El 7 de mayo de 2010 se inauguró por todo lo alto la Casa del Urogallo de Tarna. Una actuación faraónica que consistió en derribar las antiguas escuelas de la localidad y construir en el solar resultante un horripilante edificio con aspecto de un Tanatorio del inframundo. Según el señor Francisco González Buendía, consejero de Medio Ambiente por aquel entonces, ese inmueble se convertiría en "el gran hermano del urogallo", ya que se pretendía instalar cámaras para poder ver en directo la vida íntima de estas gallináceas.
A la inauguración del edificio acudió lo más granado de la consejería: la viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández; el director de Biodiversidad y Paisaje, José Félix García Gaona; el alcalde de Caso, Elías Rodríguez; y el director del Parque Natural de Redes, Carlos Luis Barquín, además de unos cuantos invitados más. Una obra en la que se habían invertido 676.000 euros de dinero público bien merecía un festejo por todo lo alto, de hecho estaba aún pendiente la inversión de 300.000 euros en el proyecto expositivo que tendría lugar en el nuevo centro.
Al día siguiente de la inauguración, y con la promesa de que en breve se abriría al público, la Casa del Urogallo cerró sus puertas para siempre. Año tras año se escuchaban las declaraciones de los políticos afirmando que en breve se daría uno al mausoleo, pero nunca llegaba ese momento. Y como suele ocurrir, la "no apertura" del edificio dejó de ser noticia, y la Casa del Urogallo, cada vez más deteriorada se fue cubriendo de maleza y solo los vecinos de Tarna se acordaban de ella, después de haber visto como unas escuelas que eran usadas por el pueblo, se derribaron para nada.
Al día siguiente de la inauguración, y con la promesa de que en breve se abriría al público, la Casa del Urogallo cerró sus puertas para siempre. Año tras año se escuchaban las declaraciones de los políticos afirmando que en breve se daría uno al mausoleo, pero nunca llegaba ese momento. Y como suele ocurrir, la "no apertura" del edificio dejó de ser noticia, y la Casa del Urogallo, cada vez más deteriorada se fue cubriendo de maleza y solo los vecinos de Tarna se acordaban de ella, después de haber visto como unas escuelas que eran usadas por el pueblo, se derribaron para nada.
No se habló más de este edificio hasta ayer, cuando pasados 8 años el nuevo consejero de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Fernando Lastra, le devolvió las llaves del edificio al ayuntamiento para que le dieran al edificio el uso que quisieran, y de esta forma y según sus palabras, para "saldar el agravio a Tarna". En resumidas cuentas, por 676.000 euros se han hecho dos actos políticos, y se ha dejado el solar peor que como estaba en un principio.
Sin duda, no hay mejor reflejo de la gestión del urogallo en Asturias que la historia de este edificio: despilfarro, actuaciones grandilocuentes, actos políticos de autobombo y ningún resultado positivo para la conservación de la especie.
Después del final de la Casa del Urogallo, ahora solo queda esperar el destino del "equipamiento estrella" del Parque de Redes, el hospital de fauna en el que "solo" se gastaron ¡¡7 millones y medio de euros!!, contando los 4,5 millones presupuestados y los 2,5 millones de sobrecostes y que ni siquiera se llegó a inaugurar. Quizás tengan previsto hacer un balneario, o un spa.
Es de destacar que todas estas obras faraónicas han sido financiadas a cargo de los fondos mineros, habiéndose destinado 26 millones de euros a la construcción de 7 edificios, los dos citados anteriormente y 5 más que a fecha de hoy siguen sin abrirse: Centro de Discapacitados Stephen Hawking (Langreo), Museo de los Quesos (Morcín), Museo de la Tonada (Mieres), Centro de Interpretación de La Carisa (Aller) y el Centro de Estudios Medioambientales (El Entrego), que después de construirse se derribó 16 años después sin haberle dado ningún uso.
Como última reflexión, no dejo de preguntarme por qué PP y PSOE han rechazado en el congreso que se abra una comisión de investigación sobre los fondos mineros.
Hace tiempo, bastante antes de la crisis, que un amigo que trabaja como director de sucursal me dijo: desengáñate, en este país no mandan los políticos sino los constructores.
ResponderEliminarEfectivamente, buena parte de la actividad política consiste en buscar excusas (tú has encontrado un ejemplo especialmente grotesco) para trasvasar fondos públicos al bolsillo de los constructores (quedándose un pequeño porcentaje en poder del político que firma el concurso).
Además, este mecanismo opera a todos los niveles: desde megaproyectos como la profusión de AVEs, autovías, aeropuertos y edificios emblemáticos; hasta en un nivel local el asfaltado de pistas que sólo dan servicio a parcelas agrícolas o el consabido "centro de interpretación de xxxxxxxx". Un caso especialmente ridículo de esto último lo encontré en Viascón, un pueblo cerca de Pontevedra. Habían construido una bonita casita de madera y vidrio como "Centro de Interpretación de la Carballeira de Nosecuantos". Una caseta, por supuesto vacía y en abandono, para ensalzar la presencia de NUEVE bellos ejemplares de Quercus robur. Debían ser diez, y el otro fue talado para conseguir la madera para fabricar la casita y liberar espacio para ponerla (esto último es una licencia narrativa para destacar el absurdo, la madera vendría de otro lado pero indudablemente se tuvieron que cortar árboles para fabricarla). Y ya es triste que se vean unos carballos como un exotismo en una tierra que debería ser un mar de carballos y ahora es un piélago de eucaliptos.
Hola Mendigo,
Eliminares un ejemplo grotesco y desgraciadamente muy frecuente, y solo es la punta del iceberg, en una región en que ha entrado dinero a espuertas en forma de fondos mineros que se han destinado a todo menos para lo que estaban previstos. El destino de esos fondos era reindustrializarnos y buscar otras alternativas al carbón, una vez que hace ya un par de décadas se veía el final de la minería. Después de 20 años estamos como entonces, y ahora los políticos que han dilapidado ese dinero en obras faraónicas que no sirven para nada piden no se cierren ni las minas ni las térmicas. Esos sinvergüenzas que han firmado obras millonarias con otros tantos millones de sobrecostes ahora se están cargando el medio ambiente porque es lo poco que queda, permitiendo plantaciones indiscriminadas, favoreciendo a incendiarios y mangantes y siguen dilapidando dinero de cara a la galería. Y lo peor de todo es que encima se se irán de rositas.
un abrazo