sábado, 14 de diciembre de 2019

Artifishal: el camino a la extinción está pavimentado con buenas intenciones

El año 2019 que llega a su fin se ha declarado como el Año Internacional del Salmón, con el objetivo de incrementar la concienciación sobre la salud de las poblaciones salvajes de esta especie y las amenazas a las que se expone. 

Aprovechando esta situación, durante este año se han publicado una gran cantidad de artículos y libros, se han organizado congresos y charlas y se han producido varios documentales (entre ellos el nuestro) con el fin de hacer llegar a la población una información que la mayoría de las veces estaba restringida a un pequeño grupo de personas, sobre todo científicos y pescadores.

Entre todos los problemas a los que se enfrentan los salmones salvajes, relacionados muchos de ellos con el deterioro del hábitat y la sobrepesca, hay uno que siempre ha costado explicar, el del efecto nocivo de las repoblaciones. Y es difícil de explicar por dos razones fundamentales, en primer lugar porque cuando hablamos de biología muchas veces las matemáticas no son tan evidentes, por decirlo de una manera sencilla, no siempre 2 peces más 2 peces tiene como resultado 4 peces. Y en segundo lugar, porque al menos en un principio, detrás de las repoblaciones hay buenas intenciones.


Tras varias décadas de intensas repoblaciones, en las que en todo el mundo se han soltado cientos de millones de peces criados en cautividad y se han gastado ingentes cantidades de dinero público, con la intención de restaurar o reforzar las poblaciones salvajes de salmónidos, las conclusiones son apabullantes. Y así lo confirman los estudios científicos. Las repoblaciones no solo no han servido para recuperar las poblaciones de salmónidos, sino que han resultado nocivas y sus efectos han sido catastróficos para esas poblaciones.

Para poner de manifiesto estas cuestiones, a principios de este año se estrenó el documental Artifishal, en el que se ha dado voz a científicos, pescadores y piscicultores para tratar este tema con una perspectiva histórica, desde que se iniciaron estas prácticas hasta la actualidad. Y los autores han querido poner este trabajo en abierto, para que el mensaje llegue a la mayor cantidad de gente posible. Aquí debajo os lo dejo, en su versión en inglés, pero podéis activar los subtítulos en castellano (os recomiendo que lo veáis a pantalla completa).


Después de que lo hayáis visto, me imagino que os haréis las mismas preguntas que nos hacemos muchos. Ante estas pruebas y resultados, ¿por qué se siguen manteniendo estos programas de repoblación? ¿Qué intereses tienen las Administraciones públicas en mantener estas prácticas, gastando millones de euros de dinero público, si todos los trabajos científicos las desaconsejan? Como comentan en el documental, dejemos a los salmones reproducirse como lo han hecho durante millones de años, porque ellos saben perfectamente como hacerlo. Quizás el problema sea que nuestra arrogancia nos hace pensar que nosotros sabemos hacerlo mejor que ellos.

NOTA: aprovechando que muchos de vosotros nos habéis preguntado por la entrega de los DVDs de nuestro documental "El Ocaso del Rey", quería pediros disculpas por el retraso, que se ha debido a problemas de última hora ajenos a nosotros. De todas formas, el DVD ya está en fábrica y esperamos que lo podáis tener en unos pocos días.

lunes, 9 de diciembre de 2019

¿Por qué odias a Greta Thunberg?

A estas alturas es casi imposible que alguien no haya oído hablar de Greta Thunberg, la chica de 16 años (el 3 de enero cumplirá 17) que se ha convertido en unos meses y seguramente sin quererlo, en la abanderada de la lucha contra el Cambio Climático. Pero aunque a muchos les parezca que llevan viéndola toda su vida, su historia, al menos la que todos conocemos, empezó hace poco más de un año, cuando en agosto de 2018 decidió sentarse ante el Parlamento sueco con una pancarta en la que pedía que se actuara con más contundencia contra el cambio climático.


A partir de ese momento, repitió esas sentadas y otros estudiantes se unieron a ella en varias ciudades de Suecia y posteriormente en otros países, organizando un movimiento que recibió el nombre de Fridays for Future

Hasta ese momento, sus apariciones en los medios eran esporádicas y en la mayoría de ellos alababan su compromiso y su capacidad para movilizar a los jóvenes por una causa, que a todas luces era noble y justa: salvar el planeta para las siguientes generaciones. Mientras las protestan tuvieron el aire folclórico de las protestas juveniles, todo iba bien. Que unos adolescentes salieran a la calle diciendo consignas sobre el clima y tocando las maracas era mucho mejor que verlos de botellón en una plaza o haciendo balconing en Magaluf, dónde iba a parar. 

Todo cambió a partir de diciembre del año pasado, cuando la niña de la pancarta fue invitada a la 24ª conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebró en  Katowice (Polonia).


En esa conferencia, Greta Thunberg pronunció un discurso, poco más de 3 minutos, infinitamente más breve que los discursos que posteriormente pronunciarían los líderes políticos de los países asistentes. Tres minutos en los que sencillamente dijo que había que actuar si realmente se quería frenar el cambio climático, y que había que actuar ya porque nos quedábamos sin tiempo. Seguramente la mayoría de la gente que ahora la critica, ni siquiera ha escuchado lo que dijo ese día, porque es difícil no estar de acuerdo con sus palabras.