Cuando nos encontramos con un hecho noticiable, lo primero
que deberíamos de hacer sería buscar la explicación más plausible al mismo, que
en ocasiones podría ser tan obvia que no necesitaría una búsqueda posterior. En
el caso de que esa explicación no fuera la correcta, sería el momento de buscar
otras explicaciones, empezando primero por las más probables y una vez
descartadas ya nos podríamos plantear otras explicaciones más insólitas o
incluso admitir que no tenemos pruebas suficientes para demostrar por qué se ha
producido el suceso que investigamos.
Supongamos que caminamos por una calle desierta y nos
encontramos con un coche aparcado, aplastado por un árbol que aún permanece
sobre la carrocería. No hay testigos que hayan visto lo que ha sucedido, nadie
ha escuchado un solo ruido, pero al aproximarnos vemos que el árbol está hueco
y podrido en su base y recordamos que unas horas antes se desató un intenso
temporal, que según los datos meteorológicos estuvo asociado a fuertes rachas
de viento de más 100 km/hora.
No harían falta demasiadas elucubraciones para deducir que
el fuerte viento, unido al mal estado del árbol, provocó su caída, lo que causó
los destrozos en un coche que habían aparcado en esa calle la noche anterior.
Es cierto que podría haber otras explicaciones, como que alguien hubiera
aprovechado ese suceso para vengarse del pesado de su cuñado, que se pasó la
cena de nochevieja comentando lo fabuloso que era su coche nuevo en comparación
con las tartanas que tenía el resto de su familia política. Que mejor venganza
que levantar con una grúa el árbol caído para introducir posteriormente bajo su
tronco el oscuro objeto de deseo del plasta de tu cuñado. Ciertamente se
trataría de una explicación mucho más sofisticada y elaborada que la primera,
pero no sería demasiado creíble.
El pasado 7 de julio, el diario La Voz de Galicia publicó una noticia en la que informaba de la aparición de 5 cormoranes muertos en O Grove, concretamente en la playa de Raeiros, destacando que la Xunta de Galicia investigaría si la muerte se había producido por “la gripe aviaria”.