Este año ha sido un año espectacular para las gaviotas blancas, tanto para la Gaviota polar o groenlandesa como para el Gavión hyperboreo (Larus hyperboreus). Todos los años se presenta algún ejemplar de estas dos especies, sobre todo en la costa norte de la Península Ibérica, pero este año han aparecido varias decenas repartidas por todas las costas de la Península, desde Euskadi hasta Cádiz, aunque la mayoría de las citas se han concentrado en las costas gallegas. Lo más probable es que los vientos del norte asociados a los fuertes temporales que tuvieron lugar a principios de años hayan arrastrado a estas aves desde el norte. Muchas de ellas ya se han marchado a sus lugares de residencia habítuales y las que quedan probablemente lo hagan en breve.
A la vuelta me pasé por Ourense a ver si continuaba en el Miño el porrón de collar que había sido descubierto en diciembre del año pasado y que ya había visto a principos de enero. Y allí estaba, acompañado de unos pocos porrones moñudos y exactamente en el mismo sitio donde lo había localizado la última vez. Se alimentaba continuamente de plantas acuáticas que arrancaba del fondo en sus contínuas inmersiones. Me imagino que también se marchara en breve porque ya se acerca la época de reproducción, pero su viaje será más largo ya que deberá volar hasta Norte América.
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