domingo, 26 de julio de 2020

Plantas invasoras: la Crocosmia

Una de las plantas invasoras que más se ha extendido en los últimos años es la Crocosmia, y más concretamente el híbrido Crocosmia x crocosmiiflora, obtenido por el cruce de Crocosmia aurea x Crocosmia pottsi, dos especies nativas de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Al igual que la gran mayoría de las plantas invasoras, esta especie fue cultivada en principio para su uso en jardinería, pero se naturalizó rápidamente ocupando grandes extensiones de Europa, América, Nueva Zelanda.


La Crocosmia es una planta herbácea, perenne y con unas inflorescencias que pueden tener hasta 20 flores de color naranja o rojizo según la variedad. De todas formas, su principal método de dispersión son los estolones bulbosos, que son capaces de propagarse con rapidez ocupando grandes extensiones de terreno en poco tiempo, lo que la convierte en una planta invasora muy peligrosa.

Desembocadura del arroyo Frieira en la playa de la Ribeirona (Cadavedo, Asturias), totalmente colonizado por Crocosmia

Desde su primera observación en estado salvaje a mediados de los años 70 del siglo pasado, la Crocosmia se ha extendido con rapidez, colonizando sobre todo las riberas de ríos, cunetas y bordes de caminos e incluso terrenos abiertos. El principal problema de la Crocosmia es que desplaza a vegetación autóctona de esas zonas, ocupando el espacio y no dejando crecer a otras plantas, lo que tiene un efecto en cascada sobre todos los organismos que habitan en esos ecosistemas.

Además de estos problemas asociados a su capacidad colonizadora, un problema añadido es la dificultad de erradicarlas, ya que no es suficiente con eliminar la parte área, sino que es necesario extraer los bulbos, lo que en muchas zonas resulta imposible.

martes, 21 de julio de 2020

La visita del NEOWISE: ciencia y profecías

Una de las sorpresas de este año, aparte de las relacionadas con la pandemia del Covid-19, ha sido la visita del cometa C/2020 F3, más conocido como NEOWISE, por el nombre del telescopio que lo descubrió el 27 de marzo de este año. Y es más sorprendente aún porque su brillo es muy superior a los de otros cometas que aparecieron en las últimas décadas, alcanzando en su perihelio una magnitud aparente de -0,9, lo que permite que sea visible sin necesidad de ningún instrumento óptico.

Cometa NEOWISE en la madrugada del 13 de julio de 2020 a las 5:40h

El momento de máximo acercamiento del cometa al sol tuvo lugar el 3 de julio, cuando la distancia entre ambos fue de "tan solo" 43 millones de kilómetros. Durante unos días se temió que al igual que ocurrió con otros cometas que nos visitaron recientemente, el C/2019 Y4 (Atlas), y C/2020 (Swan), se acabara desintegrando. Pero sobrevivió, y desde principios de julio, el cometa fue visible a diario poco antes del amanecer, por lo que dadas las fechas en las que nos encontramos, para poder verlo era necesario madrugar y cruzar los dedos para que estuviera despejado.

Localización del cometa NEOWISE entre el 13 y el 31 de julio de 2020

Afortunadamente, desde el 13 de julio NEOWISE empezó a mostrarse tras la puesta del sol, siendo muy sencillo de localizar debido a su proximidad (aparente) a la Osa Mayor. El máximo acercamiento a la Tierra tendrá lugar el 23 de julio, cuando se encuentre a 103 millones de kilómetros de nosotros. A partir de entonces y continuando su viaje hacia los confines del sistema solar, su intensidad irá disminuyendo paulatinamente hasta que el 31 de julio dejemos de verlo, al menos hasta que regrese dentro de 6800 años, lo que hace bastante complicado que los que estamos aquí podamos volver a verlo.

lunes, 6 de julio de 2020

Los peces se dispersan por el aire

Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los seres vivos es el de dispersarse, o sea, moverse fuera de su lugar de nacimiento. De esta forma, los organismos son capaces de ampliar su área de distribución original y colonizar nuevas zonas donde antes no estaban presentes, siempre que las condiciones sean favorables para su asentamiento.

En muchas ocasiones, esos movimiento dispersivos no implican que sea el organismo el que se mueva, sino que son sus propágulos (semillas, esporas, huevos o embriones) los que lo hacen. El problema es que esos propágulos no tienen capacidad de movimiento, lo que evidentemente dificulta sus posibilidades de dispersión, pero para ello los organismos han "ideado" estrategias que les permiten hacerlo. En el caso de las plantas, algunas de sus semillas son muy ligeras y están provistas de estructuras que les permiten aprovechar el viento para desplazarse cientos de kilómetros (anemocoria), en otros casos pueden flotar y usar las corrientes de los ríos o incluso las corrientes marinas para colonizar nuevas islas (hidrocoria). 

Excrementos de tejón llenos de semillas

En otros casos utilizan, las plantas usan a los animales como medio de transporte (zoocoria), ya sea enganchándose en su pelaje o viajando en su interior (endozoocoria) después de haber sido ingeridas y expulsadas posteriormente con los excrementos. Para conseguirlo, las plantas rodean las semillas de una pulpa carnosa nutritiva y sabrosa, apetecible para los animales y además protegen a esas semillas con una cubierta que resiste a la digestión. En muchos casos, ese paso por el intestino es imprescindible, ya que los ácidos del estómago hacen que se rompan o agrieten las envolturas duras permitiendo la germinación.