viernes, 13 de septiembre de 2019

"Zasca" mayúsculo de la Fiscalía de Asturias al Principado por la gestión de los incendios forestales

La memoria de la Fiscalía de Asturias, que se ha publicado hace unos días, deja muy claro y sin ningún género de dudas, que los cambios legislativos que ha realizado el ejecutivo asturiano en su política contra los incendios, no solo no han servido para reducir su número, sino que han resultado nefastos, ya que han aumentado tanto en cantidad como en superficie, y además se ha producido "un gran descenso del número de diligencias de investigación incoadas por este tipo de delitos".

Por enésima vez y basándose en las denuncias y sentencias, concluye que la mayoría de los incendios forestales en Asturias tienen por objeto la generación de pastos. Por esta razón considera que la eliminación de la figura de los acotamientos al pastoreo en los terrenos quemados, aprobada por la Junta (con el apoyo de PP, PSOE, IU, Foro y Ciudadanos) ha sido un grave error, ya que "contribuía de manera eficaz a la disminución de incendios provocados". 

No hay que olvidar que un informe jurídico interno del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente había considerado inconstitucional esa derogación y que aún así, ese cambio se llevó a cabo.

Pero por si esto fuera poco, la Fiscalía, en su memoria anual, critica con dureza el cambio de adscripción de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BRIPAS), que desde 2017 ya no son una unidad independiente sino que han sido incluidas en el SEPA (Servicio de Emergencias del Principado de Asturias). De esta forma, y según la Fiscalía, la nueva labor de la BRIPAS se centra en la investigación de la causa, pero no en la averiguación de la autoría, con lo cual la mayoría de las denuncias acaban en sobreseimiento por falta de pruebas. 


En este último caso, cabe destacar que la labor desarrollada por estas brigadas había sido elogiada por el Fiscal de Medio Ambiente de Asturias, y era un referente para los Agentes Forestales y Medioambientales del resto del Estado, habiendo conseguido 86 sentencias condenatorias desde su existencia, y marcando un récord en 2014 al sentar en el banquillo a 14 incendiaros, con sentencias condenatorias para todos ellos.

Ante estas críticas, hay que preguntarse si el nuevo ejecutivo asturiano asumirá su error y volverá a dejar las cosas como estaban antes de esas modificaciones. Y por otra parte, habría que exigirle, tanto al gobierno asturiano como a los partidos de la oposición que apoyaron esos cambios legislativos, que nos expliquen de una vez por todas cuales fueron sus motivaciones para cambiar unas leyes, que además de eficaces eran elogiadas por la Fiscalía, por otras que ya se había avisado que tendrían unas consecuencias nefastas. 

Ya están tardando.

viernes, 6 de septiembre de 2019

No me hables de "nesting", conoce la naturaleza y disfrútala

Entre los artículos más estúpidos que he leído últimamente, éste ocupa un puesto de honor (es de 2017). Según parece, y según nos comentan en el suplemento "La Buena Vida" del diario El País, después de pasarte una semana currando, lo que se lleva y es más saludable es quedarte el fin de semana en casa "haciendo bizcochos y trasplantando plantas en macetas". 

Pareja disfrutando del nesting. No son muermos, son felices y muy modernos


Eso sí, la condición imprescindible para que esta actividad sea lo suficientemente moderna y atractiva, es que tenga un nombre en inglés, de forma que lo que siempre se llamo quedarse aborregado en casa, sacándote pelusas del ombligo y muriéndote del asco, ahora se llama "nesting", porque según nos dicen, "atrincherarse entre las cuatro paredes de tu casa, ya no es de muermos". Es más, si te aburres, mucho mejor, porque "aburrirse es un sentimiento que lejos de adormecer la mente, vuelve al individuo más altruista y empático". 

Las opiniones en las que se basa este artículo son muy cualificadas y poco interesadas. Tenemos a Lisa White, que trabaja en un departamento de interiorismo, que nos comenta que para que el "nesting" sea satisfactorio y nos apuntemos a un "housewarming" de calidad, con un buen "grounded living", hay que gastarse la pasta que te ahorras al quedarte en casa (descontando la destinada a la harina de los bizcochos y la tierra de las macetas) en "una buena decoración" para así "crear nidos prácticos y amables a través del embellecimiento y la organización". También contamos con la opinión de Beatriz Peralta, fundadora de una empresa de ropa de cama, que nos recomienda "una buena inversión en artículos del hogar de larga duración, ya que mejora la calidad de vida".

En resumidas cuentas, y como se desliza subliminalmente en el artículo, ante a la pérdida de poder adquisitivo de la población, con sueldos cada vez más bajos y con servicios y gastos comunes cada vez más altos, no protestes y asúmelo, quédate encerrado en casa, que ahí no molestas y gástate el dinero que consigas ahorrar en decorarla para que tu encierro sea satisfactorio.

Date un paseo por un bosque y olvídate del "nesting"

Frente a las opiniones vertidas en este artículo, uno de los mayores problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad es la alarmante desconexión de la naturaleza, de forma que cada vez es más habitual considerar al medio ambiente como algo ajeno a nosotros e incluso como un estorbo o una molestia que nos impide llevar a cabo nuestras actividades rutinarias. Nos molestan las algas en las playas, los cantos de los pájaros que no nos dejan dormir o los árboles de las aceras por miedo a que nos caigan encima. Al mismo tiempo, el desconocimiento e ignorancia sobre los fenómenos naturales cada vez es más acentuado, sobre todo en las nuevas generaciones. Por ejemplo, la antropomorfización de los animales y la asignación de roles humanos a los mismos es cada vez más habitual. Se habla de animales buenos o malos según nuestros patrones, lo que finalmente acaba influyendo en las políticas de conservación que se aplican, como ocurre actualmente con los planes de erradicación o control de especies invasoras, bloqueados o paralizados en muchos lugares por la presión de algunos colectivos animalistas, a pesar de los estudios científicos que los avalan.  

Pero además de ese alarmante aumento de la ignorancia medioambiental, algunos psicólogos ya hablan abiertamente de lo que se ha bautizado como "Trastorno de déficit de naturaleza", que tiene especial incidencia en los niños, sobre todo en aquellos que viven durante todo el año en entornos urbanos. El sedentarismo y la falta de contacto con la naturaleza incide en nuestra salud, no solo física, al acentuarse algunos problemas como el asma o la obesidad, sino también psicológicos, como la ansiedad o el estrés.

En resumidas cuentas, lo que realmente necesitamos es pasar más horas en la naturaleza y menos "nesting" y "housewarming". Y no solo hay que hacerlo por los beneficios que nos puede aportar a nuestra salud, sino porque es una actividad divertida y estimulante y además, es gratis.