Macho de Orthetrun coerulescens
En la entrada anterior os mostraba a uno de los Caballitos del diablo (Zigópteros) más espectaculares que tenemos en el norte de la Península ibérica. Con su volar pausado y tranquilo, suelen frecuentar los bosques galería de los ríos y arroyos, donde capturan mosquitos y pequeños insectos voladores. Una característica de los caballitos del diablo, aparte de su forma de volar es que sus ojos se disponen a los lados de la cabeza y están separados entre si, además, cuando se posan mantienen las alas levantadas en posición vertical sobre el cuerpo.
Las libélulas (Anisópteros) están emparentadas con los caballitos del diablo, aunque tanto su morfología como su comportamiento son muy diferentes a los de sus parientes. A simple vista destacan sus ojos mucho más grandes y que ocupan la mayor parte de la cabeza, juntándose en la parte superior de la cabeza. Cuando las vemos posadas, sus alas, al contrario que en los caballitos, se mantienen en posición horizontal o ligeramente inclinadas hacia abajo.
Su manera de volar tampoco se parece en nada a la de los caballitos. Se trata de animales muy rápidos, capaces de maniobrar con rapidez en el aire, tanto para capturar sus presas como para huir de sus depredadores. Esta gran capacidad de vuelo de las libélulas les permite alejarse mucho de las masas de agua, y algunas especies pueden aparecer en lugares completamente secos, casi desérticos.
Al igual que ocurre con los caballitos del diablo, los machos de libélula son mucho más coloreados que las hembras y defienden sus territorios para atraerlas. Una vez que encuentra a una hembra interesada, la agarra con unos apéndices en forma de pinza que tiene en el extremo de su abdomen justo por detrás de los ojos. En esa posición pueden permanecer bastante tiempo, volando juntos en tandem hasta que la hembra, si está interesada, doblará su cuerpo para unir su abdomen con el órgano copulador del macho, que se encuentra al principio de su abdomen.
Curiosamente, en las libélulas y caballitos, el órgano copulador y los órganos productores de esperma se encuentran separados entre sí. El orificio genital se encuentra en el extremo del abdomen y el macho tiene que doblar su cuerpo para transportar el esperma hasta el organo copulador. Una vez allí, la hembra lo recogerá con su abdomen.
Como podéis comprobar el apareamiento de las libélulas tiene más de onanismo que de cópula, ya que la eyaculación se produce antes del apareamiento. Creo que en esto las libélulas superan a Sánchez Dragó y su capacidad de eyacular hacia adentro.
NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño
Muy bueno! Encima me haces terminar riendo!
ResponderEliminarLas dos ultimas entradas me han encantado
Saludos desde Irun