Entre los artículos más estúpidos que he leído últimamente, éste ocupa un puesto de honor (es de 2017). Según parece, y según nos comentan en el suplemento "La Buena Vida" del diario El País, después de pasarte una semana currando, lo que se lleva y es más saludable es quedarte el fin de semana en casa "haciendo bizcochos y trasplantando plantas en macetas".
Pareja disfrutando del nesting. No son muermos, son felices y muy modernos
Eso sí, la condición imprescindible para que esta actividad sea lo suficientemente moderna y atractiva, es que tenga un nombre en inglés, de forma que lo que siempre se llamo quedarse aborregado en casa, sacándote pelusas del ombligo y muriéndote del asco, ahora se llama "nesting", porque según nos dicen, "atrincherarse entre las cuatro paredes de tu casa, ya no es de muermos". Es más, si te aburres, mucho mejor, porque "aburrirse es un sentimiento que lejos de adormecer la mente, vuelve al individuo más altruista y empático".
Las opiniones en las que se basa este artículo son muy cualificadas y poco interesadas. Tenemos a Lisa White, que trabaja en un departamento de interiorismo, que nos comenta que para que el "nesting" sea satisfactorio y nos apuntemos a un "housewarming" de calidad, con un buen "grounded living", hay que gastarse la pasta que te ahorras al quedarte en casa (descontando la destinada a la harina de los bizcochos y la tierra de las macetas) en "una buena decoración" para así "crear nidos prácticos y amables a través del embellecimiento y la organización". También contamos con la opinión de Beatriz Peralta, fundadora de una empresa de ropa de cama, que nos recomienda "una buena inversión en artículos del hogar de larga duración, ya que mejora la calidad de vida".
En resumidas cuentas, y como se desliza subliminalmente en el artículo, ante a la pérdida de poder adquisitivo de la población, con sueldos cada vez más bajos y con servicios y gastos comunes cada vez más altos, no protestes y asúmelo, quédate encerrado en casa, que ahí no molestas y gástate el dinero que consigas ahorrar en decorarla para que tu encierro sea satisfactorio.
En resumidas cuentas, y como se desliza subliminalmente en el artículo, ante a la pérdida de poder adquisitivo de la población, con sueldos cada vez más bajos y con servicios y gastos comunes cada vez más altos, no protestes y asúmelo, quédate encerrado en casa, que ahí no molestas y gástate el dinero que consigas ahorrar en decorarla para que tu encierro sea satisfactorio.
Date un paseo por un bosque y olvídate del "nesting"
Frente a las opiniones vertidas en este artículo, uno de los mayores problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad es la alarmante desconexión de la naturaleza, de forma que cada vez es más habitual considerar al medio ambiente como algo ajeno a nosotros e incluso como un estorbo o una molestia que nos impide llevar a cabo nuestras actividades rutinarias. Nos molestan las algas en las playas, los cantos de los pájaros que no nos dejan dormir o los árboles de las aceras por miedo a que nos caigan encima. Al mismo tiempo, el desconocimiento e ignorancia sobre los fenómenos naturales cada vez es más acentuado, sobre todo en las nuevas generaciones. Por ejemplo, la antropomorfización de los animales y la asignación de roles humanos a los mismos es cada vez más habitual. Se habla de animales buenos o malos según nuestros patrones, lo que finalmente acaba influyendo en las políticas de conservación que se aplican, como ocurre actualmente con los planes de erradicación o control de especies invasoras, bloqueados o paralizados en muchos lugares por la presión de algunos colectivos animalistas, a pesar de los estudios científicos que los avalan.
Pero además de ese alarmante aumento de la ignorancia medioambiental, algunos psicólogos ya hablan abiertamente de lo que se ha bautizado como "Trastorno de déficit de naturaleza", que tiene especial incidencia en los niños, sobre todo en aquellos que viven durante todo el año en entornos urbanos. El sedentarismo y la falta de contacto con la naturaleza incide en nuestra salud, no solo física, al acentuarse algunos problemas como el asma o la obesidad, sino también psicológicos, como la ansiedad o el estrés.
En resumidas cuentas, lo que realmente necesitamos es pasar más horas en la naturaleza y menos "nesting" y "housewarming". Y no solo hay que hacerlo por los beneficios que nos puede aportar a nuestra salud, sino porque es una actividad divertida y estimulante y además, es gratis.
Precioso artículo. Muchas gracias y un abrazo
ResponderEliminarMe parece perfecto lo que ha expuesto. Pero quizás tuviera mayor efecto si se hablase de NATURE DEFICIT DISORDER y de hacer "woodsing" (de salir a los "woods" claro), y para hacerlo más castizo le quitamos la "g" final que de todas formas no suena y lo dejamos en: ir a hacer "woodsin".
ResponderEliminarpues si, así sería mucho más efectivo, jaja
Eliminarun saludo
Como lei hace tiempo en algun lado (lamento no recordar quien es el autor de la cita) : en este pais, si hay un tonto más,cae al agua. Creo que es una verdad como la copa de un pino ,si bien,por lo que se ve,no es algo exclusivo nuestro,aunque seamos pródigos en estultos.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Publicidad ¿encubierta? aparte, Lo País lleva una serie de artículos agrupados bajo el paraguas "ser pobre no está tan mal" que es de **** vergüenza...
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