He comentado muchas veces en este blog que las opiniones sobre cualquier tema son muy variadas y que cada uno de nosotros puede tener la suya propia, que muchas veces suele estar influenciada por ideas preconcebidas que enmascaran la realidad. Una manera de objetivar esas opiniones es basándolas en datos empíricos. Los datos, si han sido recogidos de forma rigurosa, no engañan.
Por ejemplo, supongamos que queremos saber como ha sido la evolución anual de la invernada de una determinada especie de patos. Seguramente, si visitamos las zonas habituales donde pasan el invierno esas especies podremos tener una idea aproximada de si ha aumentado o ha disminuido, pero hasta que no veamos los datos no lo podremos confirmar. Vamos a usar como ejemplo dos especies, el Ánade silbón y el Ánade real, la primera es invernante en Asturies y la segunda es sedentaria.
Al observar estas dos gráficas, se ve claramente que mientras que la presencia de Ánade silbón se ha reducido considerablemente entre 1990 y 2010, el número de Ánades reales ha aumentado. Asimismo se observa que anualmente se producen fluctuaciones en el número de individuos, pero que si la serie de datos es suficientemente larga, las tendencias son claras. Y si nos fijamos más detenidamente en la gráfica de los ánades silbones, nos daremos cuenta de que la caída más brusca en el número de invernantes se produjo en el periodo 1992-1996 y que a partir de entonces, aunque ha habido fluctuaciones, se observa una cierta estabilidad en los números.
Como habréis comprobado, para exponer estos datos he usado una representación gráfica y de esta forma cualquiera, aunque no sea un experto en la materia, puede apreciar las tendencias poblacionales mejor que si hubiera escrito una serie de números.
Todos nosotros estamos acostumbrados a ver este tipo de representaciones. Las vemos en nuestro trabajo, en revistas, en periódicos o en las noticias de televisión. Pero al igual que os digo que los datos no engañan, según lo que interese resaltar pueden hacerse modificaciones en esos gráficos y aunque los números no cambien, si que puede cambiar nuestra impresión sobre los mismos.
Una de las formas más comunes de magnificar o minimizar una tendencia según el interés del que la represente es aumentando o reduciendo la escala del gráfico. De esta forma, una variación mínima en una variable puede parecer enorme con solo reducir el rango de la escala del eje de ordenadas (el eje vertical o eje Y).
Pongamos un ejemplo. Imaginemos que tenemos una tienda de pipas y que en los últimos años mantiene sus ventas, con un ligerísimo aumento anual pero casi imperceptible.
Ya estamos cansados de currar en la tienda, porque mientras que los beneficios apenas aumentan, los gastos corrientes no paran de crecer, con lo que nuestros beneficio neto es cada vez menor. Decidimos traspasar el negocio y dedicarnos a otra cosa y un día recibimos una llamada de un posible comprador. Tenemos que intentar convencerlo de que el negocio va viento en popa, pero si le enseñamos la gráfica anterior es muy probable que no se lo crea, así que preparamos la siguiente gráfica introduciendo un pequeño cambio.
Visualmente la tendencia al alza es mucho más acusada, pero lo cierto que es es exactamente igual que la anterior. Si el posible comprador se fija en el gráfico seguramente se dará cuenta, pero si lo mira por encima puede que cuele.
Este tipo de "trucos" suelen ser muy habituales entre los políticos y entre sus medios afines, que dependiendo de lo que quieran resaltar aumentan o disminuyen las escalas para convencer a la audiencia, que normalmente no se suele fijar en estos pequeños detalles.
De todas formas, aún tratándose de un pequeño truco visual, lo cierto es que los datos siguen siendo correctos, no hay un engaño real y por poco que nos fijemos nos daremos cuenta.
Otra cosa muy distinta ocurre cuando esos datos se falsean y se ponen los puntos que representan a cada uno de ellos en un lugar que no le corresponde. De esta forma se engaña al que ve los datos mintiendo descaradamente. Un ejemplo real lo podéis ver en el siguiente gráfico, aparecido ayer mismo en los informativos de TVE cuando comentaban las últimas cifras del paro registrado.
Si vemos de pasada la anterior imagen llegaremos a la conclusión de que el número de parados ha bajando drásticamente desde 2012 y que los últimos datos de 2014 son exactamente iguales que los de 2009. ¡¡Estupendo, por fin estamos saliendo de la crisis!! Pero lo cierto es que si miramos las cifras que hay junto a los puntos veremos que no es así. La persona encargada de preparar estos hermosos y coloridos gráficos ha movido el puntito de 2014 hacia abajo para acentuar esa tendencia a la baja y por el camino se ha comido a 524108 personas que deben de estar descojonándose en su casa en ese preciso instante.
Los datos son correctos, tal como se puede comprobar en la página del
SEPE, pero la gráfica ha sido manipulada para engañar al espectador. Eso si, ya puestos a engañar, el "grafista"podría haber puesto solo la línea roja y olvidarse de los números, porque de esta forma, aparte de mentir nos demuestra objetivamente que es idiota.
La gráfica correcta es la anterior y como se puede comprobar ha habido un descenso en el número de desempleados, por lo que si querían resaltar esa tendencia hubiera sido suficiente con poner la imagen real. Quizás esos datos no sean suficiente excusa para organizar una fiesta toga, que es lo que debía pretender el autor del gráfico o sus jefes, pero la realidad es la que es, por mucho que a algunos les pese.
Como os comentaba, los datos, como el algodón, no engañan, los que engañan son los que manipulan esos datos a su antojo, y eso, queridos amiguitos, es una cosa muy fea.