el sur hasta llegar a los lugares definitivos donde pasaran el invierno.

Aunque menos mediáticas que las largas migraciones de las grullas o de las rapaces planeadoras, las migraciones de estos paseriformes, que llegan a perder más de la mitad de su peso en unos pocos días y que además se tienen que enfrentar a multitud de depredadores durante el viaje, son en mi opinión mucho más espectaculares. Que un ave como un mosquitero común, con 8 gramos de peso, sea capaz de cruzar todo el golfo de Bizkaia sin detenerse es algo que todavía me sigue dejando boquiabierto.

3 comentarios:

  1. Fantástico DAVID, me encantan tus reportajes como siempre. No se si conocías que por esta otra punta de la península, las pequeñas aves que cruzan hacia Africa (Colirrojo real,Ruiseñor,etc)
    no lo hacen por Gibraltar sino que aprovechando el Boquete de Zafarraya cruzan por la zona de Vélez Málaga hacia Africa. Esto lo descubrieron hace años unos ornitólogos holandeses usando unos radares especiales que dan perfectamente la especie de que se trata según el aleteo,etc. Cruzan por millones por esa zona. Un abrazo

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    1. Hola Jesús, cuanto tiempo sin saber de ti. Yo estuve en la zona de Gibraltar unas pocas veces, pero nunca me coincidió un buen día de migración porque había mucho levante.
      Lo que comentas es muy curioso, ¿no tendrás la referencia del trabajo? Debe ser un espectáculo.
      un abrazo

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    2. Hola de nuevo querido David:
      Primero decirte que he pasado (y sigo) una temporada con emociones, alegrías, negocios y problemas enormes, hago verdaderos esfuerzos para concentrarme en los hobbies. Espero que todo acabe pronto y me pueda retirar en unos años a mi preciosa finca de Toledo a llenarla de observatorios para traer amigos,etc.
      QUERCUS: ¡Que alegría me ha dado hoy al comprarla y ver tu artículo sobre las Salamandras! pero que crack...Recordé en seguida tu post sobre el mismo tema de hace unos meses. Esta noche lo leeré en la cama (costumbre mía) y ya te comentaré sobre lo que lea.
      El artículo de los radares de los holandeses lo leí en la revista hace unos años.Tengo todos los números pero ahora está todo empacado y guardado en un almacén en Toledo esperando que me haga la casa, si no, encontraría el artículo. Pero bueno, tu ahora ya eres de esa casa...coméntale a ellos.
      Felicidades y un abrazo desde esta punta, a ver si subo por Asturias otra vez que antes íbamos todos los veranos y me invitas a unas sidras.

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