Un día como hoy, hace 13 años, el petrolero con el desafortunado nombre de Prestige sufrió un accidente frente a las costas de Fisterra, en Galicia. A partir de ese día y tras una sucesión de decisiones inverosímiles y absurdas, el barco fue remolcado sin rumbo fijo hasta que se acabó partiendo en dos y hundiéndose, provocando la peor marea negra de la historia de este país.
Trece años después, el señor de la izquierda, que por aquel entonces era vicepresidente y portavoz del gobierno, ahora es presidente y sigue saltando los charcos como entonces, y los señores de la derecha, según varios estudios científicos sufren «un incremento del riesgo de síntomas respiratorios, hiperactividad bronquial, estrés oxidativo, inflamación pulmonar, remodelado bronquial y vascular y daño cromosómico, asociados a la participación en la limpieza del fuel, uno o dos años después de la misma.
A pesar de haber pasado tantos años, los efectos del Prestige aún no han desaparecido y lo que es peor, si volviéramos a encontrarnos en la misma situación, seguramente volveríamos a sufrir otra marea negra, ya que no se ha establecido ningún protocolo de actuación ante la eventualidad de una catástrofe similar, a pesar de las promesas y discursos.
Trece años después ya casi nadie se acuerda del Prestige, pero yo no me olvido y se que mucha gente tampoco. Hace un par de años, todo seguía igual que ahora, nada había cambiado, salvo que hacía poco se había publicado la sentencia del juicio que absolvía a todas las partes salvo al capitán del barco: no había responsabilidades políticas, no había negligencias....no había vergüenza. Un día como hoy de hace un par de años escribí un artículo en este blog y lo acabo de releer ahora mismo porque sigue estando igual de vigente que ahora mismo.
Si queréis leer el artículo que escribí hace un par de años aquí tenéis el enlace, y os sorprenderán algunos datos, os lo aseguro:
Y espero que no nos olvidemos nunca de ese fatídico 13 de noviembre de 2002 y de todo lo que ocurrió después, porque como podéis ver en la imagen de arriba, que recoge la situación del tráfico marítimo ahora mismo (13/11/2015; 10:43h), las flechitas de color amarillo y naranja son barcos mercantes, muchos de ellos petroleros como el Prestige, que en cualquier momento podrían encontrarse en la misma situación que él.
Lamentablemente,ese es el sino de este pais.Tras las desgracias,promesas,promesas y más promesas,que nunca llegan a concretarse.Y,las escasísimas veces que se traducen en realidades,lo hacen tarde,mal y nunca.No tenemos remedio y lo más desazonador,es que ,probablemente, tenemos lo que nos merecemos.No hay más que mirar los resultados que se producen tras cualquier sufragio.Son los mismos,o muy similares,ahora que hace 20 años.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Yo tampoco olvido. Pero también me produce una enorme desazón el comprobar que para la mayoría de la población todo es agua pasada, aunque sea agua negra de galipote. Y cuando llega la hora de poner a cada uno en su sitio mediante el derecho a ejercer el voto, de repente, una buena parte de ésa mayoría que anteriormente se desgañitaba en las manifestaciones, acusaba, criticaba o lloraba de rabia cómo pudimos ver en muchas de las imágenes que nos pasaban por TV, entra en un estado de amnesia que provoca que todo siga igual.
ResponderEliminarJ. A. García Fernández