Osa con dos crías en unas montañas del centro de Asturies
La población de osos (Ursus arctos) de la Cordillera Cantábrica es una de las más amenazadas del mundo ya que no llega a los 200 ejemplares y se encuentra en un hábitat muy humanizado, donde la superficie forestal apenas llega al 30%, que es la menor de todas las poblaciones europeas (Fernández Gil, 2013). Tan sólo hace unos pocos años, la población de osos no llegaba a los 80 ejemplares, con un número de tan sólo seis osas con crías en el año 1986.
Este aumento poblacional registrado en los últimos años no ha implicado que los osos cantábricos hayan salido definitivamente del pozo en el que se encontraban a mediados del siglo pasado. Esta población sigue en peligro de extinción y muchos de los problemas que la habían llevado al límite, como el furtivismo, la destrucción del hábitat, o los venenos, desgraciadamente aún siguen estando presentes.
Pero una situación como la actual, que debería ser motivo de satisfacción para todos los que tenemos la suerte de tener osos a pocos kilómetros de casa, ya empieza a resultar excesiva para algunos. Hasta ahora, el lobo se había erigido como el gran enemigo de los agricultores y ganaderos, y aunque los datos oficiales no confirmaban un aumento en el número de daños sino más bien un aumento en el número de casos de fraude, sigue siendo raro el día que algún periódico regional no saque alguna noticia sobre el tema. Y curiosamente, y tal como explica Alberto Fernández en su tesis doctoral, el número de noticias sobre daños de lobos es mucho menor en el occidente de Asturies que en el oriente, cuando los daños al ganado son muy superiores en la primera zona. Y esta presión mediática es la que condiciona las acciones de control sobre la especie, ya que la Administración asturiana mata más lobos en las zonas donde más noticias se publican sobre los daños, y no en la que más daños se producen. Se ha llegado a un punto en el que los propios ganaderos amenazan a la Administración con que si no se hacen batidas empezarán a usar veneno en el monte. Y la Administración calla y otorga.
Resultados del trabajo de Alberto Fernández sobre los daños de lobo en la TPA
Pero desde hace unos meses, el punto de mira ya ha empezado a dirigirse al oso. Los artículos en la prensa regional sobre supuestos daños de osos se han incrementado, aunque no hubiera ninguna prueba algunos periodistas basándose en opiniones personales no verficadas, en indicios o en simples suposiciones ya han puesto al oso pardo en la picota. Han empezado a preguntarse si ya hay demasiados osos y si "hay sitio para tantos osos en Asturies" y hoy mismo se decía sin tapujos que los osos ya son un problema y que hay que empezar a tomar medidas para atajarlo.
¿Pero que esconde esta campaña de desprestigio del oso pardo en Asturies? Como bien apunta la Asociación de Agentes Forestales, quizás sea la antesala de la descatalogación del oso como especie en peligro de extinción, lo que llenaría las televisiones y los periódicos de caras de políticos alabando su trabajo en favor de la conservación de la naturaleza. O quizás sea el primer paso para que el oso pardo sea declarado especie cinegética, lo que daría muchas satisfacciones a los cazadores y probablemente a algunos de los políticos y responsables de la Administración, que cambiarían su discurso para intentar convencernos de la caza como reclamo turístico y como fuente de ingresos para este Paraíso Natural que ya nadie en su sano juicio se cree.
Parece muy lejano el año 2006, cuando el Principado de Asturias se gastó 6,3 millones de euros en una campaña de promoción turística de la región en la que ficharon a Yogui y a Bubu como embajadores. Puede que ahora fueran echados a patadas del despacho de la consejera, como si de delincuentes sanguinarios se tratara.
A pesar de esto, quiero seguir creyéndome que somos muchos más los que queremos tener osos en Asturias, los que estamos dispuestos a asumir en nuestros impuestos los gastos de los daños de osos y lobos, que supondrían una minúscula parte del presupuesto anual (sólo hay que comparar los 44.715 euros pagados en 2007 en toda Asturies por daños de oso, con los más de 6 millones de euros de la campaña de Yogui).
Está en nuestras manos que los osos y los lobos puedan seguir conviviendo con nosotros y que a escasos kilómetros de Uvieo podamos seguir disfrutando de ver a una osa con sus oseznos jugando libres en la ladera de una montaña.
NOTA: para ver el vídeo de la TPA a pantalla completa haced click en el símbolo de la derecha de la barra inferior. En el vídeo de los osos para verlo en HD haced click en "vimeo".
Referencias
-Fernández Gil, A. (2013) Comportamiento y conservación de grandes carnívoros en ambientes humanizados. Osos y lobos en la Cordillera Cantábrica. Tesis Doctoral. Universidad de Oviedo.