viernes, 29 de mayo de 2015

"Invasión" de cernícalos patirrojos

La noticia ornitológica de los últimos días es la "invasión" de Cernícalos patirrojos (Falco vespertinus), un pequeño halcón gregario que se reproduce en Europa oriental y Asia y que pasa el invierno en el África tropical y meridional, mayoritariamente en Angola, Namibia, Zimbabwe y Botswana.


Las rutas migratorias normales de este ave cruzan el interior y el este de África, pasando la mayoría de los individuos por el Mediterráneo oriental y la península arábiga. De todas formas, todos los años, algunos ejemplares elijen una ruta más occidental, pasando por el este de la península ibérica, pudiendo verse en Valencia o en Cataluña.


Pero lo que está ocurriendo este año no es ni mucho menos lo normal, ya que grandes concentraciones de estos cernícalos han desplazado su ruta migratoria hacie el occidente, seguramente debido a unas condiciones meteorológicas anómalas y muchos de ellos han entrado por la costa portuguesa, ascendiendo luego hasta Galicia y migrando por el Cantábrico de camino a casa, aunque muchos de ellos están cruzando por el interior, lo que está propiciando que se observen aves prácticamente en cualquier lugar de la Península ibérica.

Macho de segundo año y hembra joven

Ayer, aprovechando una visita a las colonias de cormorán moñudo del occidente de Asturias, pude disfrutar de un grupo de 7 ejemplares que descansaban y se alimentaban en unos sembrados de maíz. Posteriormente pudimos ver otro ejemplar más en la zona de Rinlo. Estos ejemplares habían sido localizados el fin de semana por Pablo Miki García y Pablo Fernández, y su número ha ido aumentando a medida que se incorporaban nuevas aves procedentes de Galicia.


Curiosamente la mayoría de los ejemplares que se están viendo son hembras adultas y jóvenes y machos de segundo año, siendo la presencia de machos adultos mucho más escasa.

Cinco de los siete ejemplares observados

Sin duda esta irrupción de esta especie tan escasa es un acontecimiento que nos confirma la estrecha relación entre las condiciones meteorológicas y el comportamiento de los animales y una oportunidad única para ver esta bonita especie que seguramente sólo permanecerá unos pocos días entre nosotros. También es una buena ocasión para disfrutar del comportamiento social de estas aves, muy distinto al de los cernícalos comunes, de comportamiento solitario pero similar al de los cernícalos primillas.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Andarríos maculado

De vez en cuando, algunas aves se desvían de sus rutas migratorias habituales y pueden aparecer por sorpresa en cualquier sitio. La llegada de estas aves puede deberse a fenómenos atmosféricos que las desvían de esas rutas. La semana pasada, una de estas aves, un Correlimos maculado (Actitis macularius), una especie muy similar a nuestro Andarríos chico (Actitis hypoleucos), apareció en las charcas de la ría de La Villa (Asturies) donde fue localizado por Miguel Puente


Tal como indica su nombre, esta especie se caracteriza por presentar durante la época de reproducción unas manchas negruzcas en el vientre blanco, al contrario que su pariente que no las presenta. Fuera de la época de reproducción es prácticamente igual a su pariente europeo. 

El Andarríos maculado es una especie de limícola que se reproduce en Norteamérica y que pasa el invierno en Ameríca del Sur, donde puede llegar hasta Chile o Argentina. El destino final de estos individuos no muy halagüeño, teniendo en cuenta que estando tan alejados de sus áreas normales de reproducción no les será nada sencillo encontrar el camino de vuelta. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Culebra de Esculapio: de divinidad de la salud a enemigo público

El lunes pasado, mientras recorríamos en coche la Reserva de Urdaibai, mi amigo Jon Hidalgo y yo nos encontramos con una sorpresa en medio de la carretera. En el asfalto y aparentemente muerta vimos a una culebra de poco más de un metro de larga. Nos bajamos del coche y al verla de cerca comprobamos que se trataba de una Culebra de esculapio (Zamenis longissimus). 


Y no estaba muerta, ni atropellada como pensamos al verla. Tenía un par de heridas en un costado, probablemente producidas por un milano negro o un ratonero que después de atraparla se asustó al ver llegar al coche y la dejó allí. Esta vez tuvo suerte, ya que dio con nosotros y no solo la salvamos de una muerte más que segura en las garras del depredador sino que la dejamos entre la vegetación a resguardo de otra de sus mayores amenazas: el ser humano. 


Las culebras como ésta tienen una gran cantidad de depredadores, no solo aves rapaces sino también numerosos mamíferos como martas, garduñas, zorros y gatos domésticos. Pero además de estos depredadores, el hombre representa uno de sus mayores enemigos, ya que al igual que ocurre con el resto de ofidios su primera reacción al verla es matarla a palos.

Lo más curioso de este caso, es que esta relación del hombre con las serpientes y más concretamente con la Culebra de esculapio no siempre ha sido negativa. Las serpientes han estado unidas al hombre desde tiempos inmemoriales. En la cultura neolítica se la consideraba una presencia beneficiosa y protectora, ya que además de ser inofensiva se conocía su papel como depredadora de ratones y topillos que destruían las cosechas. 

Pero la Culebra de esculapio no era una culebra cualquiera, en la mitología griega se relacionó con la adivinación, la prudencia y la regeneración, y representaba los poderes mágicos de la sanación y curación. Su nombre viene del médico Asclepio (Esculapio para los romanos), natural de Tesalia y que fue citado en numerosos obras clásicas como La Iliada. Según una de las leyendas que hablan de este médico, que aunque realmente vivió y se dedicó a la medicina fue incluido entre los dioses del Olimpo como dios de la Medicina, una vez que Esculapio estaba atendiendo a Glauco, el hijo de Poseidón y Nais, que había sido herido mortalmente por un rayo, una serpiente entró en la sala donde estaban con unas hierbas en la boca. Esculapio cogió esas hierbas y consiguió resucitar a su paciente.

Posteriormente, la leyenda de Asclepio fue adoptada por el imperio romano. En este caso,  se habla de una grave epidemia de peste que tuvo lugar en Roma en el 293 a. de C. Los gobernantes de la ciudad enviaron un barco para que trajera a Esculapio (Asclepio para los griegos), que llegó a la ciudad con una serpiente sagrada a bordo. Con su llegada la epidemia cesó inmediatamente. Como muestra de agradecimiento construyeron el barco de piedra de la isla Tiberina, en cuya proa se labraron las figuras de Esculapio y la serpiente. 


Estas leyendas aún permanecen vivas entre nosotros y de hecho, el símbolo de la Medicina es la vara o bastón de Esculapio, que se representa con un bastón de madera en el que aparece enrollada una única serpiente. Lás dos serpientes enrolladas y enfrentadas entre sí son el símbolo del comercio, aunque mucha gente lo confunde también con el de la medicina.


El símbolo de la farmacia es parecido, pero en vez de en un bastón, la serpiente aparece enrollada en una copa, la copa de Higea. En este caso, la serpiente es venenosa y se muestra derramando su veneno sobre el cáliz, representando el poder del veneno, que es capaz de matar pero también de curar, una vez que es convertido en medicamento dentro de la copa.


Ajena a todas estas consideraciones humanas y divinas, nuestra Culebra de Esculapio, una vez alejada de la carretera, se escondió entre la vegetación, seguramente sorprendida por todo lo que le había pasado ese día. Para mi fue una sorpresa y una alegría encontrármela, ya que era la primera vez que veía esta especie, que en Asturies solo cuenta con una pequeña población aislada en los Picos de Europa, en el Desfiladero de la Hermida, en la cuenca del Río Deva.

No estaría nada mal que recordáramos de vez en cuando esas leyendas antiguas y que tuviéramos en cuenta que todas ellas tienen un fundamento real, sencillamente que la gran mayoría de las culebras y serpientes, lejos de ser un peligro son unos animales muy beneficiosos. Y si nos fijamos en esta especie, también nos daremos cuenta de que si dejamos a un lado nuestros prejuicios se trata de un animal precioso, con un aspecto muy similar al de las mambas africanas, pero completamente inofensivo.

jueves, 14 de mayo de 2015

Black bass: invasor, peligroso pero buen padre

El Black bass (Micropterus salmoides) es un pez de agua dulce del orden de los Perciformes que es originario de algunas zonas de America del Norte, a partir de donde fue introducido en muchas cuencas fluviales y lacustres de Estados Unidos, para posteriormente dar el salto a otros muchos países del mundo debido a su interés como especie de pesca deportiva. 


El Black bass es una especie invasora que actualmente ocupa una gran cantidad de charcas y masas de agua de nuestro país, ya que los propios pescadores lo sueltan a pesar de que se trata de una prácticamente prohibida por la actual legislación. 

Hace unos años, la ley sobre especies invasoras no estaba muy clara y no se sabía muy bien como se debía actuar frente a este problema ya que en muchos casos no se disponía de un catálogo actualizado de especies invasoras. Een el año 2011 se actualizó el catálogo de especies invasoras (Real Decreto 1628/2011 de 14 de noviembre) que incluía a 404 especies de plantas y animales, entre ellos al Black bass. En este Real Decreto se prohibía expresamente la suelta de dichas especies y se proponían medidas para la erradicación de las mismas de aquellos lugares en los que se habían establecido.


Las reacciones de los pescadores ante esta ley no se hicieron esperar y antes de que pasara un año desde la publicación del catálogo de especies invasoras, el 14 de marzo de 2012 se sacaron del catálogo a varias de esas especies apoyándose en unos argumentos inapelables: "porque su caza o pesca era muy gratificante y porque proporcionaba importantes ingresos económicos". Y en una una de las declaraciones más absurdas que recuerdo el Tribunal Supremo decidió que el Black Bass "ya no era una especie potencialmente invasora", asumiendo los argumentos de los pescadores e ignorando los argumentos científicos que la consideran una de las especies más peligrosas. Puedo entender que hablen de la afición a la pesca, pero decir que una especie invasora ya no lo es, es como decir que desde el próximo martes el agua ya no será líquida ni mojará cuando te caiga encima.

Una de las características que acentúan el carácter invasor de esta especie es su gran adaptabilidad y su elevada capacidad de reproducción hace que se extienda rápidamente. El inicio de la reproducción del Black bass se desencadena cuando la temperatura del agua alcanza los 15 o 16ºC, normalmente a mediados del mes de abril. En ese momento los macho acotan una zona somera cerca de la orilla y limpia el sustrato de materia orgánica, dejando la grava del fondo al descubierto.

Una vez que ha preparado el nido, el macho cortejará a las hembras de las proximidades para que realicen la puesta. Cada hembra puede poner entre 2000 y 12.000 huevos y varias de ellas pueden desovar con cada macho. Una vez acabada la puesta el macho se quedará a cargo de los huevos hasta la eclosión.



Pero los cuidados parentales no terminan en el momento de la eclosión. Una vez que los alevines han nacido, el macho seguirá con ellos hasta que consuman el saco vitelino y empiecen a nadar. En ese momento, su padre seguirá montando guardia atacando ferozmente a cualquier intruso que pueda suponer un peligro para ellos. Allí se quedará durante un par de semanas mas hasta que los alevines, tengan unos 2 cm de tamaño. En ese momento abandonará el nido y los pequeños peces tendrán que valerse por si mismos.

En el vídeo anterior, que podéis ver a mayor tamaño si hacéis click en las flechas de la barra inferior y luego sobre las letras HD, se puede ver a los pequeños alevines de un par de días de vida. 

martes, 12 de mayo de 2015

Regreso a Monfragüe

Como todos los años por estas fechas, el pasado fin de semana me bajé hasta el Parque Nacional de Monfragüe y cambié por unos días el olor de la mar por el olor de las jaras. En poco mas de 4 horas de viaje ya estaba en la Portilla del Tietar, donde decenas de Buitres leonados descansaban en las rocas que caían sobre el río como gárgolas en una catedral gótica. A escasos metros de las rocas, en una encina que se recortaba contra el cielo, la pareja de Águilas imperiales que tienen aquí su territorio habían decidido instalar su nido. Decenas de curiosos enfocaban sus telescopios hacia allí para ver como la hembra protegía a su único pollo de los rayos del sol. El pequeño aguilucho, de color blanco inmaculado asomaba de vez en cuando entre las hojas ajeno a todo el revuelo.


El sol pegaba fuerte a esas horas de la tarde y no fue hasta la mañana siguiente, poco después de amanecer, cuando pude ver a la pareja de águilas con la mejor luz del día. La hembra salió a estirar las alas y voló ante nosotros para volver a posarse de nuevo en el nido. Unos metros más allá, en el acantilado, un búho real había llegado minutos antes para posarse junto a sus dos pollos ya crecidos.


Unos cientos de metros más lejos, una hembra de alimoche incubaba sus huevos en una pequeña cueva en la que apenas cabía. Ya llevan varios años criando allí, pero la cigüeña negra que nidificaba a escasos metros ya no estaba, hace unos años que ha cambiado de sitio, desplazada por una pareja de buitres.

En Monfragüe siempre hay algo que ver, la densidad de aves rapaces es tan alta que es raro encontrar un cachito de cielo en el que no encontremos alguna. Y sobre todo para los que venimos del norte, donde prácticamente todas las rapaces que vemos volar sobre nuestras cabezas son ratoneros comunes, nos llama la atención la enorme variedad de especies: buitres negros y leonados, alimoches, águilas imperiales, culebreras, calzadas, milanos y si hay suerte alguna de las águilas perdiceras, que cada vez más amenazadas en la Península Ibérica, aún se pueden encontrar con relativa facilidad en Monfragüe.


El monte aún estaba verde por las últimas lluvias, pero en un par de semanas se habrá agostado y tomará el color amarillo y ocre del verano. Entre las jaras, muchas de las cuales aún conservaban las flores, los ciervos se guardaban del calor esperando a a la tarde para salir a los claros. En Monfragüe no tienen grandes depredadores que controlen su población y tanto ciervos como corzos se muestran muy confiados, sabiendo que tienen pocos peligros que los amenacen.


La visita obligada al Salto del Gitano, sin duda el observatorio ornitológico más conocido de España, nos deparó una sorpresa. A la larga lista de especies que han elegido estos impresionantes cortados sobre el Tajo para nidificar se les ha unido una nueva especie. Una pareja de Garzas reales había construido su nido en una encina justo enfrente del mirador. Mas retrasadas que los buitres leonados, algunos de los cuales ya tenían pollos muy crecidos, las garzas aún no habían hecho la puesta y se encontraban en plena fase de apareamiento.


Cerca del nido de las garzas se encontraba vacío el nido de las cigüeñas negras, sin duda el nido más visto y fotografiado de esta especie, no solo en el parque nacional sino en toda la Península. Hace unos años una pareja de buitres leonados las echó de su casa y se tuvieron que buscar un nuevo sitio en una roca sobre al agua a pocos metros de allí.


En estos cortados el año pasado anidaban 3 parejas de esta especie, pero este año solo hemos visto dos nidos, en los que aún no habían eclosionado los pollos. Al igual que ocurre con otras especies del parque, seguramente no haya un lugar mejor para ver a las cigüeñas negras que éste. Con un poco de suerte, en uno de los viajes que hacen al nido nos llegarán a pasar justo por debajo de nosotros, dejándonos imágenes que no solemos ver casi nunca.


Además de las "aves grandes" multitud de otras especies habituales en la zona también se dejaron ver. El infatigable roquero solitario cantaba sin descanso posándose a menudo en las rocas cercanas y junto a él, herrerillos, carboneros, colirrojos tizones y escribanos montesinos también se mostraban confiados posándose en ocasiones a menos de un metro de nosotros. Los aviones roqueros y las golondrinas dáuricas también volaban en círculos ante nuestros ojos, posándose de vez en cuando en las rocas donde habían construido sus nidos. Me entretuve con las golondrinas un buen rato, tratando de sacarles una foto, lo que no resultaba nada fácil ya que aparte de su pequeño tamaño en comparación con sus vecinos, se movían mucho más rápido, siendo casi imposible no solo hacerles una foto sino incluso llegar a encuadrarlos. Finalmente conseguí salvar un par de imágenes decentes.


Estos hirundínidos, al contrario que las golondrinas comunes no aprovechan las casas humanas para construir sus nidos y prefieren los cortados rocosos, aunque no le hacen ascos a otras construcciones como viaductos o túneles.

Pero además de aves, en Monfragüe también hay una buena variedad de anfibios y reptiles. Aunque esta vez muchas de las que especies que vimos otros años, como la culebra de herradura o la de escalera, no se dejaron ver y a pesar de que la víbora hocicuda sigue siendo una asignatura pendiente, algunas especies como la lagartija colilarga, el lagarto ocelado o el galápago leproso, si aparecieron.


Hace casi 30 años que visité Monfragüe por primera vez y desde entonces muchas cosas han cambiado. En esa primera visita este espacio era "sólo" un Parque Natural y no había prácticamente infraestructuras para los visitantes. Se podía acampar libremente cerca de Villarreal de San Carlos y no había las aglomeraciones que se encuentran ahora. A partir de 2007 Monfragüe se convirtió en  el decimocuarto Parque Nacional de España. Esta nueva catalogación ha servido para aumentar su protección, aunque con la nueva ley de Parques Nacionales aprobada recientemente por el actual gobierno no se sabe muy bien, como afectará.

Después de tres intensos días en los que compartimos excursiones, cenas y risas con mis amigos de la asociación Ardeidas, que nos llevan invitando desde hace tiempo a estas quedadas, llegaba la hora de marcharse. Todavía nos quedaba tiempo para hacer una última visita a las águilas imperiales antes de irnos. 

Hay sitios a los que siempre apetece volver, y Monfragüe es uno de ellos.

NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño

lunes, 4 de mayo de 2015

Ya llegaron los vencejos. Novedades sobre el libro del blog


Ya llegaron los vencejos, puntuales a su cita como todos los años. El pasado sábado pude ver a los primeros vencejos (Apus apus) volando alto sobre los edificios del centro de Oviedo. Después de pasar los últimos meses por tierras africanas han vuelto a nuestros pueblos y ciudades para reproducirse.

Desde que se marcharon en el mes de agosto no han vuelto a pisar el suelo, han volado sin parar desde entonces. Se han alimentado y han dormido en el aire, por encima de las nubes. Millones de años de evolución han convertido a los vencejos en máquinas de volar, que reniegan del suelo como las tortugas marinas reniegan de las playas de arena que las vieron nacer, y a las que solo vuelven porque tienen la necesidad de poner sus huevos en tierra firme. Si los vencejos no tuvieran que reproducirse no se posarían jamás, volarían sin descanso hasta el día de su muerte.

Y aprovechando la llegada de los vencejos, aprovecho también para comentaros las novedades sobre el libro que como ya os comenté hace unas semanas publicará la Editorial Tundra con una selección de los textos que han aparecido en el blog. He intentado hacer una selección lo más variada posible que incluirá artículos sobre divulgación científica y también artículos de opinión sobre la situación de la conservación de la naturaleza, sobre la gestión de espacios y especies, sobre políticas y políticos y también con una sección sobre el tratamiento de la prensa a estas noticias con los artículos del curso de ética periodística.

Y también aprovecho para desvelaros el título del libro, que no os creáis que fue sencillo de encontrar. Al final el libro se titulará:

"Los vencejos sueñan despiertos"

Espero que os guste. Si todo va bien, esta semana mandaré los textos definitivos y con un poco de suerte en uno o dos meses el libro ya estará listo.

Muchas gracias a todos