A primera vista, la ciudad no parece el lugar más adecuado para un ave forestal, y seguramente para ninguna otra especie, incluida la nuestra. La contaminación, el ruido, el tráfico o las luces nocturnas tienen efectos muy nocivos sobre la mayoría de los animales, pero a pesar de todo no son pocas las especies que han emigrado desde el campo a la ciudad en busca de una vida mejor.
En el caso de las aves, la ciudad ofrece a muchas de ellas lugares adecuados para nidificar, un suministro abundante y regular de alimento y muy importante, menos depredadores que en el campo, lo que teóricamente incrementaría sus tasas de supervivencia y sus posibilidades de reproducirse.
Pollo de cárabo nacido en un parque urbano de Oviedo