El periódico La Nueva España nos deleita hoy con un publirreportaje sobre los pigargos que para no defraudar ilustra con un titular acorde a su línea mierder habitual: "Proyecto Pigargo: la guerra desatada".
Pero vayamos por partes. Aquí no hay ninguna guerra, aquí hay un proyecto de introducción de una especie que nunca debería haber comenzado, porque en primer lugar se apoya en unas pruebas de su presencia como reproductora que ya han sido rebatidas en multitud de ocasiones porque no eran concluyentes. La mayoría de estas supuestas pruebas son testimonios orales o transcripciones escritas que casi con total seguridad hacen referencia a otras especies de rapaces, como el águila pescadora, cuya presencia como reproductora, incluso en la actualidad, está confirmada desde hace tiempo. El resto de "pruebas irrefutables" son algunos restos fósiles que lo único que confirman es que algunos individuos de la especie pasaron por aquí, algo que ya se sabe porque las observaciones como divagante si están acreditadas, incluso con varias observaciones recientes. Pero eso no indica que se trate de una especie reproductora, ni muchísimo menos, ya que todos los años millones de individuos de cientos de especies visitan la Península ibérica como invernantes, como divagantes, o haciendo escala durante sus viajes migratorios, sin que eso implique que sean especies reproductoras. Pero incluso en el caso de que hubiera indicios de su reproducción hace miles de años, que no es el caso, eso tampoco sería suficiente para justificar su reintroducción, ya que el ecosistema podría haber sufrido importantes cambios desde su desaparición y una reintroducción podría acarrear muchos más problemas que beneficios. Por ejemplo, de la Hiena manchada (Crocuta crocuta) si hay pruebas irrefutables de su presencia como reproductora hasta hace poco más de 10.000 años, a finales del Pleistoceno tardío, y a nadie se le ha ocurrido comenzar un proyecto de reintroducción con la especie.
Por otra parte, sobre si el Pigargo es un depredador o un carroñero, se trata de una discusión tan ridícula que resulta absurdo seguir comentándolo. Por supuesto que es una especie carroñera, pero por supuesto que también es un depredador y para confirmarlo solo hace falta leer cualquier trabajo sobre su dieta en su área natural de distribución. Los pigargos depredan sobre peces, sobre mamíferos y sobre aves marinas, como ocurre en Noruega, donde gran parte de su dieta está formada por estas aves. Partiendo de esa información, no es descabellado afirmar que en el Cantábrico, en el mismo lugar donde se han soltado los pigargos, hay especies en peligro como los salmones o los cormoranes moñudos, que podrían llegar a formar parte de la dieta de los pigargos.
Leer las declaraciones de Lorena Juste, que es la cabeza visible del proyecto coordinado por GREFA, tachando de bulos infundados esas informaciones, aparte de una falta de respeto no es sorprendente ya que lleva usando esa estrategia difamatoria desde que algunos empezamos a criticar el proyecto. Pero aparte de una falta de respeto, todo lo que afirmamos está apoyado en trabajos científicos publicados y no en opiniones arbitrarias, o como ella afirma, motivadas por algún interés personal que debería explicarnos, ya que si no es capaz de hacerlo, debería rectificar y pedir disculpas. Por lo tanto, lo único que podrían explicar su habitual retahíla de descalificaciones, como ese supuesto "odio" o "animadversión" hacia los pigargos, que seguramente use para tocar la fibra de ciertos sectores animalistas y ganarse su apoyo, solo parecen responder a la frustración al ver en peligro su puesto de trabajo. Obviamente los pigargos, que son unas aves preciosas y magníficas, que en su área de distribución son una pieza irremplazable en el ecosistema, no tienen ninguna culpa en todo este asunto. Y por cierto, no se nos debe olvidar que el pigargo es una especie que no solo no está amenazada sino que está experimentando un importante crecimiento poblacional y una expansión en su área de distribución.
Pero ni el titular belicista de La Nueva España ni las descalificaciones de Lorena Juste deben servir para maquillar la realidad, que no es otra que la siguiente: El Proyecto Pigargo se ha terminado. Y se ha terminado porque una vez finalizada su fase experimental de dos años, para pasar a la fase definitiva se necesita el apoyo de las CCAA implicadas, y en la última reunión del Comité Nacional de Flora y Fauna, tanto los representantes de Asturias, como los de Galicia y Cantabria, se lo han retirado y ya se han paralizado las sueltas. O sea que lo único que hay que hay que aclarar es lo que se va a hacer con las aves que ya se han liberado, algo que debería haberse contemplado en la memoria del proyecto y que confirma, por enésima vez, la enorme chapuza de todo esto, desde sus inicios hasta ahora.
Y por supuesto, tanto el Ministerio de Transición Ecológica como el Principado de Asturias deberían dejar de escurrir el bulto y hacer una declaración formal que clarifique todos estos puntos, por ejemplo, la eliminación de los puntos de alimentación suplementaria que están fijando a los pigargos al área de suelta.
Hasta que todo esto ocurra todo lo demás son fuegos de artificio.
Lo curioso es que desde que tengo uso de razon hay algun pigargo invernando a 60 km de mi casa (San Sebastian) en Las Landas, el pigargo ya esta criando de forma natural en la region de Paris, tenemos varias parejas criando en Francia, el pigargo esta en expansion. Seria como soltar chacales dorados en Iberia, adelantar acontecimientos o dar por seguro de hechos que veremos o veran si suceden. A mi lo que mas me molesta es ver que los ostreros se estan extinguiendo y a los del GREFA no les importa o parece que no les importa. Lo de desnaturalizar la naturaleza provocando introducciones o reintroducciones artificiales es un tema filosofico, yo creo que la naturaleza tiene que colonizar o recolonizar territorio de forma natural a nosotros solo nos toca proteger o restaurar territorio.
ResponderEliminarEntre otras cosas, precisamente por eso es un sinsentido. Si está en expansión y llega por sus propios medios, pues será algo natural. Lo que es absurdo es financiar un proyecto para adelantarlo, si es que ocurre. Y por otra parte, como bien dices, en España no se dedica mucho dinero a la conservación de la biodiversidad y habiendo multitud de especies en peligro no tiene sentido gastar parte de ese dinero en esta especie, que no tiene ningún problema de conservación.
EliminarExacto. Si es natural...vale. Si lo fuerzas...ya no es natural.
ResponderEliminarA estas alturas no saber lo que debemos hacer me da mucha tristeza, pero lo voy a recordar. Debemos conservar lo que nos queda sin destrozar más, en lo medida de lo posible recuperar ecosistemas degradados y el resto pasará, si tiene que pasar. Dejemos que la naturaleza siga su curso. Invirtamos en recuperar y conservar, y no en proyectos para satisfacer loe egos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo
EliminarA mi no me deja de sorprender la cantidad de naturalistas incluso biólogos a favor de este proyecto, existiendo las evidencias científicas que existen en su contra...
ResponderEliminarQuizás, a parte de q en la memoria faltaba saber que hacer con los ejemplares ya soltados, quizás, faltaría tb saber como se gestionaron los fondos de este experimento, y xq algunxs tienen inquina en alargarlo.
ResponderEliminarY quizás, se entenderían ciertas cosas.
Quizás.
Asistimos desde hace tiempo a esta "guerra del pigargo" y entiendo que es sano disentir y confrontar ideas, pero lo cierto es que demasiadas veces ha habido descalificaciones gratuitas hacia unos y otros (GREFA y detractores), siendo más las vertidas contra GREFA, una organización de reconocida valía a la hora de recuperar nuestra fauna (por citar algunos ejemplos, la recuperación del buitre negro en el Sist. Ibérico o la perdicera en Madrid, Navarra o Mallorca). Creo que se debería demostrar algo más de respeto hacia esta organización ya que lo que está haciendo con el pigargo es cumplir el mandato legal de su reintroducción, toda vez que está declarado, OFICIALMENTE, como EXTINTO. Se argumenta, lógicamente, que se debería prestar atención a otras especies como urogallos u ostreros pero esa no es una cuestión atribuible a GREFA, que es una organización privada y presta su atención a quien considera prestársela o para lo que tiene experiencia, faltaría más. Por otro lado, considerando los presupuestos anuales para infraestructuras o, puestos a ser demagógicos, para defensa, ¿Por qué vamos a negar una pírrica asignación al pigargo, argumentando que necesita más el cormorán? Lo que tendríamos que hacer es exigir a nuestros gobernantes presupuestos adecuados para unos y otros. Apostar por la reintroducción del pigargo es saltar la trinchera en la que llevamos 40 años en temas de conservación y exigir más. No sólo conservar lo que tenemos, sino ir más allá y restituir lo que se pueda restituir. Y, con esto termino, aún habiendo leído el magnífico artículo de Abilio Reig, no consigo imaginar qué poderosa barrera ecológica habría impedido al pigargo habitar la Península en el pasado, toda vez que la especie se distribuye, una vez sufridas las persecuciones pretéritas, desde Japón a Groenlandia y desde Rusia al Mar Negro y el Mediterráneo.
ResponderEliminarGREFA es solo una pieza más del puzzle, el primer error fue atribuirle al pigargo la condición de extinto, cuando las pruebas para confirmar esa condición no eran, ni mucho menos, irrefutables. A partir de ahí todo fue un despropósito, y a la vista está la situación en la que nos encontramos ahora, con un proyecto suspendido tras su fase experimental mientras no se sabe que hacer con los ejemplares que se han liberado. En cuanto a las descalificaciones, algunas personales, por cierto, la mayoría partieron de la responsable del proyecto, calificando incluso a algunas personas de la universidad de propagadores de bulos. Aparte de eso, yo creo que si es importante destacar que el apoyo a este proyecto por parte de las comunidades autónomas no tenía nada que ver con su apuesta por la conservación de la especie, sino que simplemente se trataba de una campaña de greenwashing que desgraciadamente para ellos les salió mal, y por eso ahora dieron marcha atrás. La conservación del medio ambiente es una cosa muy seria, y debería estar bien asesorada y controlada por expertos y no someterse a la arbitrariedad de los políticos de turno. En Asturias hay muchas especies en un estado lamentable de conservación, a las que la administración no les hace ni puñetero caso y es una tomadura de pelo que se gasten cientos me miles de euros en un proyecto que de ninguna manera es prioritario.
EliminarCuando estudiaba biología, a finales de los 90, ya se hablaba de la necesidad de reintroducir al pigargo, poniéndose como foco la zona de las Baleares. Las citas históricas pueden cuestionarse, ser dudosas, pero el registro fósil es evidente en varias zonas de España y Portugal, especialmente en el noroeste de Portugal. Recordemos que un fósil no es algo habitual. Es muy difícil que se forme. Dudosamente una especie divagante o accidental dejaría ese tipo de registro en depósitos sedimentarios. En cuanto al apoyo perdido de las CC. AA., el tema me recuerda mucho (salvando las diferencias) a cuando el ayuntamiento de Sevilla dio marcha tras al proyecto de eliminar cotorras en sus parques. Los políticos son voluble y se deben a sus electores, y da igual los argumentos científicos que se expongan, ellos siempre van a hacer caso al grupo de presión que más ruido haga, y volviendo al pigargo, el grupo de presión más ruidoso en este caso ha sido el que está en contra del proyecto. Sinceramente, creo que ha sido una oportunidad perdida y costará mucho recuperar la confianza en proyectos de reintroducción.
EliminarA mí me da mucha pena que , alineados todos desde el sector conservacionista, se emprendan estas "guerras" ó luchas internas fraticidas cuando el objetivo es tan loable como el de reintroducir una especie extinta de nuestra geografía (luego ya podremos disentir entre si eran pescadoras, pigargos ó petrelles de Pallás los que se veían....). No soy biólogo, en todo caso "bichero ó campero", pero considero que si hay un proyecto experimental se debería de analizar el resultado y las conclusiones del mismo para ver que tipo de continuidad se le puede dar, ó incluso cancelar ese proyecto si se demuestran daños ó competencias inter especificas peligrosas, pero desde el punto de vista de los datos y no de las descalificaciones sobre todo cuando hablamos de una ONG como GREFA con tanta contrastada experiencia en similares proyectos de reintroducción de rapaces en nuestro país, además de hacer un flaco favor , perdiendo credibilidad, a otros proyectos de recuperación, alegando incluso que los pigargos podrían causar daños en ganado!!!.... es decir, nos tiramos piedras a nuestro propio tejado??..... No lo entiendo.......
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