domingo, 17 de febrero de 2013

La fuerza del agua


Nos solemos acordar del río cuando suena, cuando las fuertes lluvias convierten los pequeños arroyos en ríos caudalosos que arrastran rocas, anegan prados y causan destrozos en las edificaciones humanas. El hombre durante siglos ha intentado domesticar los ríos, los ha canalizado, lo ha moldeado a su antojo y ha invadido sus orillas construyendo en ellas. Pero los ríos no se pueden domesticar y tarde o temprano recuperan el espacio que les han robado y se llevan por delante todas esas construcciones como si fueran casitas de papel.

Pero no aprendemos de nuestros errores, y en vez de retirarnos y dejarles sitio, seguimos insistiendo, y buscamos soluciones absurdas que normalmente ocasionan más problemas que los que quieres solucionar. Y nos seguimos empeñando en domesticar el río, en asearlo y en cortarle el pelo como si fuera un caniche.

Decimos que el río se desborda porque esta sucio y llamamos suciedad a las ramas, a los árboles de las riberas y a los sedimentos, que son los elementos naturales que convierten al río en un ecosistema vivo y no en una canalización. Y exigimos que se limpie y que se elimine toda esa "basura", cuando ya está más que demostrado que esas acciones, aparte de inútiles son contraproducentes.

Esto sí es basura y no las ramas de los árboles

Curiosamente, ese impulso higiénico se olvida cuando se trata de limpiar nuestra propia basura. Después de siglos de usar los ríos como vertederos ahora nos preocupa la madera muerta. Como ha explicado mucho mejor que yo el Dr. Alfredo Ollero en un estupendo artículo, la crecida es el mecanismo que tiene el río para limpiarse y por eso no deben considerarse como catástrofes sino como procesos naturales. Igual que las aves cambian sus viejas y gastadas plumas durante la muda, los ríos periódicamente eliminan sus desechos y se renuevan gracias a las riadas. No nos necesitan a nosotros.


A estas alturas ya deberíamos haber cambiado nuestra forma de pensar, deberíamos devolverle al río lo que es suyo antes de que nos lo quite y respetar las zonas anegables y no edificar en ellas. El agua tiene mucha paciencia, puede tardar siglos en abrir una cueva en la roca o segundos en arrastrar rocas de varias toneladas, pero al final siempre encuentra su camino.

9 comentarios:

  1. Muy buena entrada y preciosa la primera foto. Un abrazo

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    1. Hola Jose, gracias por el comentario. Las fotos son de un arroyo en Llanera que normalmente lleva un hilito de agua, pero que crece mucho cuando llueve.

      Es un sitio sorprendente, porque está al lado de Oviedo y esta lleno de cuevas en la caliza con algunos sitios preciosos.

      un abrazo

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  2. Una crónica de razonamientos tan lógicos que no debería ser necesario que nadie nos los tuviese que exponer. Por desgracia, no es así y seguimos constantemente, vulnerando las leyes más elementales de la naturaleza.
    Un saludo de 'ojolince y sra.' desde Pucela.

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    1. Hola Juan Miguel,
      lo más increíble de todo es que los mapas de zonas anegables donde no se recomienda construir ya los tiene la Confederación Hidrográfica y están a disposición de los ayuntamientos.
      El problema es que en este país todo el mundo se pasa la normativa por el arco del triunfo, eso si, luego son los primeros en pedir responsabilidades, a todos menos a ellos mismos.
      un saludo

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  3. Buena entrada! y parece mentira que aún haya tantísima gente pidiendo esas "limpiezas" de los ríos. Precisamente el Dr. Ollero me ha permitido también publicar su artículo en mi blog y es que hay que difundirlo para que la gente salga de su error y vean a los ríos como algo más que canales de agua.

    Un saludo

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  4. Totalmente de acuerdo. Vivo a orillas de uno de esos ríos "vivos" como es el Nalón. Hasta no hace mucho las localidades por las que pasa vivían de espaldas al río. Ahora las cosas empiezan a cambiar, aunque se corre el peligro de querer un río cómodoy a la carta.
    Soy una recién llegada a esto de los blogs y el tuyo me encanta. Un saludo

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  5. Unas imagenes fantasticas,la primera con el efecto seda me gusta mucho.
    Un saludo

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  6. Vamos a ver, aquí hay un gran problema. Durante siglos se han hecho barbaridades a las orillas de los ríos pero, ya están hechas.
    No podemos, de buenas a primeras, dejar que el río fluya por donde quiera. No podemos, por ejemplo, abandonar Arriondas y dejarla pasto del río. Hay cosas que ya no se pueden hacer, ahora ya hay que pensar más en las personas.
    ¿Podríamos abandonar Oviedo y demolerlo para devolvérselo al oso, al urogallo… para devolver el lugar a su estado natural?
    Hay cosas que ya no se pueden hacer, ahora, hay que velar por las personas y sus bienes haciendo el menor daño a la naturaleza pero, tanto en el río como en el monte (léase Oviedo a modo de ejemplo).

    Un saludo y a ver si no me borran el mensaje.

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  7. Felicidades por esta entrada, reconforta encontrar visiones discordantes con la oficialidad reinante en ciertos enclaves, te escribo desde Andorra, donde a partir de las inundaciones del año 1982 se inició una alocada carrera de canalización de nuestros ríos y torrentes, hoy muchos de ellos inertes y aislados. Pero lo peor de todo, es que aun a día de hoy se contemple este destrozo como lo mejor que se pudo hacer, y que todavía se debe rematar el proceso. Hace unos días uno de los artífices de esto, se descolgó con unas lamentables declaraciones, hay que realizar un buen mantenimiento de nuestros ríos(canales) y, eliminar la vegetación de ribera que ha crecido... que más se puede decir.

    Aquí está la noticia, en catalán, es fácil de entender, pero se puede traducir en Google.

    http://forum.ad/2013/02/14/els-autors-del-llibre-sobre-els-aiguats-del-82-alerten-que-cal-millorar-el-manteniment-dels-rius/

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